Tras las degustaciones de sidras de Francia y Letonia que monopolizaron la jornada de ayer, el certamen concluirá este domingo con el Concursu de Sidra Casero, y la cata de espumosas Riestra y Prau Monga
La presentación de las sidras francesas fue el gran reclamo ayer. / Reportaje fotográfico de Asturies XXI. 
Participantes en el concurso de escanciado amateur. 
Ganadores del certamen anterior. 
También los más pequeños probaron su talento escanciando. 
Los juegos tradicionales se sucedieron en el exterior. 
Degustación de sidra Peñón, segunda clasificada este año. 
El ambiente no faltó.
Sería harto difícil calcular con precisión cuántas botellas de sidra se han descorchado en L’Atalaya de Cimavilla desde que, este mismo jueves, diese comienzo la XIV Primer Sidre l’Añu. ¿Decenas? ¿Cientos? ¿Miles, tal vez? En fin, sea como sea, lo cierto es que la más icónica bebida de Asturias ha fluido por litros en el popular barrio gijonés, escenario de este emblemático evento por primera vez en su dilatada historia. Y aún lo hará hoy domingo, última jornada de un acontecimiento que, vaticinan quienes han participado en él, dejará un buen sabor de boca pese a las polémicas que envolvieron su tenso cambio de ubicación.
Las actividades comenzarán hoy al mediodía, con juegos y deportes tradicionales asturianos para los más pequeños que se prolongarán hasta las 18 horas, aderezados musicalmente por la Banda de Gaites ‘El Gumial’. A las 13.30 se iniciará el Concursu de Sidra Casero, en el que se podrán evaluar aquellas producciones hechas en madera; se trata, de hecho, del gran reclamo de este día, aunque casi igualado por la mayada infantil que empezará a las 14. A continuación, a las 15 horas se hará entrega de los premios, y se ofrecerá una degustación de las sidras participantes en el concurso anterior. Y, finalmente, desde las 16 habrá una cata de sidras espumosas Riestra y Prau Monga. El programa completo puede consultarse aquí.
De ese modo finalizará un Primer Sidre que, en su velada del sábado, incluyó una cata de sidras de Letonia y Francia, a la que se sumó la muy autóctona sidra Cabueñes. También hubo dos talleres de escanciado, uno para los más pequeños y otro para adultos, continuado por un esperadísimo concurso amateur de de echado de sidra para aficionados. El público, por su parte, respondió llenando la carpa, una dinámica que, esperan en la Fundación Asturies XXI, organizadora de la cita, se replicará a lo largo de toda esta jornada.
