El ‘esbardu’ recogido en abril en Teverga, cuando tenía tres meses y pesaba 2,1 kilos, estuvo recuperándose en un centro en Cantabria y desde el jueves, ya con más de 25 kilos de peso, vive sin contacto con humanos en León

La historia de ‘Alba’, osezna que fue encontrada sola en abril en Teverga, incapacitada para regresar con su madre, va camino de tener un buen final gracias al trabajo conjunto de Asturias, Cantabria, y Castilla y León en la recuperación del oso pardo cantábrico. En aquel momento, con tres meses y 2,1 kilos de peso, fue trasladada por los agentes del Medio Natural que la rescataron a Oviedo para ser revisada en una clínica veterinaria, donde se confirmó que no presentaba heridas ni patologías. Desde allí viajó a Villaescusa, al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria, donde permaneció hasta el pasado jueves, cuando dio un paso más en su proceso para volver a su hábitat.
Ahora reside en Valsemana, en el recinto de aclimatación de osos pardos, adonde la llevaron técnicos de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria. En León completará su proceso de adaptación al medio para aumentar sus posibilidades de supervivencia, periodo que se podría alagar entre uno y dos meses, antes de su reintroducción en la naturaleza en Asturias.