Gijón tiene encanto, no es un secreto. No han sido pocos los fotógrafos que han sabido capturar la esencia de una ciudad moderna y que no ha perdido (y menos mal) ni un ápice de esa ‘autenticidad’ tan gijonuda.
De entre los rincones de la ciudad, quizás los más instagrameables son el barrio de Cimadevilla y el Cerro. “Cimadevilla es, al menos para mí, el alma de esta ciudad. Un barrio de siempre que ha sabido reconvertirse en el epicentro de esa vida más ‘alternativa‘”. Así ve la ciudad y así la captura con su cámara Lucía Muñiz. Esta abogada, fotógrafa por pura pasión, recorre las calles de la villa esperando ese momento perfecto que capturar.
Tras pasar el confinamiento en ERTE, cuando la “nueva normalidad” fue tomando la ciudad, ella salió dispuesta a fotografiar como sus vecinos volvían, poco a poco, “a vivir”. “Como a todos, una de las cosas que más me impresionó en aquellos días fueron las aceras vacías. Como en aquella escena en ‘Abre los Ojos’, Gijón también fue una ciudad fantasma”.
Una ovetense enamorada de Gijón
Quizá por ello, por ese rastro “fantasmal”, la mayor parte de sus fotografías son en blanco y negro. En cuanto a sus escenas, “no hay un momento especial. Me gusta buscar rutinas cotidianas, de las que nos encontramos todos los días, e intentar verlas desde otra perspectiva”.
Nacida en Oviedo, Lucía lleva dos años viviendo en Gijón y no puede más que deshacerse en halagos hacia su ciudad ‘de acogida’.
“Gijón tiene un pulso muy distinto a Oviedo, más desenfadado y natural. Puedes encontrar surfistas descalzos por la Calle Corrida, ¿te imaginas alguien descalzo en Uría? Me encanta ese carácter desenfadado, joven, vibrante. Y a todo ello le acompaña una oferta cultural increíble que, además, es accesible al bolsillo de la gente de a pie. No puedo pedirle más a una ciudad”.
Enamorada confesa de la ciudad, entre sus lugares favoritos elige dos: “la Caja de Músicos, justo enfrente del bar La vida Alegre y las noches mágicas del Botánico. Y pasear por el Muro, por supuesto”.
Me encanta y completamente de cuerdo….
A ver. en más de 40 años no he visto a nadie descalzo en la calle Corrida. A lo mejor, algún surfista puntualmente ha pasado descalzo por dicha calle, que por otra parte, está a escasos metros de la mar. Lo raro sería ver surfistas por Uría de Oviedo. Yo, en Oviedo, he visto entrar por la puerta del Corte Inglés que da a Gil de Jaz una chica vestida solo en su mitad superior, con el culo al aire. Tanto en Gijón como en Oviedo hay de todo. Esa manía de querer diferenciar tanto la sociedad de dos ciudades tan cercanas en un mundo tan globalizado suena poco creible. Más alla de las características urbanas de cada lugar.