El partido denuncia «incumplimientos» del contrato por parte de Serunion y planteará el Pleno de este miércoles la creación de una comisión para estudiar un modelo de cocinas de proximidad
El curso académico ya ha comenzado a casi todos los niveles y, con él, a la palestra de la actualidad ha regresado uno de los grandes debates asociados al ámbito educativo: la situación en los comedores escolares. Una cuestión que, veinticuatro horas después del inicio de las clases, ha vuelto a indignar a muchas de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS) de la ciudad, que han reiterado la necesidad de que el actual modelo de alimentación en los colegios sea revisado por el Ayuntamiento. Y, de nuevo, el grupo municipal de Podemos se ha alineado con dichos colectivos; tanto es así que, como su portavoz, Olaya Suárez, ha aclarado esta mañana que su partido llevará al Pleno del 13 de septiembre una propuesta para la creación de una comisión para el estudio e implantación del modelo de cocinas de proximidad. Su intención con ello es dar una alternativa al actual modelo de ‘cadena fría’, contratado a la empresa Serunion, y que tanto Podemos como las asociaciones tachan de «deficiente» en cuanto a la calidad de los platos y el cumplimiento de los pliegos.
Acompañada por Noelia Barredo, miembro de las AMPAS de la escuela infantil José Zorrilla y del colegio Miguel de Cervantes; por María de los Ángeles Navarrete, de la del Nicanor Piñole, y por Montse Ortega, usuaria del comedor del colegio Jovellanos, Suárez ha asegurado que el pasado martes se llevó a Comisión un ruego para que el Consistorio evaluase el grado de satisfacción en los comedores, rechazado por el ejecutivo local. «No vemos nada de preocupación por al alimentación de nuestros niños» están teniendo», ha asegurado, esgrimiendo como prueba una encuesta interna hecha por las AMPAS, de la que «han salido resultados vergonzoso». Así, si bien el contrato con Serunion contempla que «todos los segundos platos han de incluir guarnición de verduras», el calendario de septiembre «no lo recoge para los días 14, 19, 27 y 29 de septiembre, y este lunes el acompañamiento fue sólo de lechuga». Más aún, los padres han detectado «una gran variación del aporte calórico, pasando de 500 a casi 800 kilocalorías algunos días. Nos preocupa, y no sabemos en qué se basa».
«No pedimos pizzas o hamburguesas, sino comida como la que servimos en nuestras casas»
Tales quejas se suman a las tradicionales por el estado y la cantidad de los alimentos. Según detalló Barredo, «la comida llega desde Valladolid dos días por semana, ya preparada; la ternera, cuando se sirve, parece suela de zapatos, la carne es pollo casi siempre, y el arroz está aguado». A mayores, en palabras de Navarrete, no pocos niños han afirmado que «se quedan con hambre», y ha recalcado que «no piden pizzas, ni hamburguesas, sino lo que comen en sus casas: pasta, legumbres, arroz…». Por su parte, Ortega ha denunciado la existencia de un agravio comparativo entre «quienes usamos el comedor esporádicamente, y los que van de seguido. Han llegado a decirnos que, como vamos sólo unos pocos días…». El conjunto, en definitiva, inquieta a las tres y a sus representados; en particular, en «un momento clave del desarrollo de nuestros hijos».
Suárez ha aprovechado ese malestar para recordar que, el la sesión plenaria del pasado marzo, «se aprobó por mayoría absoluta, con la única abstención de Vox, una propuesta para cambiar la alimentación del segundo ciclo de Infantil y de Primaria». Así las cosas, «no entendemos por qué el ejecutivo se niega a hablar de este tema, y tenemos la sospecha de que quieren prorrogar el contrato con Serunion, que ya lleva un año de prórroga, lo que tendría un resultado catastrófico». Y es que, para Podemos, es «intolerable» que el Consistorio, «ante la petición de los padres de conocer las cantidades que se sirven, respondiese que esa información no debe darlas a las AMPAS, sino al órgano de contratación». Y no sólo eso; la edil gijonesa ve igualmente inaceptable que «la concejala María de los Ángeles Fernández Ahuja diga que no hay un problema con los comedores, ni apenas quejas registradas», cuando «existe un manifiesto con más de 1.500 firmas adheridas». Y ha concluido criticando que «desde el gobierno se haya dicho que los niños piden croquetas, pizza y tortilla. Eso no es cierto. Es un problema del sistema».