«Si las acusaciones provienen de pensar como pienso y cumplir un acuerdo, tengo que darles la razón»
La alcaldesa de Gijón, Ana González (PSOE), ha hecho una defensa este miércoles de su gestión al frente del Ayuntamiento, a lo que ha replicado, a quien la ha tildado de «sectaria», que tiene el respaldo detrás de 46.000 gijoneses –votos obtenidos por el PSOE en las elecciones de 2019- y que se ha dedicado a cumplir con el programa electoral.
«Si esas acusaciones de sectaria provienen del hecho de pensar como pienso, de ser como soy, y de dar cumplimiento a un programa electoral y a un acuerdo de gobierno que, a pesar de las circunstancias, hemos intentado cumplir hasta la última coma, pues miren, reconozco que, a fin de cuentas, tengo que darles la razón», ha remarcado.
Así lo ha señalado en el Pleno del Debate del Estado del Municipio, el último del mandato, en el que ha aprovechado para mostrar su preocupación sobre el rumbo que está tomando, según ella, la política en todo el país. Eso sí, ha trasladado a quienes la critican por eso, que su partido cuenta con más votos de los que la ciudadanía les concedió a ellos y que sus críticas también van dirigidas a los gijoneses que depositaron su confianza en quien hoy gobierna la ciudad.
«Mi propio partido ha preferido relegarme»
Ha hecho mención, asimismo, a que no será candidata en 2023 ya que, pese a que ella tenía previsto presentarse, «mi propio partido ha preferido relegarme en beneficio de otra persona a la que considera más apropiada para dirigir los destinos de esta ciudad», ha remarcado. Relacionado con ello, ha expresado su inquietud al observar cómo «varios partidos han experimentado en buena parte de sus estructuras cambios imprevistos, y no tengo claro que hayan sido siempre motivados por la búsqueda del bien común, logrando, eso sí, pasar a ser terreno resbaladizo».
Ha lamentado, en este caso, que hay quienes se afanan en «luchas internas y conspiraciones estériles», por el riesgo de que la
política, a su juicio, parece alejarse cada vez más de su razón de ser para convertirse «en la coartada de un enfrentamiento continuo e inmisericorde en el que se sustituye el debate por la confrontación». A mayores, ha criticado que se asuman como válidas herramientas que tiempo atrás se considerarían «indignas», a lo que ha puesto de ejemplo «los montajes, las difamaciones, los bulos, las críticas que emplean como argumento el aspecto físico, el lugar de nacimiento o la manera de expresarse».
La regidora ha advertido de que «que incurran en estas prácticas formaciones políticas que manifiestan sin tapujos su afección hacia dictaduras felizmente superadas y expresan su admiración por la dialéctica trumpista no resulta sorprendente». Dicho esto, sí ha visto preocupante «que caigan en el mismo vicio partidos a los que cabría encuadrar en parámetros más civilizados». Para ella, todo ello ha redundado en el cuestionamiento de unos derechos y unos valores que se creían «irrenunciables», pero que ahora se ven «debilitados». Entre otras cosas, ha citado la participación ciudadana, la inclusión, la igualdad entre mujeres y hombres y la propia libertad, que, para la alcaldesa, no debe confundirse «con el insulto, la mala educación o la falta de respeto».
«Se critican o parodian leyes que reducen la brecha existente entre mujeres y hombres»
Ha advertido, asimismo, de que «se critican y se parodian leyes que reducen o minimizan o extinguen la brecha existente entre las mujeres y los hombres y se cercena la participación cuando esta permite que se manifiesten aquellas personas que piensan de manera distinta, siguiendo el viejo y desgraciado lema del ‘conmigo o contra mí’.
Ha alertado, al tiempo, de cómo esta actitud sitúa a la población en una situación de «indefensión», ante unos representantes públicos que, a su juicio, «pierden el tiempo en batallas que solo buscan generar titulares o ganar el fervor de los adeptos, en vez de contribuir a la construcción de una sociedad mejor, más justa, más inclusiva, más abierta y tolerante». Como ejemplos, ha aludido a las polémica suscitadas en torno a la tauromaquia en la ciudad, la defensa por algunos del regreso del tráfico rodado al Muro de San Lorenzo o sobre la peatonalización de la avenida del Molinón.
«Se inventaron accidentes que resultaron ser falsos, manipularon fotos y ofrecieron datos tergiversados, daban cifras de manifestantes muy superiores a las reales y negaban la evidencia de que la inmensa mayoría de las ciudades costeras están recuperando para las personas sus espacios litorales», ha recriminado. Unido a ello, ha señalado que Estepona, gobernada por el PP, también está recuperando su espacio litoral priorizando a las personas.
Reglamento de aconfesionalidad y laicidad
De igual modo se ha referido a las críticas a un reglamento de aconfesionalidad y laicidad que, según ella, solo busca garantizar el derecho de toda persona a la libertad de culto, en un Estado aconfesional en el que los representantes públicos «no deberían manifestar ninguna predisposición hacia una u otra fe», ha defendido.
«Estoy segura de que quienes se oponen están más cerca de ese sector de la Iglesia que desde los púlpitos hablan mal de España y de las españolas y españoles, y que utilizan la religión para hacer política y para tratar de amedrentar, que con todo aquello que viene amparado por nuestra Constitución y por nuestras leyes: la libertad, la igualdad, el cuidado de la infancia y, en resumen, los derechos humanos», ha afirmado.
Los mismos, a su parecer, que niegan o relativizan la crisis climática, a lo que ha hecho mención a algunos concejales de Gijón. A estos les ha asegurado que hay cambio climático y que su impacto negativo lo causan los propios seres humanos con acciones que están desequilibrando los ecosistemas.