Las acciones, que se repetirán en Viesques y en La Calzada, son parte del proyecto Gijón Ecoresiliente, y contarán con la colaboración de los vecinos de esos tres barrios y de alumnos de una decena de centros educativos gijoneses
Con los primeros movimientos de tierra para la adecuación del terreno, paso previo a la plantación de un primer minibosque por el método Miyawaki en el entorno de la piscina y de la comisaría de Moreda, daban comienzo esta semana las obras para el desarrollo de las infraestructuras verdes en Gijón, cuya ejecución está prevista a lo largo de los próximos quince meses. La acción servía, así, de pistoletazo de salida para el proyecto Gijón Ecoresiliente, coordinado por el Servicio de Patrimonio e Infraestructuras Verdes de la Concejalía de Medioambiente y Sostenibilidad. Y es sólo el primer movimiento de piezas; a estas actuaciones seguirán otras iguales en los próximos días, tanto en Moreda como en los otros dos distritos en los que se desarrolla esta iniciativa: Viesques, donde se actuará en dos puntos diferentes del Parque Fluvial, y La Calzada, con la mirada puesta en las zonas verdes del entorno de la torre Horizon.
El objetivo en Viesques y La Calzada es el mismo que en Moreda: el acondicionamiento del terreno para plantar minibosques por el método Miyawaki. El objetivo es, si la meteorología lo permite, empezar a plantar dichos minibosques antes de finalizar febrero, con la colaboración de los vecinos y de 800 alumnos de diez centros educativos (EEI Miguel Hernández, CP Federico García Lorca, CP Los Pericones, CP Martínez Torner, CP Miguel de Cervantes, Colegio Montedeva, Colegio Virgen Mediadora, IES Mata Jove, IES Padre Feijoo y IES Emilio Alarcos) distribuidos en las tres zonas de intervención. A tal fin, los estudiantes han sido formado a lo largo de 2023, participando los vecinos en la selección de la ubicación de los minibosques. De hecho, el Vivero Municipal de Gijón guarda ya los primeros 8.100 plantones destinados a darles forma; de ellos, los últimos 3.000 han sido donados esta misma semana por el Vivero Forestal de La Mata del Gobierno de Asturias. Alisos, avellanos, saúcos, tilos, sauces, espinos albares, olmos, acebos, laureles, fresnos, robles y arces son las especies de la región atlántica seleccionadas.
La implicación vecinal, pieza clave a trabajar durante 2024
Como meta final, Gijón Ecoresiliente se ha marcado plantar, al menos, 15.000 ejemplares arbóreos y arbustivos. En definitiva, la generación de espacios de bosque natural, auténtico refugio de biodiversidad urbana, que servirán de apoyo al desarrollo de Corredores Ambientales, otra de las acciones del proyecto. En paralelo, se está trabajando en incrementar la sensibilización hacia la naturaleza, articulando un sistema de colaboración ciudadana, a la vez que se mejora la calidad de vida y el bien estar de los vecinos de Gijón, combatiendo el cambio climático al aumentar en poco tiempo la posibilidad de absorber CO2, disminuyendo la contaminación atmosférica y acústica y regulando la temperatura. Por su parte, los minibosques por el método Miyawaki consisten en terrenos donde se crean pequeñas zonas verdes con una gran densidad y amplia variedad de vegetación autóctona, a la que se le deja crecer con una mínima intervención, propiciando un proceso acelerado de formación de bosque maduro. Estos espacios están surgiendo en toda Europa. Para este 2024 uno de los objetivos es seguir trabajando la sensibilización, implicando, además de a los estudiantes, a los vecinos, ya que ambos colectivos participarán en la plantación.
Coordinado por el Servicio de Patrimonio e Infraestructuras Verdes, Gijón Ecoresiliente tiene como fecha final de ejecución julio de 2025, se está desarrollando desde julio de 2022 y cuenta con un presupuesto global de 3.176.465,20 euros. El 95% de su financiación parte de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), a su vez financiado por la Unión Europea.