El proyecto ArteFakto aprovecha la escultura, además del propio edificio, para colgar los diseños artísticos con los que reclama al Ayuntamiento que una parte del complejo se destine a actividades sociales
Ha sido necesario hacerlo en dos días, cierto; exigencias del mal tiempo, como bien saben todos los asturianos. Pero, al fin, y por quinto año consecutivo, la fachada del edificio de Tabacalera luce los diseños artísticos hechos por los vecinos de Cimavilla a instancias del proyecto ArteFakto para pedir al Ayuntamiento que una parte del histórico complejo, que se pretende convertir en un espacio museístico polivalente, se destine a satisfacer las necesidades sociales del lugar. Así, si el pasado viernes se presentaban las distintas letras que conforman el mensaje ‘Centro sociocultural’, todas hechas con materiales reutilizados por los propios lugareños, fue ayer domingo, aprovechando la tregua concedida por la lluvia, cuando se procedió a colgarlas de la escalera de acceso… Y, por primera vez, también de la escultura ‘Homenaje a Rambal’, de Miguel Arrontes, inaugurada el pasado abril y utilizada como soporte extra de la ya longeva reivindicación.
Un consultorio médico, un centro de reuniones, un local en los que las asociaciones vecinal y de festejos puedan desarrollar su actividad… Las posibilidades esgrimidas por los dispares, cierto, aunque unidas entre sí por una idea común: un museo siempre es algo bienvenido, pero no dejando a un lado necesidades básicas de quienes residen en sus inmediaciones. Sobre todo, a la vista del proceso participativo que se realizó cuando comenzaron a valorarse posible aprovechamientos del edificio, y cuyas conclusiones, opinan, no se han traducido en la decisión final.
Ahora, las piezas realizadas por los participantes en la actividad permanecerán exhibidas hasta que los elementos las deterioren… O hasta que, como todos sueñan con que acabe ocurriendo, el Gobierno gijonés cambie de posición y acceda a compartir el carácter cultural de Tabacalera con su posible faceta social.