Por Urbano Rubio Arconada
«Democracia no es colgar la banderita arco iris en el balcón municipal, ni es imponer solidaridad, ni el doble discurso que engorda las estadísticas del crimen (…). La democracia se ha convertido en una palabra ‘mágica’ que utilizan todos (…) como un instrumento para conseguir objetivos»
¿Por qué no ha ganado Le pen? Agrupación Nacional de Le Pen ha arrasado en Francia y pospone su victoria para ser la futura presidencia del país (impepinable), pero gana el Frente de Globalista francés (unión de centristas de Macron, izquierdas radicales, caciquismos locales y la movilización masiva de los musulmanes): más incertidumbre, menos ley y orden, menos industrialización, menos potenciación de la cultura, más solidaridad coactiva, más deuda (financiada por los nietos) para restar soberanía en favor de las elites supranacionales. Le Pen ha perdido las elecciones legislativas, para coger carrerilla y arrasar en un plazo corto. Mientras, los periódicos españoles, de pensamiento retribuido y afán propagandístico, llaman extrema derecha a decenas de millones de habitantes franceses: insultante para el nicho de votantes que pertenecen principalmente al sector productivo del país (trabajadores y emprendedores), persuadidos por su proclama de ámbito social y en defensa de la identidad gala. El país vecino está en plena decisión de dos caminos posibles: superar la violencia importada de volante globalista o una revolución hacia la reconstrucción de la ley y el orden. Un polvorín político con mecha encendida, que puede llegar a todos sus vecinos geográficos; un punto de ebullición política interna y de geopolítica.
¿Quién ha votado a Le Pen? La casi victoria de Marine Le Pen puede leerse como la consecuencia del hartazgo de la mayoría de ciudadanos ante la denigración de los valores como nación, la degradación de los servicios públicos y el constatado naufragio de todas las promesas. Hoy Francia es una nación rota, insegura empobrecida y en acelerada decadencia, con amenazas evidentes para la cohesión social.
¿Hay correlación entre inmigración ilegal y el aumento de la violencia? Conforme a las estadísticas, España está en la Francia de hace diez años. Es triste, pero, bien parece, que sea necesario que ocurra lo de allí para que reaccionemos aquí. En el cercano 2018, la muerte de mujeres en España correspondía a hombres extranjeros en 10%, hoy, en 2024, la cifra es de casi el 45%, según datos del INE. Los datos indican que hay una clara correspondencia entre el aumento de la inmigración descontrolada y el aumento de la violencia, lo contrario es manipular la realidad.
¿Este fenómeno migratorio tiene repercusión económica? La sociedad del ‘bien estar’ -construida con el trabajo del pasado- se puede esfumar en poco tiempo. España es un país altamente endeudado donde el presupuesto ya no alcanza ni para los españoles: el 26,5% de la población vive en riesgo de pobreza. Los recursos son limitados y el buenismo mata.
¿Qué coño es la ‘extrema derecha’? Pues lo que era ser demócrata hace un par de décadas: defender la vida, apostar por la familia, control de fronteras, preservar los principios occidentales como la bondad, el compañerismo o el trabajo, bajos impuestos, sentido común. Amparar estas cosas hoy, es ser de extrema derecha. Se utiliza esta expresión dentro de un contesto ficticio con el propósito de descalificar y demonizar al contrario y, eludir, así, el debate racional. No obstante, hay que reconocer que esta estrategia tiene éxito, sobre todo en entornos sociales intoxicados por la manipulación de parte de los medios de comunicación.
¿Hay partidos extremistas en España? Por la derecha, aún no; considerar que sí los hay es de extrema idiocia. Los llamados de extrema derecha, realmente, son partidos anti globalistas, anti establishment, con ideario conversador en valores, de lógica humanista, principios y tradiciones, que defienden la soberanía nacional y con una guía programática económica que, sobre el papel, se basan en la libre competencia.
¿Qué es una democracia? Desde luego no es repartirse la justicia (u otras cosas) entre PP y PSOE. Democracia no es colgar la banderita arco iris en el balcón municipal. Ni es imponer la solidaridad. Tampoco es el doble discurso que engorda las estadísticas del crimen. Sería, en esencia, un marco de libertades. La realidad es que la democracia se ha convertido en una palabra ‘mágica’ que utilizan todos, la mayoría sin darle contenido, utilizada como un instrumento para conseguir objetivos, aunque sea destruyendo libertades y agrandando desigualdades: una democracia “prebendaria” para ir tirando a corto plazo con un coste muy alto para el futuro.
¿Votan mal los españoles? La educación, la enseñanza y la propaganda televisiva han establecido un marco ideológico erróneo, y por ello, a mi entender, propicia que se vota mal. Uno de los lados del marco es el relativismo, donde todo nos parece justificado con la excusa de que es bueno para los colectivos en detrimento de los intereses generales, incluidos los propios. Una distopía estúpidamente admitida. Otro lado del marco, son la justicia social, que no es más que una excusa -en detrimento de los intereses individuales- para escatimar a los contribuyentes y trabajadores. El tercer lado, sería el borrado de principios y valores, lo que justifica actuaciones degradantes como la mentira o la corrupción «si son de los nuestros». Y el cuarto, una suma entre conveniencias prebendarias, resentimientos y envidia como caldo de cultivo dogmático. El abstencionista no es más que aquel que se le ha roto «su cuadro».
¿Cuándo se votará bien? Cuando seamos capaces de calificar justamente a los políticos por los hechos. Cuando recuperemos un modelo moral nutrido de valores, una enseñanza formativa eficiente, y una información libre de la mentira. En otro caso, el cambio de voto se dará, pero ‘a la desesperada’, cuando la ruina o la violencia obliguen a ello.
¿Se puede enviar a los políticos un tuit con una solución mágica? Claro: menos impuestos, más ganas de trabajar, innovar e innovar, y dejar de estar durmiendo en la ‘gran hueva estatal subsidiada’.
Buen texto. Agrada ver que hay alguien en Asturies que va más allá de las mentiras de los medios sobre la «malvada ultraderecha de Le Pen», (tan terriblemente xenófoba que tiene de líder a un chaval (Bardella) hijo de inmigrantes italianos).
Lo que desgraciadamente no tengo nada claro es que los patriotas vayan a ganar en el 2027. Las mentiras del sistema han vuelto a funcionar para crear ese frente antinacional, y en 3 años, si al final gobierna el islamofascista de Melenchon, en Francia habrá varios millones de musulmanes adicionales, todos con su boletín de voto de ultraizquierda repartido en la mezquita…
Puxa Asturies y Vive La France.