Elena Cebada, gerente de la IGP: «Quien la prueba, entiende todo lo que hay detrás»
Sin necesidad de presentación. Así ha llegado hasta la sala VIP de Madrid Fusión la IGP Ternera Asturias, donde, de la mano de Cocina de Paisaje, estos días presenta en la capital su propuesta de la mejor manera: en forma de bocado. Y es que quienes desde este lunes han pasado por la sala del congreso gastronómico más importante del mundo, han podido ver, oler y saborear esa carne mantequillosa y tierna al paladar, que tantas alegrías ha dado a los ganaderos asturianos.
No es la primera vez que esta IGP se pasea por Madrid Fusión, y dada la buena acogida, seguro que tampoco es la última. “Es una cita en la que hay que estar para poner a la IGP Ternera Asturiana en el mapa no solo nacional, sino también internacional, de la mano de cocineros de mucho prestigio”, explica la directora gerente de la IGP, Elena Cebada. Pero no solo la alta cocina es el objetivo de esta ternera, que busca penetrar -aún más- en todos los hogares: “No podemos olvidar que hablamos de un producto de consumo semanal, por eso queremos llegar a todo tipo de público, y lo hacemos gracias a estar disponibles ya en casi cualquier lineal de España”.
Más de 6.200 ganaderos se encuentran tras esta IGP, respetando siempre la cría en extensivo en explotaciones muy pequeñas, al estilo tradicional. A ello, hay que añadir las razas autóctonas asturianas y la alimentación única que se proporciona en el Principado. Todo ello influye en la calidad de una carne que ya goza de reconocimiento, también fuera de los límites de la comunidad.
“Quien la prueba” – explica Cebada- “entiende todo lo que hay detrás”. En un momento, además, de gran conciencia con la sostenibilidad y las formas respetuosas de producción, también con el bienestar animal, la IGP se alza como una gran opción para el consumidor final. “Es importantísimo elegir lo que compramos. En ello tenemos una gran responsabilidad todos nosotros. Es una elección conjunta”, insiste la directora gerente de la IGP. En este sentido, y para controlar la calidad de la ternera asturiana, todos los pasos de la cadena de producción son verificados por el consejo regulador, lo que aporta ese valor añadido que buscan las familias. Y así lo explica: “Si cada año se verifican 22.000 terneras, son 22.000 terneras que hemos visto, verificado y seguido durante todo el proceso”.