Satisfechos de que el desfile vaya a partir del IES Mata Jove, los representantes vecinales aprovechan para sugerir al Ayuntamiento una recuperación de la implicación de los barrios en el espectáculo, y una apuesta por la multiculturalidad
Que la Navidad, entendiendo que dicha palabra abarca todas las celebraciones entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, es un periodo marcado por la ilusión, la esperanza y los buenos deseos es recurrir a un mantra que los medios de comunicación, el tejido comercial, las Administraciones públicas y los ciudadanos comunes se encargan de repetir un año tras otro. No sin razón, por supuesto, aunque, en el caso de La Calzada, los motivos para ese cúmulo de tópico se han visto acrecentados. Y es que, en el que es uno de los barrios más poblados de la Zona Oeste de Gijón, la noticia de que la Cabalgata de este año partirá del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Mata Jove, y recorrerá buena parte de sus calles, de las de Moreda y de las de El Natahoyo antes de internarse en el centro de la ciudad, ha despertado una alegría colectiva y sincera. Una sensación, en fin, de volver a ser tenidos en cuenta en el marco de esas festividades navideñas… Que, eso sí, los lugareños aprovechan para reclamar un cambio de enfoque de cara a ediciones futuras.
Antes de proseguir, bueno es hacer un poco de memoria. Desde el pabellón de dicho centro educativo, la comitiva comenzará la marcha a las 17.30 horas del 5 de enero, enfilando las calles Los Andes y Toledo para, a continuación, cubrir parcialmente la avenida Príncipe de Asturias. Desde ahí Sus Majestades de Oriente y sus respectivos séquitos llegarán a Cuatro Caminos, y avanzarán por la avenida de Galicia, la calle Dos de Mayo y la avenida de José Manuel Palacio. Será en ese punto donde la comitiva se desvíe hacia Marqués de San Esteban, etapa obligatoria antes de dar el salto a Pedro Duro; desde allí la Cabalgata penetrará en la avenida de la Costa, primero, y en San Bernardo, después, momento en que sus miembros estarán, de hecho, en el casco urbano gijonés. A continuación pasarán por la plaza del Instituto y las calles Jovellanos, Los Moros y Munuza, hasta arribar a la plaza del Carmen, desde la cual regresarán a Marqués de San Esteban. Será el último tramo, antes de desembocar en los Jardines de la Reina, parada y fonda del desfile. Se estima que el periplo de Melchor, Gaspar y Baltasar, que reunirá a cerca de un millar de participantes, termine no más tarde de las 21 horas.
«Que se haya escogido La Calzada para empezar el espectáculo es algo de lo que nos alegramos; lo valoramos positivamente», admite Carlos Arias, presidente de la Asociación Vecinal ‘Alfonso Camín’ del lugar. Prudente en sus declaraciones, aunque sentido en cuanto al contenido, el representante de los habitantes de la zona es de los que han sopesado con calma ventajas e inconvenientes de esa elección… Y tienen claro que las primeras ganan por goleada. No sólo por el más que probable efecto positivo que tendrá sobre los comercios y negocios hosteleros del barrio, «porque el que más y el que menos compra o toma algo antes de volver a casa ese día«, sino también por la posibilidad que supone para que La Calzada se sitúe en el centro del debate por algo amable. «Sinceramente, estamos un poco cansados de que, cuando se habla de nosotros, se haga pensando en la contaminación, el tráfico, el famoso vial… Aquí hay un orgullo de barrio muy fuerte, y nos gusta que se nos vea como algo más que eso».
Precisamente ese orgullo es el que lleva a Arias a aprovechar el protagonismo de La Calzada en la Navidad de este año para lanzar una sugerencia a futuro. Si se quiere, una opción de reenfoque: rescatar, hasta cierto punto, aquellas Cabalgatas de barrio de tiempos pasados, marcadas por una fuerte, si no total, implicación ciudadana, e integrar parte de sus características en los despliegues de este siglo XXI. «Sería importante dar visibilidad a la gente y a los negocios de aquí en el desfile«, analiza, seguro de que, «si a las personas les das cauces para participar y se los facilitas, lo hacen; es un día de ilusión, todo el mundo quiere formar parte». Además, en ese «todo el mundo» están incluidos también aquellos representantes de poblaciones extranjeras que, cada vez más, contribuyen a rejuvenecer el barrio. «De un tiempo a esta parte ha venido mucha gente de fuera: sudamericanos, africanos, europeos del este… Cada cual trae sus propias culturas, su forma de entender la Navidad, y sería bueno que también eso estuviese representado en la Cabalgata. A fin de cuentas, son una masa importante».
De momento, y a la espera de que el gran día se materialice, a ser posible con el beneplácito de la meteorología, Arias sus representados ya están ultimando sus respectivas cartas a los Reyes Magos. Y, en el caso específico del presidente vecinal, los deseos se parecen bastante a los del año pasado… «Que nos saquen los camiones de aquí. Basta de promesas. Pido eso, y que la contaminación se vaya de una vez por todas. No sólo para nosotros; para todos los vecinos de Gijón».