Cerca de 120 estudiantes del centro han puesto a la venta sus diseños en la librería infantil ‘La Madriguera’, con los que recaudar fondos para la joven gijonesa diagnosticada con la enfermedad rara de GNAO1
La iniciativa llevada a cabo por Tania de la Cruz hace semanas en su negocio parece haber surtido su efecto. Esta propietaria de la librería infantil ‘La Madriguera’, en el barrio de Pumarín, organizó en el mes de diciembre una actividad de cuentacuentos en su negocio con el que poder recaudar fondos para ayudar a la familia de Nora Montoto Sevilla, una niña gijonesa de 10 años con la enfermedad genética de GNAO1, que no cuenta con apenas investigación ya que solo la padecen 150 personas en el mundo, 14 en España.
A la actividad acudió Zoe, una alumna del colegio Laviada que quedó «impresionada» con la vida de Nora y llevó a clase el cuento que habían dedicado a la joven en la librería. «Leímos la historia en clase y nos gustó mucho, pero no conocimos quién era Nora hasta que su madre nos explicó la historia de fondo», relata Susana Balash, profesora en el centro.
De esta manera, los compañeros de Zoe y el resto de clases de tercer curso también se vieron impactados por el día a día de Montoto y su distinta percepción cognitiva de vivir las cosas, y «sin que las profesoras dijéramos nada, todos quisieron hacer algo para ayudar». Así surgió la idea de Balash, iniciadora de la nueva iniciativa, de crear marcapáginas con dibujos de los alumnos para vender en La Madriguera y contribuir económicamente a ayudar a la familia de Nora.
Cerca de 120 alumnos de los cursos de tercero, quinto y sexto de Primaria de la escuela de Laviada confeccionaron los marcapáginas que se comercializaron en la tienda a precio de dos euros en las últimas semanas desde las Navidades y además, esta idea culminará como empezó: con la lectura del cuentacuentos en nombre de Nora por parte de De la Cruz en el colegio el próximo jueves. Tanto ella como Balash se muestran «emocionadas» por el compromiso voluntario adoptado por los niños del centro y coinciden en afirmar que «al final ellos son los que más empatía muestran con aceptar la diversidad de los demás».