Los tres comités de empresa señalan el 1 de abril como la fecha en que produciría la detención, mientras el Principado expresa su confianza en que las previsiones de la siderúrgica «no sean tan negativas»
Era más que previsible que, tras el anuncio de una posible parada del horno alto ‘A’ que ArcelorMittal opera en Veriña, en caso de que la evolución del mercado no le sea favorable a la multinacional, las organizaciones sindicales reaccionarían. Y esa respuesta no se ha hecho esperar. En las últimas horas de la tarde de este jueves los tres comités de empresa con representación en la factoría gijonesa salían al paso para exigir a la siderúrgica que justifique semejante posibilidad. Más aún, a tenor de los datos de producción que manejan a día de hoy, la previsión presupuestaria para 2024 se realiza con un solo horno alto en funcionamiento a partir del 1 de abril.
En el caso concreto de Comisiones Obreras (CCOO), su secretario general en ArcelorMittal Asturias, José Manuel Castro, advertía ayer de que, de confirmarse la parada, se verían afectados «miles de trabajadores», por no hablar de la repercusión en toda la actividad económica de la región, y de su impacto en plantas como la de Sagunto y Etxebarri. El malestar general es palpable, motivado no sólo por le propio anuncio, sino por «la falta de información» al plantear una posibilidad de tanto calado. A esto se suma que no está previsto por la empresa convocar a los sindicatos para otros asuntos pendientes, como la negociación del convenio colectivo. En último término, ni Castro, ni los dos comités restantes alcanzan a discernir si se trata de «un anuncio serio», o de un intento de la compañía de influir en esa negociación colectiva «metiendo miedo», algo, por otra parte, «muy recurrente».
Como las organizaciones sindicales, también el Gobierno autonómico reaccionó este jueves a las posibles pretensiones de la siderúrgica, aunque en un sentido menos pesimista. La consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico del Principado, Nieves Roqueñí, mostraba ayer su confianza en que las previsiones de ArcelorMittal «no sean tan negativas» y, finalmente, no requieran parar el horno alto gijonés. Su esperanza, en último término, es que «se pueda ir recuperando la producción, y no haya que someter a Asturias a este ajuste». En cualquier caso, Roqueñí espera que las decisiones de carácter coyuntural que tome la empresa «tengan la menor repercusión posible», tanto sobre el empleo como sobre la actividad de esta compañía, que tiene «un efecto tractor» en toda Asturias.