«Si quieren que el Proyecto tenga sentido más allá de este próximo gobierno nacional, deben ordenar su organización, debe elegirse su organización y debe plantarse cara a las dificultades que eso mismo conllevará»
Me he pasado parte de la tarde y casi de la noche dudando sobre cómo abordar el artículo de esta semana. Llevo tiempo con ganas de escribir sobre la situación de Podemos y de Sumar en Asturias y en Gijón, y las circunstancias que se han dado esta semana, con Podemos dejando definitivamente la coalición con Sumar y, por tanto, de formar parte de su grupo parlamentario y yéndose al Grupo Mixto, me ha brindado una buena oportunidad.
Por otro lado, me cuesta no escribir sobre un asunto muy gijonés, que nos afecta más de lo que nos puede parecer, como es la colocación de las marquesinas/intercambiador en el ‘entorno’ de El Humedal. Y digo ‘entorno’ porque la afectación es más amplia de lo que parece: calle Llanes, plaza Europa, avenida de la Costa, calle Palacio Valdés, paseo de la Infancia y, finalmente, plaza de El Humedal (que pasará a ser rotonda de El Humedal, nada de plaza)
En estos dos asuntos he consumido las horas de preparación para, al final, hacer como casi siempre: tumbarme en el sofá y dejar que las palabras fluyan con mayor o menor acierto. Vamos a ello.
Sobre Podemos y Sumar. Parece que, diga lo que diga sobre este tema, a uno le van a caer palos de cualquier lado. Quizá esa primera cuestión deba ser motivo de análisis por los interesados. Entrando en materia, creo que empieza a ser hora de preguntarse qué pasa con Sumar y con Podemos en Asturias. Respecto a Podemos, de lo que podemos (lo sé, no volveré a hacer estos juegos de palabra facilones) hablar es de Covadonga Tomé, que no sé si está o no está expulsada definitivamente del partido. El caso es que, lo esté o no, no parece ni que vaya a dejar el acta de diputada, ni que Podemos tenga mucha más capacidad para erigirse como ente con representación, más allá de la escasa representación institucional que le queda en Asturias. Que es ella misma.
Ella y quien la pueda estar asesorando (con nómina o sin ella), en todo esto. No deja de ser siempre curioso cómo determinados perfiles en partidos que venían para cambiar la política, parece que únicamente aspiran a tener nómina de la política. Y se me ocurren varios y numerosos ejemplos vinculados con Podemos; y seguro que, a alguno de vosotros, queridos lectores, os guste esto más o menos, o lo justifiquéis más o menos, también se os ocurren nombres. Otro día repasaremos esa lista.
Es, por tanto, la situación de Podemos en Asturias sumamente precaria. Pero lo es más si pensamos en su futuro. Al menos, en un futuro en solitario, que no parece que vaya a haber otra opción, dados los reciente acontecimientos en Madrid. Y mucho menos en una región con nuestra situación política, en donde, más allá de Sumar, la fuerza de izquierdas que se mantiene perfectamente viva y dinámica, que es Izquierda Unida, no parece que se vaya a involucrar en nada de esto.
Por otro lado, tenemos a Sumar. Sería conveniente que alguien comenzará a pensar en que es necesario que se dote de sentido de partido, de bases y de infraestructura, a los territorios que electoralmente decidieron converger en una apuesta política que en ese momento era necesaria. Si quieren que el Proyecto tenga sentido más allá de este próximo gobierno nacional, deben ordenar su organización, debe elegirse su organización y debe plantarse cara a las dificultades que eso mismo conllevará. En el caso de Asturias, está por ver si el diputado electo Rafa Cofiño juega algún papel en todo esto, aunque no parece que la militancia y lo que esta conlleva sea de su perfil, en el sentido de que, guste o no, le llevaría a meterse en según qué barrizales. Además de Rafa Cofiño, el interés natural, por simbiosis política, recaería en la representación de Mas País en Asturies, con su diputado Xabel Vegas a la cabeza. Y luego está todo lo que pueda venir de Podemos, que puede ser interminable. Comenzando por la anteriormente mencionada Covadonga Tomé, pero siguiendo por esa corriente de personas afines a lo que un día fue Podemos. Habrá curiosidad por ver en qué lugar se ubican políticos como Daniel Ripa y otros que, quizá, hayan pasado página, o quizá estén expectantes por coger este penúltimo barco de izquierda colectiva que es Sumar, al que no parece que le vaya a ser fácil flotar y mucho menos navegar. Y me queda para el final el resto de personas, aquellas que han conformado Sumar haciendo el curro del día a día, poniendo carteles, llevando redes o yendo en listas. Esa gente que quizá sería la más necesaria para el proyecto.
Diréis que me he olvidado de Izquierda Unida en todo esto de la organización de Sumar. No lo he hecho, simplemente creo que IU se dedicará a mantener y reforzar su partido, y cuando toque unirse, lo harán, pero desde su mayor solidez y rigor político. Lo veremos, y si alguien nos deja, lo contaremos.
No me olvido del intercambiador. No lo hago porque me preocupa que los estudios de movilidad del Principado de Asturias, que determinan la instalación de las cinco marquesinas (roja, amarilla, azul, naranja y rosa) en esa zona, van a condicionar, de manera evidente, cualquier gestión de la movilidad en nuestra ciudad. En especial y como es lógico, en lo referido al transporte púbico por carretera.
Y me preocupa, además, porque es una inversión con cierto carácter provisional, derivado de la inexistencia de estación de autobuses pública. Y ya conocemos qué acaba pasando en Gijón con lo provisional. Y también conocemos cómo esos bonitos colores de marquesinas irán perdiendo su brillo con el paso de las décadas, y que seguiremos esperando a que podamos tener una estación de autobuses digna.