Seis meses después de estrenarse como presidente de Divertia, y convertido en una de las figuras más reconocibles del Consistorio, el otrora ‘número dos’ de Vox repasa su bautismo de fuego, marcado por las críticas de la oposición
El año que ya se acerca a su fin terminará en Gijón con un indiscutible protagonista de la escena política local: Oliver Suárez Rubio (Gijón, 1976). Y, en buena medida, a pesar suyo o, al menos, sin que la fama de que hoy goza sea un fin por él deseado. Su decisión de abandonar Vox y permanecer al frente de la empresa de festejos municipal Divertia, materializada el pasado 11 de octubre, sólo seis días después de que su antiguo partido fuese expulsado del Gobierno de la ciudad, posibilitó que el Ejecutivo de Carmen Moriyón conservase la mayoría en el Pleno, cierto, pero también le catapultó a una popularidad que, desde entonces, ha sido aprovechada como munición política por una oposición que ve en él al arquetipo de «tránsfuga», en el caso de la izquierda, y de «traidor», en el de sus antiguos compañeros. Una realidad de la que Suárez, en calidad de concejal no adscrito, intenta abstraerse, concentrado como está en que las celebraciones navideñas cuenten con el nivel que de ellas se espera, en preparar un Antroxu que ya se empieza a vislumbrar en el horizonte, y en trazar la hoja de ruta de un área en la que tanto los gijoneses como muchos de sus visitantes tienen puestas muy altas expectativas. Todo ello mientras aguarda a que el Consejo de Administración de Divertia nombre al futuro gerente de la entidad, cargo que, según todas las quinielas, recaerá en Fernando Losada, con quien augura una excelente simbiosis profesional.
El cambio de año ya está ahí, a la vuelta de la esquina, como quien dice. ¿Qué balance hace de estos primeros meses de la que está siendo su primera experiencia en el terreno político?
Gijón solicitó un cambio de políticas, un cambio en la forma y manera de hacer las cosas, y creo que se ha respondido a esas demandas que los gijoneses manifestaron en las elecciones dando una amplia mayoría al centro derecha. En ese sentido se ha atendido, y se está atendiendo, a todas esas peticiones en lo concerniente a movilidad, a la recuperación de la parte más tradicional de la Navidad, en la que todavía quedan por ver y hacer cosas, y dándole sentido común y normalidad a la convivencia en Gijón. La intención es que esa convivencia no se haga desde la imposición y el sectarismo que marcó los últimos cuatro años de la Corporación anterior.
A día de hoy, ¿qué tal es la relación que mantiene con Foro y con el PP, los dos partidos en el Ejecutivo?
Excelente en ambos casos. Tengo una relación más estrecha con Foro; al final, es el partido que lidera el Gobierno. Pero con los miembros del PP, también, desde Jorge Pañeda a Ángeles Fernández Ahúja, a Rodrigo Pintueles o Guzmán Pendás, a quien, por cierto, tengo pegado a mí en el Pleno. Tenemos una relación fluida, y en las cosas que nos competen para el día a día, en las que se necesita la cooperación de las concejalías, es muy operativa y amable. Por ese lado, estoy contento.
¿No ha cambiado nada en el trato con ellos después de todo lo que sucedió en octubre?
En absoluto. Anteriormente a mi salida de Vox la relación también era muy cordial y fluida. Tengamos en cuenta que me encuentro en un área que interfiere en diferentes aspectos, relacionada con diferentes concejalías, así que no ha habido diferencia.
«Soy una persona muy dialogante, pero Vox y yo estamos muy distantes, y no creo que se dé lugar a lo contrario en el futuro. Estamos muy alejados en la forma de hacer las cosas y ver la política»
No sé si preguntarle por el trato que mantiene con su antiguo partido… Hace pocos días la edil de Vox Sara Álvarez Rouco lo calificaba de inexistente.
Exacto. No existe.
¿Sin posibilidad de remisión?
Soy una persona muy dialogante, y siempre me abro a hablar, pero ahora estamos muy distantes, y no creo que se dé lugar a lo contrario en el futuro. Estamos muy alejados en la forma de hacer las cosas y de ver la política.
La expulsión de Vox del tripartito ha sido la gran noticia política de este año en la ciudad, junto con el resultado de las elecciones municipales del 28 de mayo. ¿Esperaba que algo así llegaría a suceder… Y tan pronto, tres meses y medio después de los comicios?
Era una decisión que yo mismo llevaba tiempo avisando de que se iba a producir si se llevaba a cabo lo que el partido decía. Así que, para mí, la decisión de la alcaldesa fue totalmente predecible y esperable.
¿Confirma, pues, que advirtió a Rouco de que el partido podía llegar a ser apartado del Gobierno?
Sí, hubo avisos previos. Pero los hechos están ahí. Advertí de la posibilidad de que las cosas se dieran como, al final, se dieron, y en algo tan sensible y tan consolidado como es el FICX… En fin, bajo mi punto de vista, era más que posible que generase polémica, y que podía tener las consecuencias que, finalmente, tuvieron.
«Será utópico, pero los eventos pagados por todos los gijoneses deben tener la menor carga ideológica posible»
De hecho, el detonante de la crisis fue la declaración de Rouco de que el FICX precisaba ciertos cambios y mejoras… Valorando, incluso, la supresión del Premio ‘Rambal’ a la mejor producción de temática LGTBI…
Todo en esta vida necesita cambios para mejorar, incluido yo mismo como persona, como político y como profesional. La misma ciudad es un conjunto de áreas de mejora. Partiendo de esa generalidad, se va a trabajar en que cada edición del FICX sea mejor, resulte más atractiva y esté más consolidada, si cabe, de lo que ya está. Dicho esto, no estoy a favor de que los eventos públicos que pagan todos los gijoneses se utilicen para potenciar ningún tipo de ideología, ni de derechas ni de izquierda, sino de que potencien la cultura, la parte técnica. Y aquí me da igual si hablamos del FICX o de la programación del Teatro Jovellanos. Son eventos que pagan todos los gijoneses y que tienen que intentar ser lo más objetivos posibles, con la menor carga ideológica, independientemente de que la Corporación sea conservadora o progresista. Esa es mi manera de ver las cosas al respecto de todo lo que se paga con dinero público. Se deben hacer eventos para todos, no con un sesgo u otro. Puede ser utópico, pero es a lo que hay que aspirar. Y para eso hay que tener a personas como Alejandro Díaz Castaño, que dirige el FICX desde fuera de la política, de una manera independiente y bajo un criterio profesional y cinematográfico.
Sí, pero esa asepsia se puede conseguir de dos maneras: o bien eliminando todo contenido o decisión con sesgo ideológico alguno, o bien integrando todas las maneras de pensar de una forma equitativa y equilibrada. ¿Cuál de ambos métodos defiende usted para Divertia?
No sabría decir… Si te decantas por la parte de implementar ideología de un sitio y de otro, buscando un equilibrio, siempre se va a generar polémica de si hay más de aquí, o más de allí. No teniéndolo claro, igual me decanto más porque no haya contenido ideológico y político. Y yo sé que es difícil, porque todo lo que es cultura siempre puede conllevar cierta carga ideológica, pero quizá deberíamos ir más a aspectos como una buena calidad de guión, de fotografía, de imagen, de narración, de bandas sonoras… Un aspecto más técnico que ideológico.
Y se llega así a la expulsión de Vox y, menos de una semana después, a su salida de dicho partido. ¿Por qué tomó esa decisión?
La tomé una vez vi que, cuando apelé al diálogo entre los tres partidos, se hizo caso omiso de mis palabras, y nadie tomó el liderazgo de decir «Vamos a sentarnos cinco minutos, y a ver si retomamos esto y lo podemos arreglar». A partir de ese momento me sentía responsable en dar una continuidad al Gobierno de centro derecha que la ciudad había elegido, y soy muy consciente de que, si no hubiera dado ese paso, la influencia de los partidos de la izquierda hubiera cogido mucho más protagonismo en el devenir de la ciudad durante los próximos cuatro años. Por mucho que se quiera decir, hablar o criticar, ese es el motivo.
Desde entonces han llovido sobre usted críticas de toda índole…
Contaba con ellas. Incluso de mis antiguos compañeros de partido.
Desde entonces, una parte no menor de las tensiones entre fuerzas ha sido la definición de si usted es, o no, un tránsfuga. PSOE, IU, Podemos y Vox afirman tal cosa; Foro y PP, en cambio, lo niegan. Sólo cabe preguntarle… ¿Qué es usted?
No me considero un tránsfuga. Me considero una persona que, en un momento determinado, ha velado por la continuidad de este Gobierno. Me hace mucha ilusión trabajar por los gijoneses, y sólo intento dar estabilidad a un equipo para que se puedan realizar las políticas necesarias para la ciudad. Ojo, tampoco voy a ser comparsa del PP o de Foro. Ante aquellas decisiones con las que no esté de acuerdo, así lo manifestaré. Y, en contra de lo que se ha dicho por ahí, no me he visto beneficiado en absolutamente nada que no tuviera ya.
Más allá de cualquier otra consideración, para usted no ha debido ser un trago dulce el de estos últimos meses. ¿Ha llegado a arrepentirse de no haber entregado el acta de concejal?
Toda esta situación no ha sido agradable, y más cuando se entra a la descalificación, en el ataque a lo personal, y en valoraciones que no vienen al caso, ni son justas, ni se corresponde con la realidad. Sí que, en un primer instante, hubo algún momento de duda pero, aunque suene buenista, me pesaba más la responsabilidad de lo que consideraba que era coherente y responsabilidad mía, que es dar a los gijoneses esa estabilidad. Así que lo asumes, te abstraes y te centras en trabajar, y fue lo que realmente me pesó, a pesar de las consecuencias, de los desaires, de los insultos, de las valoraciones personales… Que son las que más duelen. Y sin contenido, por el mero hecho de hacer daño. También es cierto que no lo consiguen.
«Al llegar, el presupuesto de la sociedad estaba desajustado con la realidad; se ha equilibrado la partida de ingresos para ajustarla al incremento de gastos y de la inflación«
El último foco de polémica se produjo en el Pleno de diciembre, cuando la oposición pidió que el Gobierno le reprobase por haber dicho en una entrevista concedida al diario El Comercio, y cito, no estar a favor del uso de «las actuaciones musicales, por ejemplo, para tratar de promocionar una lengua que no existe». Posteriormente rectificó tal afirmación, aduciendo que lo que había querido decir es que el asturiano no es una lengua oficial. Por zanjar la cuestión… ¿Existe o no existe el asturiano?
El asturiano existe; hay gente que lo habla. Lo que no es es oficial, y otra cosa es que yo esté de acuerdo con que lo sea, o no, o que opine que el afán de imponerlo no se corresponde con la realidad de la calle, o que no englobe los diferentes acentos y bables que hay dependiendo de la zona geográfica… Evidentemente, el asturiano que se quiere oficializar existe porque es una realidad pero, insisto, no es oficial.
Dejemos a un lado las cuestiones políticas. A efectos puramente funcionales, ¿cómo ha vivido estos primeros meses al frente de Divertia?
Están siendo muy intensos. Sobre todo, el aterrizaje, con toda la campaña de verano en marcha, con mucho acto, con mucho evento a la vez… E intentando ponerte al día con el funcionamiento de la empresa, en la que hay mucho por atender y ver. Aunque también están siendo muy satisfactorios. El equipo humano, casi cincuenta profesionales, me ha acogido con mucha amabilidad y cercanía, y estoy muy contento con ellos.
¿Cuáles han sido sus prioridades?
De entrada, me encontré con una sociedad cuyo presupuesto estaba totalmente desajustado con la realidad. El único socio, que es el Ayuntamiento, llevaba haciendo una aportación escasa durante los dos últimos ejercicios por la prórroga presupuestaria, y en 2022 hizo falta una aportación extraordinaria para poder dar un balance muy poco positivo. Eso es lo primero que había que solucionar. Equilibrar la partida de ingresos para ajustarla al incremento de gastos y de la inflación, a la subida de coste y cachés, y al coste de personal. También hubo que ajustar la aportación del Ayuntamiento como único socio, ya que aquí lo único que genera ingresos es el Jovellanos y el FICX. Por eso era prioritario ajustar esa aportación, y es en lo primero que trabajé con la concejalía de Hacienda, llegando al acuerdo con la concejala María Mitre de tirar de recursos propios este año. Por suerte, la liquidez de la sociedad era lo suficientemente buena para arrojar por debajo de un millón de euros de pérdidas, y no tener que acudir a las arcas del Consistorio para solicitar una aportación extraordinaria. A partir de ahí, de cara al 2024 se ajustará para que la sociedad sea viable.
Las cuentas hablan de un presupuesto superior a ocho millones de euros para el próximo ejercicio. ¿será suficiente?
Con 6.780.000 euros de aportación municipal, va a estar ajustado al gasto. Creo que, incluso, vamos a trabajar desde la parte financiera de la sociedad, junto con el próximo gerente, por dar un resultado positivo. Y es verdad que, al ser una entidad que da un servicio público, no está para obtener una rentabilidad, pero sí para no dar pérdidas. Y si podemos tener una pequeña reserva de cara al año 2025, mejor. En eso se va a trabajar, y en eso nos vamos a centrar tanto con la responsable financiera, como con los de cada una de las áreas. Cada uno tendrá su presupuesto asignado, al que nos tenemos que ceñir, y tendremos que ir revisando para que no haya desviaciones.
Sin incluir el FICX y la actividad estival en la ecuación, el primer gran despliegue de actividad de Divertia bajo su mando es la programación navideña. ¿Qué puede esperar el gijonés medio de ella?
Tenemos una programación cargada de actividades prácticamente diarias, desde en el Jovellanos hasta toda la parte de Festejos. Sin ir más lejos, en el teatro hemos disfrutado del ciclo de Atalaya, que acaba de terminar y que ha celebrado sus primeros cuarenta años, y hemos tenido a la OSPA, la recepción del príncipe Abdeladid… Y vamos a tener el autobús y el barco de la Navidad, diferentes coros a partir del día 22 de diciembre, las Campanadas de Nochevieja, la gran novedad de las ‘Pequecampanadas’… Ese último aspecto es importante, porque los niños tiene que ser los grande protagonistas de la Navidad. Eso, claro, sin olvidarnos del concierto de Año Nuevo, que este año va tener dos pases por primera vez, el 1 y el 2 de enero, y cuyas entradas se agotan rápidamente todos los años. Y, por supuesto, la tradicional Cabalgata desde Montevil.
¿Augura un buen resultado?
Sí, creo que será una Navidad masivamente exitosa. Lo estamos viendo cada fin de semana. En este reciente puente de diciembre la afluencia de gente a la ciudad ha sido brutal. Yo, que he estado aquí, por la calle, he oído a la gente transmitir su gusto por la iluminación. Gijón es una ciudad muy viva, y creo que este año lo será más todavía, y que la gente estará más satisfecha y contenta.
Y, dentro de nada, el Antroxu…
De hecho, ya se está trabajando con las diferentes charangas. Además, este año cae en 10 de febrero, muy temprano. En esta santa empresa de lo que sí te das cuenta es de que no paras, porque luego arrancaremos Semana Santa, la Semana Grande… Es un continuo devenir. Yo, que me relaciono mucho fuera de Asturias, me percato del nivel de actividad que hay en Gijón, y es algo que los gijoneses debemos valorar.
¿Puede revelar alguna de las novedades carnavalescas del 2024?
No hay mucho que revelar, la verdad… Va a ser muy continuista.
«Fernando Losada conoce la casa y la ciudad perfectamente, y creo que, si es elegido gerente de Divertia, puede ser un buen compañero de viaje»
¿Qué le pide usted al nuevo año, desde su posición como presidente de Divertia?
Lo que queremos es que la oferta lúdica y festiva para Gijón y para los gijoneses sea la mejor posible. Lo cual para nada quiere decir que sea mala la actual, pero vamos a trabajar por mejorar lo que tenemos al máximo posible. Pensando en la Semana Grande, vamos a ver si conseguimos dar una oferta de conciertos gratuitos en la plaza Mayor y en Poniente de la mayor calidad posible, y con el mayor atractivo. La verdad es que, estando en este puesto, te poner a echar números y te sorprende el alto coste que tiene todo. Ya no sólo los cachés de los artistas, sino también la producción. En eso se está trabajando, en hacer la oferta lo más atractiva posible para los gijoneses y para toda la gente que viene de fuera, y siempre ajustándonos al presupuesto. Tenemos que aprovechar la afluencia del turismo; sobremanera ahora, con la reducción del trayecto hacia y desde Asturias en ferrocarril. Pero no quiero que, bajo ningún concepto, gastemos más de lo que ingresamos. Ahí está lo complicado de la cuestión.
Ha mencionado el turismo, una actividad que, a menudo, discurre en paralelo a la cultura, o directamente ligada a ella. Sin embargo, también existe un debate en Gijón sobre el modelo turístico que se desea para la urbe. Temas como el temor a la gentrificación, la apuesta por un modelo de visita de calidad o las dificultades para vivir en ciertos barrios están en el foco. ¿Qué opina de esa simbiosis?
Es algo que quiero pone encima de la mesa, invitar a mis compañeros de las concejalías de Turismo y Cultura a trabajar de la mano con Divertia. Creo que son tres piezas claves dentro de la ciudad, y debemos actuar de una manera transversal y muy bien conjugada para dar una imagen de ciudad que potencie tanto la cultura como el turismo y el ocio de una forma sana y de calidad. Se trata de evitar, precisamente, que Gijón se convierta en una ciudad inhabitable. A día de hoy no veo un atisbo de riesgo de que eso pueda pasar, pero sí debemos ir muy de la mano para hacer un proyecto de ciudad atractivo para el turismo y para los gijoneses, a nivel cultural y de ocio, haciendo que prime la calidad. Y yo me empeñaré e intentaré impulsar que el diálogo entre las tres áreas sea fluido, y que se haga un trabajo en conjunto. Al final, convergemos en mucho.
¿Qué papel juega en sus cálculos la plaza de toros de El Bibio? Su reapertura, como la recuperación de los espectáculos taurinos, obtuvo una fuerte contestación en las calles…
Estamos trabajando muy intensamente en darle un contenido cultural y de ocio a un recinto como la plaza, de manera perenne y que sea lo suficientemente atractiva. La intención es que albergue eventos de toda índole, desde conciertos a markets, acontecimientos culturales, quizá alguno deportivo… Hacer uso de ese emblemático edificio, y que no esté cerrado casi todo el año, y se dedique sólo diez días a la feria taurina. No obstante, en breve podremos ser más precisos en el contenido.
Un contenido en cuya elaboración también jugará un papel importante el futuro gerente de Divertia… Cargo para el que todos los dedos señalan a Fernando Losada. ¿Qué puede decirnos? ¿Será el elegido?
Durante el tiempo que estuvo abierto el proceso de selección recibimos doce o trece currículums, en total; entre ellos estaba el de Losada. Veremos qué decide el Consejo, pero es una persona sobradamente preparada, con un bagaje profesional en diferentes áreas muy importante. A nivel formativo y curricular, no tengo nada que decir. Conoce la casa y la ciudad perfectamente, y creo que puede ser un buen compañero de viaje, y aportar mucho y muy bueno tanto a Gijón como a Divertia. Si es el elegido, empezaremos a trabajar de la mano con él en mejorar todo lo que nos queda por delante.
«Estamos muy alejados en la forma de hacer las cosas y de ver la política.» VOX siempre a sido diáfano en la manera de ver y hacer las cosas en política, así que la pregunta sería ¿por qué se presentó a las elecciones con VOX? Yo estoy muy alejado de los planteamientos de VOX , por eso no les voto y mucho menos me presento a las elecciones con sus siglas.
«A partir de ese momento me sentía responsable en dar una continuidad al Gobierno de centro derecha que la ciudad había elegido…» La ciudad votó a VOX, no al señor Oliver Suárez, son elecciones con listas cerradas donde no puedes escojer a las personas, sólo las siglas; por lo tanto es un tránsfuga de libro.
De todas formas le deseo éxito en el desarrollo de sus funciones.
Artículo de auto blanqueamiento de un tránsfuga sin ética y sin principios cuyo objetivo era seguir cobrando como presidente de Divertia. Y ahora colocar a Losada, su amiguín del alma, con el que colaboró durante años y al que acompañó como experto en quiebras. Oliverio Comunicalia y Losada Tankalab, empresas que colaboraron durante muchos años…. hasta que estos magníficos gestores las llevaron a la quiebra..