Entrevista a Javier Hernanz, presidente de la Real Federación Española de Piragüismo
“Soy una persona que no tiene muchos altibajos. La campaña de Loewe fue un puntito de motivación, pero cuando no te reconoce nadie tampoco me hundo”
“No se me ocurriría nunca insultar a un futbolista si falla una falta porque es un deportista. No soy un fanático”
Como Javier Hernanz es una caja de sorpresas, también ha sido imagen de marcas. No sé incluso si se habrá convertido en el primer asturiano en ser la cara de Loewe. ¿Cómo surge esto?
Loewe quiso hacer una campaña publicitaria basándose en deportes que no son muy conocidos. Se pusieron en contacto con el equipo de piragüismo que estábamos en Madrid y nos dijeron que querían hacer un casting para gente de remo. Lo trasladé a los compañeros de la selección y dije que pasaba de ir. Me acuerdo de que se jugaba un Madrid-Barça y la prueba era de seis de la tarde a nueve de la noche. Estaba en casa viendo el partido y pensé: ‘¿Tú has hecho un casting alguna vez en tu vida? Nunca. Entonces ¿por qué no vas allí, aunque sea sin ganas y coges la experiencia de saber lo que es y poder hablar de ello?’. Fui, a los 15 días me llamaron y me dijeron que estaba para ser seleccionado junto con otro chico. Dos semanas después me confirmaron que me habían elegido. Tuvimos una comida donde nos explicaron que era una campaña de Loewe con un deportista haciendo remo. Ahí vi la posibilidad de hablar con el director y decirle que remo no, que lo que estaba de moda era el piragüismo. Me puse a trabajar y conseguimos sacar el piragüismo en una campaña a nivel mundial con un chico paleando encima de una piragua. Fue una auténtica pasada, un contrato de año y medio y Loewe decidió después hacer una campaña solo conmigo. En total, estuve tres años con ellos. Soy la primera persona en la historia que hace dos campañas con Loewe. Habían estado Linda Evangelista, Cayetano Rivera, Penélope Cruz y no había renovado ninguno.
¿Estos son los momentos en los que uno dice: ‘Pellízcame que no es verdad’?
(Risas). Soy una persona que no tiene muchos altibajos. Aprendí a que estar eufórico y estar hundido no merece la pena. Lo importante es tu día a día, la gestión que haces, el ser feliz cada día, ir viviendo… Son pequeños puntos de motivación, no de felicidad, porque mi felicidad es día a día. Cada día hago lo que quiero porque la actitud que tengo es para que me guste lo que hago. Todos los días me pongo pequeños objetivos para cumplirlos y eso me provoca una felicidad increíble. ¿Sale Loewe? Muy bien porque tienes un momento de reconocimiento, te ves en la tele, te ves guapo porque te ponen tantas luces que aunque seas feo, sales guapo (risas) y la gente te reconoce por la calle, te admira por lo que haces… Son pequeños puntitos de motivación, pero luego cuando no te reconoce nadie, las cosas salen mal o no consigues los objetivos tampoco me hundo. Lo disfruto mucho, pero soy consciente de que lo puedo hacer porque tengo salud. Mi principal objetivo en la vida y lo único que deseo es tener salud porque el resto ya lo peleo, lo disfruto y lo voy haciendo día a día con esos objetivos que me marco.
“Intento que la gente vea en mí un ejemplo de trabajo y de constancia. Todo lo que sea frivolidad o farándula no es que me moleste, pero tampoco lo fomento”
¿Le molesta cuando ve cosas escritas relacionadas con su faceta más personal?
Casi todos los días en mis redes sociales cuento lo que voy haciendo e intento hacer un poco de ejemplo para la gente que quiera entrenar, que se quiera desarrollar. Intento que vean en mí un ejemplo de trabajo y de constancia. Todo lo que sea frivolidad, farándula y demás no es que me moleste porque al final los medios tienen que hacer su trabajo, la gente consume mucha historia ajena, también quiere ver que otras personas hacen cosas que ellos no pueden hacer y admirarlos o que ellos sí pueden y otros no; es la esencia humana. Las personas quieren ver quién es tu novia, qué coche tienes, qué ropa vistes… Esas cosas generan siempre interés en la gente porque es el típico cotilleo español. Sé que los medios tienen que cubrir también esa faceta y no es que me moleste, pero tampoco lo fomento; no hablo de mi vida personal, mi trabajo…
De vuelta al deporte. ¿Es de los que alardea de sportinguismo?
No alardeo de sportinguismo, alardeo de Asturias. Lo defiendo a muerte porque considero que en Asturias se trabaja muy bien, somos gente muy afable que te abre las puertas, tiene una cultura determinada de la convivencia más personalista. Ahora que vivo en Madrid cada uno tiene su historia, sus movidas y la gente va a lo suyo. Aquí en Asturias, quieras o no, todo el mundo es partícipe de lo que hace otro y se involucra. Tienes una cultura un poco más rural y eso lo exporto, lo disfruto y lo vendo mucho. En el tema de deporte, como he sido deportista, el Sporting es un equipo en el que he jugado cuando era niño, la primera escuela de fútbol que hubo en Arriondas fue la de Mareo… Con lo cual te vinculas con los colores, pero no soy fanático. Me gusta mucho el Sporting, tengo mucha amistad con Javier Fernández y Javier Martínez, los dirigentes del Sporting, y lo disfruto. No se me ocurriría nunca insultar a un jugador si falla una falta porque es un deportista. A mí no me entra en la cabeza que alguien no quiera meter un gol, no quiera ser la mejor versión de sí mismo o no quiera correr la banda porque está enfadado. Soy de los que piensa que cuando voy a competir lo hago hasta que me muera y a nadie se le ocurre cuestionarme. Valoro el fútbol a nivel deportivo ¿qué puedo tener más simpatía por el Sporting? Sí, me gusta mucho, pero voy al Tartiere y veo el Oviedo y ojalá gane y suba a Primera y el Sporting lo mismo y que gane la liga uno y segundo el otro. No me importa absolutamente nada.
Hablemos de redes sociales. Últimamente no publica tanto como antes, pero tampoco evita temas de actualidad. Por ejemplo, el de la denuncia falsa de una violación homosexual en Madrid. ¿Se puede opinar abiertamente de todo sin que te den palos?
No y Twitter me parece tan impersonal que me he dado cuenta de que por eso pierde la efectividad de la conversación. Puedo opinar de todo, argumentar todo, entrar en Google ahora mismo, leerme cuatro cosas, pensar que sé de algo y opinar y dar lecciones. En este momento hay opción de réplica, pero es efímera, puedo decir lo que lo quiera y ese impersonalismo hace que, en un momento dado, llegues a sentir que no consigues el objetivo. Mi objetivo de exponer algo es poder hacerle ver a la gente que hay una opción de algo diferente a lo que ellos opinan. Si algo he aprendido e intentado trabajar desde que soy adolescente, es en no centrarme solamente en todo lo que lo que coincide con lo que yo pienso. Intento ver cosas que opinan completamente diferente a mí y pensarlas muy mucho, a ver si tiene su parte de razón. Hay muy poca gente que lo haga porque al final te retroalimentas de los que piensan como tú y eso lo vas exagerando. Es uno de los problemas que está existiendo en esta sociedad, la polarización de la gente que opina como tú. En España ahora mismo la gente está muy radicalizada. Cuando ya ves que no hay posibilidad de diálogo, opinar en determinados momentos no merece la pena, merecería si hubiera un debate abierto con gente de un gremio y sabes de lo que estás hablando, pero opinar por opinar, no. Twitter ahora mismo es una herramienta de manipulación y la gente no lo utiliza como fórmula de información. Intentas decir algo porque el otro opinará otra cosa y luego le vas a contestar o vas a generar que haya muchos click en ese tweet. Al final estás consiguiendo una repercusión muy alta y que se hable de ti, pero lo has hecho a base de devaluar el contenido. En mi caso, quiero tener notoriedad y visibilidad porque profesionalmente he conseguido llegar a un nivel en el que la puedo tener, no por hacer cosas que repercutan sin tener objetivo ninguno. En Twitter si entras y comentas, siempre vas a tener alguien que no piense como tú y que va a generar discordia y no merece la pena. Últimamente lo he dejado bastante de lado.
¿Teme que le puedan etiquetar?
Es difícil etiquetarme porque tengo varios puntos de vista de cada cosa y no suelo radicalizarme en nada. Con todo, siempre habrá alguien cuyos intereses o los intereses, en este caso de la Federación, no vayan al unísono y se sienta perjudicados por alguna cosa. Esa persona siempre va a generar esa animadversión hacia ti o a etiquetarte, pero es normal desde el cargo que tengo ahora. Es un puesto que tiene repercusión social y ahora mismo se habla mucho de nuestro deporte, tiene muy buenos resultados. Cuando entras en un cargo de estos también sabes a lo que te expones. Al final todo el mundo te etiqueta y tiene una predisposición a pensar sobre ti algo porque cree que eso que has hecho no le gusta. A nivel político, por ejemplo, puedo estar de acuerdo en cosas de Podemos, Vox, PP, PACMA, Izquierda Unida… Hay mucha gente muy válida en todos los sitios. Últimamente no prima tanto el sentido común como el sentido de pertenencia.
“Mis padres tienen una confitería y han tenido que cerrarla durante tres meses, pero no me atrevo a decir si las restricciones en Asturias se han hecho bien o no”
Casi dos años de pandemia, ¿se hace duro?
A mí no me ha afectado tanto. La única pena que he tenido en esta pandemia ha sido por la gente que realmente ha tenido casos de COVID y que lo ha pasado mal, ha tenido un detrimento en su capacidad pulmonar cardiorrespiratoria; gente con problemas mentales que se ha tenido que quedar en casa encerrada y eso ha acrecentado su problema, familias que han perdido familiares y que lo han pasado fatal… En mi caso, no puedo decir que haya estado infeliz ni un solo día por culpa del coronavirus. Gracias a Dios, y como te dije al principio de la entrevista, sólo pienso en salud. El resto me da igual, lo pelearé yo y estaré en el lugar en el que mi capacidad de trabajo, mi talento y mi constancia me haga estar, pero sólo pido salud y hasta ahora no me puedo quejar de nada.
Usted tiene muchos amigos en la hostelería y estamos en una comunidad donde el ocio nocturno va a permanecer cerrado hasta finales de enero. ¿Se ha hecho demasiada sangre con el sector en Asturias?
Hay que tener en cuenta que es una enfermedad nueva. Si a eso le sumas el caos que hemos tenido a nivel social y económico, tomar decisiones estando todo tan polarizado nunca va a contentar a todos. Si hubiéramos tenido la experiencia, el conocimiento empírico de que una enfermedad se gestiona una manera determinada y los actuales dirigentes por su manera de pensar toman una decisión contraria al sentido común, dices: ‘No estoy de acuerdo’, pero ahora mismo no tendría la osadía de aventurarme a criticar cuestiones que nadie sabe por dónde van a ir. Supuestamente vacunados casi no tendría que haber problemas y ahora sale otra variante y luego otra… Sí que es cierto que me da mucha pena ver al sector de la hostelería pasarlo mal. Mis padres tienen una confitería, han tenido que cerrarla durante tres meses y son situaciones comprometidas, pero tampoco puedo decir si se ha hecho bien o no porque es nuevo. Criticarlo sería sumarme a un carro de gente disconforme y estar a favor de lo que han hecho, al revés.
Y una más, las mascarillas en exteriores. ¿Sí o no?
Yo que sé si cuando hablas con alguien resulta que, de forma inconsciente, sale saliva de tu boca, pega en la frente de la persona y lo infectas… Sería subirme al carro de Twitter, sería opinar de algo que no sé. Dicho de otra manera, si me preguntas si irías más rápido en piragüismo metiendo la pala 10 centímetros más adelante, apoyando la cadera, empujando con el brazo de arriba, sacando la pala hacia fuera porque la hoja de la pala tiene una forma de hélice y ayuda al deslizamiento y te apoyas con el oblicuo y la pierna empujando hacia adelante o sería mejor estirar con el brazo, te contestaría que si tiras hacia atrás vas a durar 20 metros, la piragua no va a caminar y encima todos los vectores van a ir en diagonal. Sin embargo, en este caso no tengo ni idea.
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