
“No debería ser noticia, pero así es, somos el primer campus inclusivo en Asturias”, nos lo cuenta Pelayo Del Riego, uno de los monitores que estos días trabaja en la Aventura de la Quinta. «Pero me gusta que lo sea, porque es la manera de que se promueva», añade. Y es que cada día, de 9 a 14 (con una hora de flexibilidad), más de una docena de niños y niñas se juntan en la Quinta de San Eutiquio (Castillo de Bernueces) para jugar como lo que son, niños.
Los chicos y chicas con y sin necesidades especiales disfrutan cada día juntos en actividades adaptadas al máximo a cada uno de ellos. “Al final no se diferencia de otro tipo de espacios como este. Los niños vienen, juegan, tienen actividades programadas, hacen deporte…hacen lo que harían en cualquier otro campus”. Lo señala Fany Fanjul, presidenta de la Asociación sin Límite que junto con la empresa de eventos Blinca comenzó el año pasado esta aventura.
“Con la pandemia vimos que había más necesidad que nunca de que los niños salieran al exterior e hicieran actividades. Todos son niños y todos necesitan estar rodeados de otros niños, sentirse integrados”. Tras la buena acogida del proyecto el año pasado, este verano repiten con familias que incluso se desplazan desde Oviedo o Villaviciosa solo para disfrutar de la actividad. Y es que gracias a su carácter inclusivo, hermanos, que en otros campus no pueden disfrutar juntos, aquí pueden vivir esta experiencia.
«Es una experiencia enriquecedora para todos, tanto para los participantes como para las familias. Para los niños con capacidades diversas es importante porque estamos normalizando su situación, es decir, están participando en un campus al uso. Y para los que no tienen esas necesidades, les permite trabajar la empatía y trabajar valores tan importantes como la solidaridad o el trabajo en equipo«, explica Fany.
Pelayo nos cuenta que, en ocasiones, los niños con necesidades especiales pasan demasiado tiempo rodeados de mayores: sus cuidadores, profesores o terapeutas. En este espacio, siempre bajo la atenta mirada de varios monitores, se sienten uno más, integrados en un grupo diverso. «Solo con el hecho de verse incluidos en el juego, es algo que sienten y se les nota. Además, los monitores contamos con una enfermera con experiencia en personas con necesidades especiales y nos asesora en todo lo que los necesitemos».
Porque, como nos señala el monitor, todos necesitan socializar, divertirse y avanzar. Y ahí radica la clave de este proyecto, donde se sienten integrados y aprenden unos de otros. «Los niños conocen que cada uno tenemos distintos problemas o que somos diferentes, pero que no pasa nada. Ellos, como los adultos, tienen miedo a lo desconocido y aquí conocen otra realidad que les hace más sensibles y más empáticos», destaca.
El campus, que se desarrollará hasta septiembre, tiene aún algunas plazas libres para agosto que pueden gestionarse a través de los correos electrónicos: sinlimitesasturias@gmail.com o campus@blinca.es