Decenas de fieles responden a la convocatoria formulada por la congregación Kehilá Beit Emunáh Asturias, y se reúnen en la plaza del Fontán con el afán de recabar apoyos contra lo que entienden como un creciente rechazo hacia los hebreos
Más allá de las matanzas perpetradas sobre el terreno, de las bajas de civiles inocentes, de la pérdida de tropas propias y de los motivos que hayan propiciado su estallido, la doble guerra que Israel sostiene en Gaza y Líbano ha propiciado una consecuencia indiscutible: el que es el único estado judío del mundo se ha convertido, con o sin razón, en el ‘malo’ a ojos de buena parte de la comunidad internacional, en poco menos que un villano de tiempos pasados que se vale de su poder militar, sostenido por el apoyo de Estados Unidos, para atacar a sus vecinos palestinos y libaneses. Un sentimiento que ha llegado a radicalizar posturas hasta el punto de propiciar arranques de antisemitismo. Y es contra esa tónica que, en las últimas horas de la tarde de este sábado, decenas de miembros y simpatizantes de la comunidad judía asturiana se concentraron en la plaza del Fontán de Oviedo, en respuesta a la llamada hecha por la congregación Kehilá Beit Emunáh Asturias, para rogar que las decisiones políticas y geoestratégicas no degeneren en un rechazo a todos aquellos que profesan una determinada fe.
Con la menorá, el inconfundible candelabro de siete brazos que hace las veces de símbolo para los hebreos, muy presente en distintas formas, los presentes trataron de difundir su mensaje entre los viandantes de la zona, muy concurrida siendo sábado y a pocas jornadas de Nochevieja. No obstante, por encima de dicha pieza hubo un elemento con un protagonismo mucho mayor: el recuerdo, plasmado en una gran pancarta colgada de uno de los balcones de la plaza, de que el antisemitismo no es más que un delito de odio, no una simple opinión, y, por tanto, un hecho penado, tal como se recoge en el artículo 510 del Código Penal español. Y, por descontado, tampoco faltaron las referencias a la shoá, el Holocáusto perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, una herida aún sangrante en el corazón de la comunidad judía… Sobre todo, en un momento en el que cada vez más voces en todo el mundo establecen similitudes entre el comportamiento de aquella Alemania y el Israel liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Si eso fuera verdad, en vez de estar protestando por un antisemitismo inexistente en España, estarían protestando en contra de su propio gobierno para que parara la matanza y el genocidio. Sus actos, los retratan.
El estado de Israel está perpetrando un genicidio. Eso es lo que deberían estar protestando los judios de fe.