La actriz, Premio Princesa de las Artes, afirmaba tras su participación en el encuentro con escolares asturianos que «a los tres años ya sabía que quería ser actriz y que quería trabajar en el teatro y en la industria del espectáculo»
La actriz galardonada con el Premio Princesa de las Artes, Meryl Streep, ha afirmado esta mañana en Oviedo que durante el rodaje de ‘La muerte os sienta tan bien’ llegó a «odiar» el cine. «La parte tecnológica de la cinematografía me aburre muchísimo», ha indicado este miércoles. «Para mí, la emoción del cine es poder perderte en el personaje y eso es lo que verdaderamente me permite entrar en la historia, la parte tecnológica no te lo permite. Te sientes como un robot», ha asegurado, para añadir que el primer papel que le hizo enamorarse de esta industria fue el que interpretó en ‘Kramer contra Kramer’.
La actriz ha participado en encuentro con escolares de institutos asturianos en la Fábrica de Armas de Oviedo. Un acto enmarcado dentro de la Semana de los Premios, donde la galardonada en tres ocasiones con el Óscar va a recibir el Princesa de las Artes. «Cuando veo las personas que han ganado este premio anteriormente me apetece hacer las maletas e irme a casa», ha señalado.
Durante el encuentro, la actriz, que fue interrogada por estudiantes y por el guionista y director asturiano Sergio G. Sánchez, que ha ejercido de conductor del acto, ha indicado que ella no decidió ser actriz: «Yo a los tres años ya sabía que quería ser actriz y que quería trabajar en el teatro y en la industria del espectáculo». Con todo, ha explicado que iba a estudiar Derecho para ser abogada medioambiental, pero se quedó dormida y no pudo hacer el examen de acceso. «Me preocupa y hoy me sigue preocupando mucho la cuestión medioambiental», ha asegurado.
Steet, que con 21 nominaciones es la actriz que más veces ha estado en la quiniela de los Óscar, ha recordado que cuenta era adolescente había muy pocas expectativas para las mujeres. «Había muy pocas abogadas, doctoras o empresarias, éramos enfermeras, profesoras o madres», ha indicado, para resaltar que su madre le dijo que tenía que ser lo que se propusiera. «Eso me dio mucha confianza, siempre hay que encontrar a alguien que te dé luz y optimismo», ha explicado.
Sobre las lecciones que han aportado a la sociedad sus papeles, desde la escritora danesa Karen Blixen en ‘Memorias de África’ a la primera ministra británica Margaret Thatcher en ‘La dama de hierro’, pasando por la ama de casa Francesa de ‘Los puentes de Madison’, o la redactora jefe de ‘El diablo viste de Prada’, Steet ha explicado a los asistentes que «nunca me meto en una película con una agenda, no intento enseñar nada, quiero hacer algo verdadero con lo que la gente se pueda identificar».
«Tienes que ser leal a ti mismo, honesto y adherirte a tu propio código», ha afirmado. En ese sentido, preguntado por lo que han aportado sus interpretaciones a la lucha feminista ha querido dejar claro que «todos los personajes públicos tienen algún significado y tienen una responsabilidad, representas algo para la gente». Así, ha señalado que «hay muchísimas maneras feministas de estar y todos tenemos rasgos masculinos y femeninos en nosotros». «Hay infinitas maneras de ser mujer, tantas como personas hay en el mundo», ha explicado. «Los papeles que he ido eligiendo es porque me atraen esas mujeres y tienes la posibilidad de decir algo a través de esos personajes, que hay una verdad dentro de mi que puede representar algo para las mujeres», ha afirmado.
En ese sentido, de cara a la elección de próximos papeles, ha asegurado que para ello sólo «necesito encontrar algo que sea auténtico». «Me gusta mucho la contradicción, los personajes que no son lineales, que esperes una cosa y hagan otra, porque así somos los seres humanos. Me atraen las mujeres que no están de acuerdo, que son inconformistas. En definitiva, los personajes que son complicados», ha indicado, para añadir que «incluso en las comedias más tontas hay guiones que están muy bien escritos».
Sobre si es de esas actrices que se lleva los personajes a casa ha recordado que es madre de cuatro hijos, por lo que «no podía llevar los personajes a casa». «Las demandas de mi vida doméstica no me permitían perderme en la ficción, porque en la vida real es donde está la razón auténtica para vivir», ha sentenciado.