«Destinar más terreno a espacios libres verdes y menos a ladrillos, asfalto y hormigón»
Parece ya definitiva la decisión entre el Ayuntamiento de Gijón y el Gobierno del Principado de Asturias para dejar que la zona conocida como ‘El Solarón’ pase a ser un parque en la futura reordenación de la zona. Parque en vez de pisos, conviene matizar, que era la idea que se mantenía prácticamente hasta hace nada.
Situémonos brevemente.
Cuando se proyectó la idea original del famoso Plan de Vías gijonés, hace ya más de 24 años, aunque luego fue cambiando con el paso de los años, los gobiernos y las ideas, ese entorno; el del Solarón, contemplaba una pequeña zona verde y viviendas, con algo más de 400 pisos. La razón de destinar ese suelo para viviendas venia definida por el modelo que funcionó en España en la primera década del siglo XXI, que era vender suelo público para sufragar el coste de la obra. En este caso, la idea era vender ese suelo para que algún promotor interesado se hiciera con él y sacar un buen dinero de esa venta. Hoy en día, y desde el boom del ladrillo, esta idea ya estaba cogida con pinzas, pero en el caso de Gijón la idea llegó casi hasta anteayer.
Para que os hagáis una idea, aun en 2017 una empresa de tasación pública del suelo valoraba todo ese suelo del que hablamos (algo más de superficie, para ser exactos) en más de 150 millones de euros.
Sí, exactamente, algo difícil de creer.
Ese tipo de tasaciones eran precisamente a lo que se agarraban los políticos y técnicos que defendían que para tener dinero para construir la estación (800 millones sumándolo todo) era necesario mercantilizar esos terrenos.
Evidentemente a nadie le interesó ese suelo durante los más de diez años que ha estado a la venta. Solo hubo dos principios de oferta, sin llegar a materializarse ni a concretarse. Una de 12 millones de euros y otra de más del doble, para poner un centro comercial. La segunda, con buen criterio en este caso, ni se valoró, por lo que conllevaba para la ciudad y para el comercio local. La primera no llegó ni a tener la oportunidad de valorarse, el ofertante se echó atrás.
Con todo esto, la oportunidad de hacer valer un parque en esa zona cobró mucha más fuerza y muchos más apoyos. Desde la sociedad civil, a través de plataformas creadas exprofeso, la Federación de Vecinos, partidos políticos con representación municipal, y sin representación municipal y un, cada vez mayor, sentimiento popular, han llevado a lo que parece del todo punto lógico en pleno 2023. Destinar más terreno a espacios libres verdes y menos a ladrillos, asfalto y hormigón.
Pero todo esto, me temo, solo es humo.
Y de humo, por desgracia, en Gijón estamos bien servidos.
Me explico.
Se ha podido llegar a esta conclusión de que sea parque, en gran parte, porque el proyecto del Plan de Vías está en vía muerta. No tiene ningún viso de que llegue a realizarse, al menos en los próximos 100 años. Ante esta situación que el Ayuntamiento de turno venda a la ciudadanía la ganancia de una zona verde no deja de ser un poco mentirijilla. En primer lugar, porque si se quiere que sea zona verde que lo sea desde mañana. Que se solicite a los propietarios del otro cincuenta por ciento de ese terreno, es decir a ADIF (en dos sociedades distintas dentro de ADIF) su cesión al Ayuntamiento. De igual manera que el otro veinticinco por ciento, propiedad del Principado de Asturias, haga lo mismo. Con eso, y con las pertinentes modificaciones urbanísticas que llevarán un par de años de papeleos, en ese terreno, ya municipal, que se construya el parque. Y afirmo esto porque si lo que se pretende hacer es esperar a desarrollar esa zona verde en consonancia con el desarrollo de la infraestructura ferroviaria entonces no pasará de ser el prau que es ahora, que no digo que esté mal, pero quizá se deba socializar y revegetar bastante más para que tenga un mayor aprovechamiento como zona de ocio, de estancia y de disfrute para la mayor parte de la gente.
Con eso habremos ganado al menos un parque, en una zona que se necesita. Eso sí, a un precio muy alto, y no lo digo por las viviendas, no. Lo digo porque será desde este parque desde donde veremos envejecer un proyecto inconcluso, el Plan de Vías, que venía a cambiar la ciudad y lo único que ha hecho es cambiar a la Renfe y la Feve, un transporte público sostenible, por los Alsas. No lo olvidemos.