En un vídeo de Facebook, cuenta cómo se llevaron a su perro a una protectora varias veces y este no pudo volver a cuidar del ganado
Lucía Velasco, ganadera asturiana, tiene su explotación de vacas en el municipio de Las Regueras, donde pastorean siguiendo la tradición de la trashumancia. En 2018, ganó el Premio a la Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales, que otorgaba el Ministerio de Agricultura.
Recientemente, ha compartido un vídeo en Facebook donde advierte a los turistas de que no se lleven a los perros que están con las vacas. «Son perros que están trabajando, no están abandonados», dice. En el vídeo, cuenta cómo unos turistas se llevaron varias veces a su mastín a una protectora. «Ataron al perro y se lo llevaron, me llamaron y, como activaron el protocolo de abandono, tuve que pagar 150 euros porque lo atendieron y lo desparasitaron, cuando ya lo estaba», explica.
Pero lo peor fue que esto se repitió en otras dos ocasiones. «La segunda vez el perro ya fue más a gusto a la protectora, porque allí le daban chuches y comida y tuve que volver a pagar otros 150 euros. Como allí le daban chuches, el perro al día siguiente se fue solo a la protectora y, cuando me llamaron, me dijeron que si el perro volvía a aparecer por allí la multa sería de 600 a 3.000 euros», relata. Por esta situación, no pudo volver a dejar a su perro cuidando de las vacas, «es para lo que está enseñado, es un perro que estaba trabajando y me lo estropearon, ahora es una mascota», dice.
Lucía aconseja a los turistas que no den de comer a los perros que vean en las fincas cuidando de las vacas y que no se acerquen a las vacas a hacerse fotos. «Si queréis haceros la foto, mirad que esté el dueño allí, nadie os va a quitar de hacerla, pero si os acercáis cuando las vacas están solas, el perro va a ir y las vacas lo pueden embestir, porque están acostumbradas a pelear con lobos y están defendiendo a sus hijos», advierte. Asimismo, explica que los perros están delgados porque caminan todo el día por los montes, no porque estén abandonados, que es lo que mucha gente piensa cuando los ve.
«Son pequeñas cosas con las que nos hacéis mucho daño a los ganaderos, mi perro se estropeó por culpa de personas que lo cogieron sin permiso», remarca.