Desde la semana pasada varios equipos están poniendo a prueba la lámina de agua para detectar necesidades, definir las medidas de seguridad necesarias, y ajustar tiempos y usos de cara a su plena utilización a partir de septiembre
Todo problema tiene una solución, reza el dicho; y aquello que no la tiene no es un problema. Siendo así, en su momento la supresión del ‘anillo navegable’ del río Piles se convirtió en un problema para los piragüistas del Real Grupo de Cultura Covadonga (RGCC); su solución vino de la mano de la predisposición del Ayuntamiento para ceder el empleo de la lámina de agua del Puerto Deportivo. Y, con la mirada puesta en comenzar a utilizarla a pleno rendimiento a partir del mes de septiembre, desde la semana pasada los primeros equipos del ente deportivo gijonés se han lanzado ya a las aguas de la rada para evaluar su calidad para la navegación, ajustar necesidades y, fundamental, perfilar las medidas de seguridad que se implementarán en esas aguas abiertas.
En concreto, han sido los palistas infantiles del Covadonga los que han estrenado la lámina, utilizando la varada de Fomento como punto de acceso y retirada. Bajo la atenta mirada de sus instructores y monitores, los niños han remado de un extremo a otro del puerto mientras, desde la seguridad de tierra firme, sus mentores tomaban nota de los primeros detalles. Condiciones de iluminación, ajuste de los horarios, coordinación de la actividad con las desarrolladas por otros usuarios… Son varios los puntos tenidos en cuenta, y que serán posteriormente elevados por el Grupo al Consistorio para, así, conformar un calendario y un plan de trabajo adecuados, que no molesten a nadie y que permitan a los piragüistas llevar a término sus entrenamientos.
Con todo, este bautismo de agua no ha estado exento de cierta polémica. Tal como recoge este martes el diario La Nueva España, algunas de las empresas y clubes que hacen uso del puerto han elevado la voz para criticar los inconvenientes que la utilización de ese recurso por parte del Grupo puede llegar a suscitar. En concreto, las quejas se centran en la seguridad, al ser una zona por la que discurren motos de agua y embarcaciones a motor. Ante todo ello, los responsables del Covadonga llaman a la calma, e insisten en que se hallan en una fase muy primigenia del desembarco en la lámina de agua, con muchos detalles que ultimar, particularmente los concernientes a la seguridad. Y recalcan que no será hasta septiembre cuando se disponga de ese cuadrante debidamente ajustado que, confían, suprimirá todos los recelos actuales.