La artista gijonesa Emma Fernández estrena exposición en los jardines históricos del espacio reuniendo la obra inmersiva de artistas internacionales: «Es un modelo expositivo completamente distinto a lo que solemos ver»
Emma Fernández Granada no ha tenido tiempo estos días para pasarse por su exposición, pero le consta, por lo que le dice el equipo de la Fundación Museo Evaristo Valle, que «la gente sale asombrada» de allí, y no es para menos. La artista nacida en Gijón ha traído hasta su casa una exposición con un formato hasta ahora inexistente en Asturias «y en general». En cuanto salieron a la venta, desde el 22 de septiembre que abrió sus puertas, las entradas para la Noche Blanca de Gijón, ayer viernes, se agotaron a la hora, y el resto de días están siguiendo esa misma senda de éxito. ¿Y por qué? «Es un modelo expositivo completamente distinto» a lo que se suele ver en la región, pero también a lo que ofrece un espacio «con una mirada muy pura hacia el concepto de museo», más ajena a los ámbitos de influencia o tendencias en el mercado del arte más contemporáneo.
Y es que en ‘‘Horizontes Cyborg’, que permanecerá abierta hasta el 22 de diciembre, el público asturiano puede vivir una experiencia más parecida a los mundos oníricos de ‘sueño dentro de un sueño’ de Nolan en ‘Origen’ o de los distintos estados de conciencia de Morfeo en ‘Matrix’. La creadora del proyecto prefiere llamarlo ‘Museo dentro de museo’. Son muchas las novedades que han confluido en ella para que esto sea así. En primer lugar, se trata de una exposición inmersiva, es decir, que no ocupa espacio físico sino virtual. En ella, el espectador, presente en los jardines del equipamiento gijonés, se sumerge en un pabellón virtual creado a través de cálculo computacional (a cargo del arquitecto Ignacio Revenga) y un software inmersivo creado por la startup MAEDCORE.
El pabellón en cuestión descansa en los mismos jardines históricos del Evaristo Valle, y una vez dentro, permiten al público sumergirse en 9 metaversos distintos ubicados en distintas esferas ingrávidas. Se puede acceder a ellos tocando las esferas, cuando esto ocurra se desplegarán los distintos universos simulados o realidades paralelas en las que se presenta la obra de 6 artistas internacionales, a cuya obra les acompaña además la reflexión de 3 ponentes. Todas las propuestas están unidas bajo el hilo conductor de la forma, la emoción y la ética en los Horizontes Ciborg – esos límites entre el hibridaje ser humano-máquina y las nuevas formas de identidad que explora.
Fernández considera que el cruce entre arte y tecnología ha llegado tan lejos que ahora resulta necesario ser bastante tenaz con cada propuesta, porque la tecnología no para y las herramientas «resultan cada vez más sofisticadas». Las reflexiones deben estar a la altura de los avances, y estos van rápido. Por eso, para la muestra eligió contar con «artistas que tuvieran de fondo una narrativa potente además de buenos efectos especiales como meterte en la realidad de un cuadro» y que mantuvieran la frescura de unas generaciones de creadores jóvenes, por debajo de los 30 años, que están teniendo que empezar a familiarizarse con las que ya son nuevas herramientas de exploración y producción artística. Dar un contexto global también era importante: cada uno pertenece a partes distintas del mundo como China, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y España. La exposición pertenece al proyecto C@C_Museo que engloba otras acciones de la artista asturiana.