«Aprendamos de nuestros vecinos gallegos, que han sabido aprovechar el tirón que tienen sus castros o de Italia, que ha convertido su patrimonio cultural en uno de sus mayores recursos económicos»


En una región aquejada históricamente por cuestiones tan cruciales como el desempleo y la inestabilidad económica, la cultura ha permanecido en un incómodo segundo plano. Sólo desde hace unas décadas, el patrimonio cultural, material e inmaterial, ha comenzado a valorarse y protegerse.
En Asturias contamos con una extensa normativa que protege el patrimonio. Existen tres niveles de protección: los BIC, o bienes de interés cultural, que pueden ser muebles o inmuebles, como conjuntos históricos, jardines, zonas arqueológicas… e incluso inmateriales, como la Cultura de la sidra, la asturianada o los bolos asturianos.
El segundo nivel denominado Inventario de Patrimonio Cultural del Asturias (IPCA) protege muebles e inmuebles con un grado “notable” de valor patrimonial, mientras el tercer nivel (los catálogos urbanísticos de protección) atañen al patrimonio por concejos en función de su interés.
Asturias se vende como una región de paisajes agrestes, playas y gastronomía. Además, desde la pandemia de 2019, como paraíso “sanitario”, debido a la extensión de nuestras zonas naturales donde aún en pleno agosto es raro cruzarse con otros turistas.
Sin embargo, la fabada y el cachopo, así como la playa y las sendas, no están reñidas con la visita a museos, pueblos, yacimientos arqueológicos o jardines históricos. Además, numerosos estudios prueban que cuando visitamos un lugar, aprendemos su historia o algún concepto que desconocíamos, sentimos una satisfacción inusual, que formamos parte de algo y nos sentimos más sabios en cierto modo. Recordemos que sólo se protege aquello que se aprecia y se comprende.
Asturias, Paraíso Cultural
Asturias es un paraíso cultural, es un atractivo más de nuestra región (incluso el principal). Contamos con el estilo prerrománico asturiano, único en el mundo pero también arte paleolítico (con cinco cuevas incluidas en la lista de la UNESCO), dólmenes y túmulos, castros de la edad del hierro en los que habitaban nuestros antepasados más cercanos, haciendas romanas, termas, un sinfín de iglesias y capillas… por no hablar de los museos y galerías para todos los gustos: desde aquellos para ir con niños como el del Jurásico en Colunga o el de la Minería en El Entrego hasta aquellos para todos los públicos, como el Bellas Artes de Asturias o el etnográfico de Grandas de Salime. Por no hablar del patrimonio industrial, con minas y castilletes que forman parte del acervo económico y el modo de ser asturiano o el funerario, con cementerios tan espectaculares como el de La Carriona en Avilés o el de Luarca y algunos desconocidos y únicos como el de Barcia.
La lista es interminable.
Si a ello sumamos además los rincones protegidos, construcciones tradicionales como los hórreos o casonas, jardines e incluso escaleras y puentes, tan “instagrameables”, tenemos un cóctel perfecto que harán las delicias de millenials y boomers por igual.
Las redes sociales nos ofrecen una oportunidad única de promoción cultural a la que algunas instituciones tímidamente se asoman. Pero es el gran público, nuestros visitantes y también los propios asturianos, los que se encargan cada día de publicar, fotografiar y filmar las maravillas por las que transitamos en esta tierra. Utilizar este gran recurso, en el que empleamos tanto esfuerzo en mantener, no sólo es una oportunidad sino también una obligación.
Aprendamos de nuestros vecinos gallegos, que han sabido aprovechar el tirón que tienen sus castros o de Italia, que ha convertido su patrimonio cultural en uno de sus mayores recursos económicos, generando a su vez oportunidades de negocio y empresa como los relacionados con el merchandising cultural, las visitas guiadas, los tours teatralizados, etc.
Y es que, al igual que maridamos una merluza con una buena sidra, podemos hacerlo con una visita a ese pueblín tan guapo que tiene unos frescos medievales o un museo de relojes para luego hacer una ruta de senderismo.
En resumen, Asturias goza de un matrimonio perfecto con su patrimonio. Saquémosle partido.
