
La entrevista de miGijón con el dueño del perro pomerania muerto en el ataque de dos perros potencialmente peligrosos en Viesques ha levantado un debate en las redes sociales de este diario, en el que muchas personas han defendido que no se hicieran generalizaciones con las razas PPP.
Nos hemos puesto en contacto con Gonzalo Álvarez, veterinario del Centro Veterinario Parchís, que asegura que en ningún caso las PPP «son agresivas per sé», y apunta: «Son perros que tienen carácter pero ningún condicionamiento biológico hacia la violencia. Son los dueños quienes no los educan bien. En este caso dramático, la educación de los animales fue el primer fallo, y el segundo, las medidas de contención que está claro que no fueron suficientes. Sobre el motivo del ataque, pudo haber algún componente de territorialidad».
«Cualquier bozal bien puesto es muy difícil de romper, incluso por perros con gran potencia»
Álvarez apunta que la mayor parte de los bozales que se comercializan cumplen con su función, pero los problemas pueden llegar al colocarlos mal: «La clave es asegurarse de que es de la talla apropiada y que está bien sujeto. La fuerza de la mordida se produce al cerrar, por lo que cualquier bozal bien puesto es muy, muy difícil de romper, incluso por perros con gran potencia».

El profesional de la salud animal reconoce que en algunos casos estos objetos «pueden provocar problemas dermatológicos» en las mascotas, pero que se acaban acostumbrando al uso continuado y no suelen dar más perjuicios.
Considera que en Gijón la Policía hace un buen trabajo de supervisión y que las medidas de control para los dueños cumplen con su función, si bien es cierto que la normativa deja algunos cabos sueltos: «Algunas razas bastante imponentes, como el Pastor Alemán, exigen saber dominarlas y no están consideradas PPP».
«Para tener cualquier tipo de perro habría que hacer pruebas a lo examen de conducir», dueño de dos Pitbull
El gijonés Rubén Urraca, que trabaja en una clínica de psicoterapia y es instructor de defensa personal, fue uno de los seguidores de miGijón que escribieron por Facebook para recordarnos que razas consideradas PPP, como el Pitbull, son utilizadas en «EEUU como perros para terapia de niños autistas».
Piensa que si se cría en un «entorno de amor, el perro será cercano y cariñoso». Así define a Duna y Bull, sus dos Pitbull, a los que pasea con la debidas medidas de seguridad: fuerte correa, bozal integral y siempre de uno en uno.
El ser dueño de estos animales no le impide pensar que «todos los perros, considerados peligrosos o no, deben llevar bozal, por respeto a otras personas». Además, considera que para tener cualquier can se debería poseer una licencia «tan restrictiva como el carnet de conducir. Son necesarios exámenes de conocimientos teóricos y prácticos. La gente se toma el tener una mascota a la ligera, pero no deja de ser una vida que tienes a tu cargo».