Los de David Gallego, que estuvieron todo el encuentro por delante gracias a los goles de Kravets y Djuka, acaban sumando un punto en tierras malagueñas
Soso partido del Sporting en La Rosaleda para sumar un punto más y encadenar ya seis encuentros consecutivos sin perder. Resultado justo tras ver el devenir del duelo, en el que los locales fueron netamente mejores, pero nadaron a contracorriente. Djuka, de penalti, adelantó a los rojiblancos. También desde los once metros empató Brandon. Antes del descanso, un gol de fortuna de Kravets dio al Sporting una ventaja que solo pudo neutralizar Ramón en los minutos finales de juego.
No supo el Sporting replicar el buen inicio que firmó en el encuentro frente al Villarreal. Los de David Gallego saltaron al campo despistados, imprecisos. En diez minutos, ni un pase en campo contrario. Los más activos, Pablo Pérez y Cuéllar, que pese a estar lesionados siguieron el encuentro desde el banquillo malacitano para animar a sus compañeros. El Málaga, sabedor de su condición de local, aprovechó el pobre inicio rojiblanco para mandar en el partido. Y en las estadísticas, gracias a sendos remates de Paulino y Kevin que atrapó Mariño.
Estaba el Sporting que no sabía si jugaba en Málaga o en Cádiz cuando Villalba hizo bueno un patadón en largo de Pedro para pisar área por primera vez (y campo contrario también) y servir un pase defectuoso al “Puma”, que fue derribado torpemente por Kevin. El colegiado, mutis por el foro, terminó viéndose obligado a asomarse a la pantalla plana del VAR para dictaminar el penalti. Djuka, con neurocirujana seguridad, Dani Martín batido a un lado, transformó la pena máxima para poner el sorpresivo 0-1 en el marcador.
El Sporting, sin haber encadenado dos pases en campo contrario, se encontró con el marcador de cara. Un gol que anestesió el buen inicio malacitano. El balcánico pudo incluso convertir el segundo, tras un buen pase a la carrera del “Puma” que plantó a Djuka en un mano a mano con Peybernes. El montenegrino encaró y ensayó el disparo desde la frontal, pero el balón se fue rozando el palo de la portería de Dani Martín.
Tiene el fútbol estas cosas, y el guion se volvió a repetir. Cuando peor estaba el Málaga, recomponiéndose en su esquina del noqueo goleador rojiblanco, les llegó el premio. Víctor Gómez botó una falta lateral desde casi el centro del campo que Paulino prolongó con un escorzo. El balón llegó a Escassi, que fue derribado imprudentemente por Gragera. Tuvo que ser de nuevo el plasma junto a los banquillos el que hiciera entrar en razón al colegiado para señalar los once metros. Brandon, con un remate de los que se estudian en las escuelas de delanteros (raso, fuerte, pegado al poste, engañando al portero) puso las tablas antes de la media hora de juego.
Hubieron de jugarse 36 minutos de juego antes de que el Sporting trenzara una posesión larga y con sentido en campo rival, prólogo del 1-2, que llegó en la siguiente jugada. Recibió Kravets pegado a la cal, frente al banquillo de ajosé Alberto, para deshacerse de Paulino y levantar la cabeza para otear el área, donde Djuka y Villalba buscaban el remate. El centro, defectuoso, se convirtió en un inapelable disparo que se coló en la portería de Dani Martín. Un pase mal ejecutado que se tornó en un golazo, teledirigido a la escuadra. Con victoria visitante se llegó al descanso.
El Málaga comenzó la segunda parte más activo incluso que en la primera, pisando mucho área rojiblanca. De nuevo fue Paulino el primero en probar los guantes de Mariño, perfectamente abrochados para negar su disparo. Contestó el Sporting, diez minutos ya de juego, con un disparo del “Puma” tras un buen balón largo de Nacho Méndez que Dani Martín rechazó a córner.
A punto estuvo de liarla Berrocal, en un despeje aparentemente sencillo, sin presión, en el que golpeó al aire. Brandon aprovechó el grosero error del zaguero, pero estuvo lento de decisiones frente a Mariño, permitiendo al andaluz rehacerse y salvar la clara ocasión malacitana. Volvieron a tenerla los locales en un buen disparo de Febas desde fuera del área que Mariño rechazó con solvencia.
Faltaba media hora de partido y el encuentro amenazaba con hacerse interminable para el Sporting, cada vez más y más asediado por el Málaga, apoyado en el balón parado y en un siempre amenazante Brandon. Intentaba el Sporting traspasar su miedo a los locales con acercamientos aislados. Como un remate alto de Villalba tras un buen centro de Kravets.
Sin ocasiones claras, la sensación de peligro parecía constante. La Rosaleda, inclinada sobre la portería de Mariño. El mismo que atrapó, felino, un cabezazo a bocajarro de Gassama a centro de Víctor Gómez. El vigués volvía a salvar al Sporting y todavía quedaba un cuarto de hora. Cada “¡Uy!” boquerón era un suspiro de alivio rojiblanco.
Cerca estuvo de sentenciar el Sporting en una contra tras un pase trigonométrico del “Puma” a Djuka, que se plantó solo frente a Dani Martín y, tras controlar con el pecho, intentó una vaselina que se fue por muy poco, quedando el balón encestado en la parte alta de la red.
Y tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por romperse. Paulino, en una gran jugada individual, intentó un lanzamiento que rechazó Mariño. El balón fue a dar a los pies de Ramón, en la frontal, que clavó un derechazo a la escuadra de la portería visitante para poner el empate. Un punto que pudo ser mucho más para los locales si el Málaga hubiera logrado embocar una de las ocasiones que tuvo en el descuento.