El director Javier Ríos denuncia la retirada de 180 Grados, documental de contenido crítico realizado durante el confinamiento, de la plataforma audiovisual
El actor y director Javier Ríos, gijonés de adopción, denuncia que su documental ‘180 Grados’ ha sido retirado del catálogo de Netflix apenas 17 horas después de su estreno. “Teníamos un contrato de cesión de cinco años, sin embargo, la tarde noche de su estreno ya no figuraba en la plataforma”.
No es un documental cómodo. La cinta propone una “crónica minuciosa del triunfo del neoliberalismo sobre la vida humana en el contexto de la crisis del Coronavirus”. Realizado en Madrid, durante el estado de alarma, distintos expertos debaten en él en materias como sanidad, política y economía. “Fue una sorpresa que Netflix decidiera comprarlo. Aunque fue Netflix Europa, no España, la que adquirió los derechos. Una de las teorías que tenemos es que en el momento en el que se vio en España se detonaron las alarmas”, explica Ríos, su director. Solo una teoría, porque el gigante audiovisual no le ha contestado, de momento, sobre los motivos que han llevado a la retirada.
“Este proyecto tenía esa oportunidad de llegar al gran público, con un punto de vista diferente que no suele estar en los mass media ni en las plataformas generalistas. Estamos indignados y no somos los únicos a los que les ha pasado. Varios documentalistas me han escrito con relatos similares y también hemos visto lo que ha pasado con la obra sobre Santa Teresa en los Teatros del Canal de Madrid”, denuncia.
«Hacer cine comprometido tiene sus consecuencias y las hemos padecido desde el minuto uno»
180 Grados, quinto documental del director, sí puede verse a través de Filmin, al igual que sus anteriores trabajos ‘Return’ y ‘Aquí estamos’, este último presentado en el mes de enero en Gijón. “Para nosotros era muy bonito que estuviera en Netflix, y más que se estrenará casi coincidiendo con la gran movilización que hubo en Madrid en defensa de la Sanidad Pública, ya que con el documental, hecho en Madrid, mostramos esos meses cuando la ciudad era una morgue”.
Considera el director que es una “mala praxis” por parte de la compañía adquirir una obra para horas más tarde retirarla, pero no se muestra sorprendido. “Siempre hemos tenido problemas: con televisiones públicas, autonómicas, festivales financiados por determinados Ayuntamientos…Hacer cine comprometido tiene sus consecuencias, y las hemos padecido desde el minuto uno”.
“Parece como si tuviéramos un minuto de lucidez para ver lo verdaderamente importante”, reflexiona la activista española Yayo Herrera en un punto del documental, en pleno confinamiento. Un minuto de lucidez, una reflexión que, de momento, ya no se podrá ver en Netflix.