Coger el autobús para ir al colegio. Masticar antes de tragar. Lavarse las manos a la hora de comer. Ponerse la chaqueta para salir a la calle. Esas pequeñas cosas que para la gran mayoría son habituales y se aprenden por inercia, no lo son tanto para quienes padecen una discapacidad intelectual o física. Todo esto, y no solo matemáticas o lengua, es lo que aprenden en los centros de educación especial, en colegios como el Castiello de Bernueces de Gijón. Consuelo Barbado, su directora, asegura que la inclusión educativa de estos niños sería lo ideal, pero «en estos momentos es imposible».
¿Qué opinan los centros de educación especial sobre la Ley Celaá?
La Ley Celaá ha sido aprobada este jueves 19 de noviembre en el Pleno del Congreso entre una gran controversia. La eliminación del castellano como lengua vehicular, la supresión de las cuotas en los colegios concertados o los nuevos criterios para la admisión del alumnado son algunas de las claves de la polémica. Pero no las únicas. El papel de los centros de educación especial también se ha puesto a debate.
Isabel Celaá, ministra de Educación, manifestó la intención del Gobierno de convertir los colegios de educación especial en centros de apoyo a la inclusión «que brinden asesoramiento y ayuda para que los alumnos puedan incorporarse progresivamente a los colegios ordinarios». Las críticas no se hicieron esperar, ya que muchos consideran que la medida aboca inevitablemente al cierre de estos centros.
Para Barbado las noticias sobre la la reforma educativa han supuesto una gran confusión. La directora del colegio público de educación especial Castiello de Bernueces cree que la polémica medida del Gobierno hace referencia a la plena inclusión, y asegura que los centros de educación especial son los más interesados en que esto se consiga, sin embargo «hoy es imposible». Añade que «se necesitarían muchos más recursos, contratar más personal, invertir en formación y una nueva metodología de trabajo». Por ello, piensa que pasarán muchos años antes de que se consiga.
El colegio de educación especial Castiello de Bernuces: atención personalizada y autonomía
Inaugurado en 1983, el colegio de educación especial Castiello de Bernueces es uno de los 5 centros públicos para niños con discapacidad de toda Asturias. En la actualidad cuenta con 120 alumnos de los 3 a los 21 años, niños y jóvenes que padecen, entre otras patologías, discapacidad intelectual, autismo, síndrome de down o discapacidad física.
Para Barbado la atención personalizada es clave. «Aquí respondemos a las necesidades de cada uno de los alumnos de manera individualizada, mientras que en un colegio ordinario se hace de manera global». Esto no sería posible sin una gran plantilla. Por ello, el centro cuenta en estos momentos con 56 profesores, 28 monitores de comedor y 9 auxiliares educadores, que trabajan en grupos de 1 solo alumno hasta 7 de máximo según el grado de discapacidad y las necesidades.
El colegio de educación especial Castiello de Bernueces cuenta con 56 profesores, 28 monitores de comedor y 9 auxiliares educadores para 120 alumnos de los 3 a los 21 años
La finalidad última del centro es la autonomía de los niños , pero saben que a veces es imposible. Aún así, los profesores trabajan cada día para que «cualquier aprendizaje tenga utilidad en la vida de los alumnos en la medida de sus capacidades, incluso en los aprendizajes curriculares». La recompensa viene cuando ven cómo evolucionan y, sobre todo, cómo sonríen mientras lo hacen. «Aquí son felices», asegura la directora.
Integración de los niños con discapacidad en la sociedad
La inclusión e integración de las personas con discapacidad parece aún hoy un imposible. «Hace falta un cambio en la sociedad, una nueva mentalidad, pero es muy difícil porque somos los gran desconocidos«, lamenta Consuelo.
Demasiadas veces después del paso por el colegio «no tienen más oportunidades», especialmente en las familias con poco recursos, por lo que acaban quedándose en casa. Y eso es también lo que intentan evitar.
El colegio de educación especial Castiello de Bernueces ofrece un módulo de formación profesional en agraria para los mayores de 18 años con prácticas en empresas. Un paso más en la lucha por la incorporación laboral, sobre la que todavía «hay mucha reticencia».
Desde que abrieran las puertas del centro en los 80 han cambiado mucho las cosas. Por aquel entonces, «se hablaba todavía de subnormales y los colegios de educación especial siempre se levantaban en las afueras de las ciudades porque se escondía la discapacidad». Esto, afortunadamente, cada vez sucede menos, pero la plena inclusión de la que habla la Ley Celaá «está todavía muy lejos».
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