Un día antes de su visita principal a Gijón, Sus Majestades ofrecieron en el barrio una Cabalgata propia para repartir entre sus habitantes de todas las edades caramelos, buenos deseos y diversión
¿Está la gracia de las normas, precisamente, en quebrantarlas puntualmente? En fin, cada cual tendrá su propia idea al respecto, aunque, como afirmaba cierto personaje cinematográfico, «Una pequeña revolución de vez en cuando es algo saludable». Por eso, fieles a esa máxima, ayer los Reyes Magos decidieron quebrantar ligeramente su apretado calendario de este enero y acudir al barrio de El Coto para, un día antes de su cita oficial de este viernes en Gijón, regalar a sus habitantes una Cabalgata propia, organizada a instancias de la Asociación Vecinal. La emocionada respuesta del público de todas las edades, y que el tiempo respetase la cita, hicieron el resto.
Sus Majestades de Oriente, a bordo de remolques decorados para la ocasión y debidamente escoltados por vehículos de la Policía Local, partieron a las 17 horas y recorrieron las principales arterias del barrio, repartiendo entre niños y adultos saludos, caramelos y ilusión. Su periplo concluyó media hora más tarde en la iglesia de San Nicolás, donde los más pequeños pudieron acercarse a ellos y trasladarles sus peticiones para esta noche. Próximo a finalizar el evento, los responsables de la entidad vecinal no ocultaban su buen sabor de boca. «No sabéis la alegría que da ver a la gente mayor sonriendo y saludando en la calle y desde las ventanas; a los niños, llenos de nervios, y a los comercios del barrio parando su faena para saludar a los Reyes», reía su presidente, Christian Guisando. «¡Estos detalles y esas caras no se nos van a olvidar nunca!».
Con esas sensaciones positivas muy presentes, El Coto da por finalizado su programación navideña, y pone el contador a cero, observando el horizonte y aguardando la ya ansiada Navidad de este diciembre.