Luis Manuel Madiedo Hontañón, profesor y abogado
El muro y la playa de San Lorenzo son un emblema de la ciudad de Gijón en todos los sentidos. Es un referente para los gijoneses de nacimiento o adopción y un referente para los que nos visitan.
Y el Muro de San Lorenzo se enfrenta al día de hoy a un dilema determinante en su futuro ya que va unido a una cuestión de absoluta actualidad como es la movilidad.
¿Que hacemos con el Muro de San Lorenzo?
En la reciente pandemia el gobierno local, todavía en ejercicio al día de hoy, decidió peatonalizarlo por completo y enviar el tráfico a la Avenida de la Costa o directamente a la ronda sur. La cuestión es que fue una solución de urgencia que solo puede considerarse temporal. Un parche en toda regla.
La peatonalización del Muro de San Lorenzo, o la pacificación del trafico en el mismo, es una cuestión estructural para la ciudad, no es una anécdota.
A su componente turístico, hostelero y de ocio se une su carácter de importante vía de conexión entre distintas zonas de la ciudad.
Se acercan las próximas elecciones municipales y algunas fuerzas políticas que concurren a las mismas con cierta posibilidades de éxito, hacen bandera del Muro de San Lorenzo y la solución a los distintos problemas que concurren en él.
Su solución es el soterramiento del tráfico de vehículos a motor en todo el paseo y terminamos con el problema. Mantenemos un muro de San Lorenzo incontaminado y al mismo tiempo la vía de comunicación se mantiene con total capacidad de absorción del tráfico rodado a motor.
Una solución ambiciosa e inviable al día de hoy por cara, digamos mejor, por exageradamente cara.
En política el realismo debe formar parte del análisis del escenario. No se pueden enterrar sesenta millones de euros de presupuesto inicial, que pueden terminar siendo muchos más, en un capricho electoral cuando tenemos pendientes otras obras mucho más importantes para mantener a Gijón en el mapa nacional e internacional.
En este sentido es suficiente con mencionar un par de ellas: el Vial de Jove y la Estación intermodal vinculada a la terminación del metro tren.
Podrían mencionarse más, no obstante estas dos son paradigma de todo lo que queda por hacer para conseguir continuar siendo una ciudad importante a nivel regional, nacional e internacional.
Y entonces a partir estos dos componentes : el Muro de San Lorenzo como zona de ocio, turística y emblema de la ciudad y el Muro de San Lorenzo como vía de comunicación todavía necesaria entre la zona este y el centro y salida de la ciudad
¿qué solución viable que compatibilice ambas cuestiones podemos tener?
Pues parece que la solución de la plataforma única puede ser la mejor.
Las aceras al mismo nivel que la calzada, el trafico pacificado a treinta kilómetros por hora en un recorrido muy corto, no llega a los dos kilómetros, y en un futuro eléctrico no parece demasiado agresivo.
Recordemos también que el invierno en Gijón es largo y que el Muro de San Lorenzo es difícil de llenar de vida en todos esos meses y puede convertirse en un entorno demasiado inhóspito, que a nadie beneficia.
La plataforma única permitiría también la reversibilidad cuando fuera necesaria, en nuestra Semana Grande por ejemplo, y el servicio permanente y necesario a los residentes y negocios de toda la zona.
Si queremos un Gijón amable y prospero para los gijoneses y para los que nos visitan, que cada vez son más importantes en nuestro PIB, debemos ser eclécticos y tácticos en las respuestas.
Convirtamos el Muro de San Lorenzo en un ejemplo de movilidad sostenible y dejemos la fuerza bruta, muchas veces innecesaria y cara, para otras actuaciones en la ciudad que siguen durmiendo el sueño de los justos.