Entrevista a Raquel Fernández, jefa de comunicación de UNICEF Líbano
“En Asturias tenemos 11.000 socios y, aunque hay gente con poco poder adquisitivo, no quieren darse de baja. Es admirable”
“El Ingreso Mínimo Vital es parte de la solución, pero tienes que poner sistemas de control para que algunas personas no se aprovechen de determinadas oportunidades”

Ha hecho realidad el famoso pensamiento que hemos tenido alguna vez todos los periodistas: marcharnos de nuestro trabajo para hacer otra cosa. ¿Se considera una valiente?
No, no, ¡valiente no! Puedo serlo por otras cosas, pero por esta no porque es algo que está ahí desde siempre. A mí me preguntabas qué quería hacer y lo que quería era conocer a gente diferente, sitios diferentes, me interesa saber cómo puedo aportar a problemas que mantienen a muchas personas en situaciones que no nos podemos ni imaginar, que vemos de vez en cuando fugazmente en la tele, pero es más. Cuando trabajaba en medios de comunicación no me atraían los temas políticos, me atraían los temas sociales, la gente anónima… Me siento una privilegiada. En realidad, tuve la oportunidad de hacerlo y lo hice.
Antes de su entrada en el mundo de las ONG trabajó en lugares como la Fundación Príncipe de Asturias. ¿Cambia la percepción de estar en un lado a estar en el otro?
Hice periodismo y me dediqué a esta profesión porque realmente creo en lo que estudiamos de la función social del periodismo. Hay ejemplos de cosas que se denuncian en los medios, surte efecto y se producen cambios. Hay miles de cosas que si no están en los medios es como que no existen. Trabajar para visibilizar ese tipo de cosas desde un lado o desde el otro para mí es la misma aproximación a esta profesión.

¿La corona es un ejemplo de solidaridad?
No estoy al día de cada actividad o de los compromisos que tienen, pero la reina de España (Letizia Ortiz) es la presidenta de honor de Unicef en España y las dos reinas que he conocido en mi etapa en Unicef, que he podido ver de cerca cómo ejercen ese compromiso, lo he percibido como un compromiso real y como un compromiso de decir: ‘Yo quiero estar más implicada’.
El informe del Relato Especial de Naciones Unidas suspendía a los políticos por la pobreza en España en el año 2020. ¿Tenemos la clase política que merecemos?
Diría que tenemos la clase política que votamos, es como funciona la democracia, el mejor de los sistemas tal y como leemos constantemente. Dentro de eso, lo que me entristece un poco es la política del insulto, de la confrontación permanente, especialmente en las situaciones más duras. Me rechina que no haya una clase política donde lo que prevalezca sea la colaboración, que entre todos se analicen los problemas y buscar las mejores soluciones para las personas y el país.
¿La pobreza es un arma electoral?
No sigo muy de cerca las campañas electorales. Puedo leer programas de partidos, artículos de manera ocasional, pero no lo sigo al día. Sí es verdad que en recientes elecciones que haya percibido, no.

Dentro de las ayudas directas que otorga el Estado para los más necesitados se encuentra, por ejemplo, el Ingreso Mínimo Vital. ¿Instrumentos como este son la solución?
Son parte de la solución. No hace falta inventar muchas cosas nuevas porque hay países en Europa que tienen un nivel de bienestar y de cobertura social para los grupos más vulnerables muy diferente al nuestro. Obviamente son países algo más ricos que España y es simplemente mirar que están haciendo para ver cómo, dentro de nuestros recursos y nuestras capacidades, se puede hacer aquí para asegurar que las personas más vulnerables tienen sus necesidades cubiertas. Ese tipo de medidas tienen que estar obviamente acompañadas de controles porque antes hablábamos de escándalos en ONGs, pero también a nivel individual hay gente que aprovecha determinadas oportunidades.
“Lo que ha pasado con el precio de la luz no lo entiendo porque las cosas se pueden gestionar de otra manera y hay ejemplos de ello en Europa”
Y el comportamiento de elementos como la luz, el IPC o los alquileres, ¿influye?
Estoy muy sorprendida con el precio de la luz. Tuve que leer tres o cuatro veces lo que ha pasado con la luz en enero para creer que era verdad. Simplemente no lo entiendo porque las cosas se pueden gestionar de otra manera y hay ejemplos de otros países en Europa. Hay una parte que, obviamente, es de recursos y otra de gestión. Es como una familia que tiene un salario de 1.000 euros y sus cuatro miembros van a la escuela, viven bajo un techo y pueden pagar el agua y la luz y tenemos otra familia del mismo número de miembros con el mismo salario que no puede. Ahí la diferencia es de gestión. Mira Portugal, ¿cómo está su desarrollo económico? Hay muchos países a los que podríamos mirar.

¿Su trabajo se han intensificado con motivo de la crisis sanitaria?
Muchísimo porque UNICEF trabaja en dos frentes. Uno es facilitar que los países más pobres tengan vacunas. Ya sabemos todos que no es tan fácil porque para eso necesitamos donantes que apuesten por comprar las vacunas y llevarlas y gestionar con los ministerios de Sanidad que llegan a la gente. El segundo punto es que, en la respuesta al COVID, hay una parte que está muy ligada a campañas de comunicación en la fase inicial para asegurar que la población está informada de qué es esto, qué puedes hacer para prevenirlo y cómo a nivel personal. Ahora con las vacunas informamos mucho de cómo pueden registrarse en el sistema del Ministerio de Salud para vacunarse, donde te puedes ir a vacunar… Cuando había rumores de las vacunas dábamos la información real… También seguimos distribuyendo material de protección para sanitarios. Hay mucho trabajo de suministros y de comunicación.
¿Notan un aumento de personas dispuestas a ayudar?
Siempre, cada vez más y es maravilloso. Unicef en España cada vez tiene más socios a pesar de la situación. En Asturias tenemos 11.000 socios y quiero dar las gracias a cada uno de ellos porque sé que hay personas con muy poco poder adquisitivo, pero que no quieren darse de baja y lo siguen manteniendo. No tenemos una cuota fija y hay gente que no se quiere quitar. Es admirable.

¿Asturias es una comunidad solidaria?
Sí, claro que sí, como el resto de España, no hay distinción.
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