Con el proceso aún en curso, la Coordinadora Ecologista denuncia «la precariedad o inexistencia de depuradoras o sistemas de tratamiento» en el polígono industrial del lugar
Un nuevo frente se abre en el ámbito de la gestión de las aguas en Gijón. Tras la denuncia presentada por la Coordinadora Ecologista de Asturias, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha confirmado la apertura de un nuevo expediente sancionador contra la Empresa Municipal de Aguas de la ciudad (EMA), por vertido de aguas residuales y de escorrentías al cauce del río Pinzales, procedentes del Polígono Industrial de Somonte, sin contar con la preceptiva autorización administrativa. El resultado se concentra a la altura del puente de la calle José Llama Fernández, y son perfectamente visibles desde el paseo que recorre el cauce, una senda muy frecuentada por los vecinos del lugar.
«Estos vertidos contaminan el cauce aguas abajo, problema que continúa a pesar de que llevamos años denunciando los vertidos», recordaban este lunes desde la Coordinadora, cuyo responsables critican que sus acciones se han sucedido «sin que ni el Ayuntamiento, ni el Principado hayan tomado medidas para evitar esta contaminación, que acaba en el río Aboño, que sigue siendo otro río muy contaminado». Más aún, desde la entidad ecologista están convencidos de que todo lo anterior es posible «con la complicidad de las administraciones, que miran para otro lado», y recalcan que los efectos «acaban en el mar, y las corrientes arrastran al resto de playas de Xixón y de todas las que hay al este», lo que afecta «no sólo al ocio, sino a las labores de los pescadores y a las distintas actividades deportivas que se realizan en las proximidades».
Así, más allá del expediente en cuestión, para Coordinadora es fundamental que se apliquen acciones para acabar con los vertidos desde Somonte, con carácter inmediato. «Debemos ser conscientes de la precariedad o inexistencia de depuradoras o sistemas de tratamientos de vertidos en estas instalaciones, así como del inevitable impacto que generan en el entorno de la cuenca donde terminan», afirman. Y describen la del Consistorio y el gobierno autonómico como «una actitud cada vez más indolente y suicida, que parece optar por no tomar las medidas adecuadas para paliar la contaminación tras años y más años de advertencias».