Cientos de personas, así como representantes de varios partidos políticos, se concentran en la plaza Mayor de la ciudad para mostrar su apoyo a las sindicalistas encarceladas; desde la organización denuncian acosos policial en las horas previas a la protesta
El que Asturias en bloque se haya movilizado para apoyar la cruzada del profesorado no significa que otras causas reivindicativas, igualmente vivas, hayan sido eclipsadas por ese clamor. Y una prueba sólida de ello, ligada a la causa de las conocidas como ‘Las 6 de La Suiza‘ se vivió ayer jueves, en la plaza Mayor de Gijón. Allí, alrededor de las siete de la tarde, cientos de personas respondieron al llamamiento hecho por la plataforma ‘Sofitu a Les 6 de La Suiza’, concentrándose frente a la Casa Consistorial para exigir la inmediata liberación de las sindicalistas en cuestión, penadas con tres años y medio de prisión por protagonizar una serie de protestas frente a la pastelería La Suiza de Gijón con las que, han asegurado desde entonces, sólo buscaban una salida digna para una trabajadora víctima de acoso sexual. Eso sí, el de ayer no fue, ni mucho menos, un ejercicio de individualismo… Junto a los ciudadanos de a pie, representantes de organizaciones políticas como Izquierda Unida (IU), Podemos, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) o Andecha Astur desplegaron sus pancartas y se alinearon para trasladar a las afectadas que, ahora más que nunca, «no estáis solas«.
Aunque no se produjeron altercados, la acción de este jueves no estuvo exenta de cierta polémica. En las horas previas a la concentración, miembros de ‘Sofitu…’ aseguraron mediante un comunicado que, un día antes, fueron víctimas de lo que catalogan como un ejercicio de «acoso policial«. Siempre según el relato aportado a los medios, durante un recorrido por las calles de Gijón para colocar pancartas que anunciaban la protesta, «sin causar ningún tipo de daño al mobiliario urbano, ni a instalaciones públicas o privadas«, los participantes fueron rodeados y retenidos por agentes de la Policía Nacional que viajaban a bordo de dos coches patrulla y un vehículo camuflado. A partir de ese momento los uniformados, «con brusquedad», procedieron a identificar a los autores de la pegada de carteles, reclamando sus datos personales e, incluso, «registrando el vehículo en el que se desplazaban«. A la postre, no hubo detenciones, aunque sí «requisaron, sin motivo alguno, parte del material«, y llegaron al punto de «intentaron presionar a las compañeras con supuestas acciones judiciales«. Un gesto que las víctimas no han dudado en tachar de «represión».