
«La jugada de Monchu García de colocar como candidato a una de las buenas personas oficiales de la ciudad, una especie de Padre Ángel local, sin experiencia alguna en política, podría salirle bien para aguantar la caída que se le presumía. O no»

Este domingo, la prensa en papel de Gijón publicó dos encuestas sobre las elecciones municipales del 28M. Coinciden en darle la victoria al centro derecha, sumando los concejales de Foro, PP y Vox, aunque con resultados muy dispares entre una y otra respecto a la diferencia entre el partido de Moriyón y Pumariega -de empate técnico en El Comercio (Gad3) a casi triplicar los foristas a los populares en La Nueva España (GESOP)-.
Esta evidente distancia entre las dos encuestas deja claro que nadie sabe lo que puede ocurrir en Gijón, ni los profesionales de las empresas que llaman, supuestamente, al azar a los gijoneses para preguntarles a quién van a votar ni los propios partidos políticos.
Desde hace poco, formo parte del equipo de Comunicación de Ciudadanos, un partido al que ninguna de las dos encuestas referidas le da representación en el Ayuntamiento de Gijón, a pesar de los cuatro años de buena oposición que llevan y del excelente trabajo de campo que, estoy comprobando, realizan a diario. Está claro que le penalizan los problemas que ha sufrido el partido a nivel nacional desde 2019 y algunos integrantes que sólo buscan hacer daño, a pesar de que a día de hoy, siguen cobrando sus nóminas del Ayuntamiento gracias a haber formado parte de las listas de Ciudadanos. En todo caso, los gijoneses liberales saben que tienen ahí esta opción de centro, moderada y, sobre todo, sensata. Como dijo Inés Arrimadas hace poco, el votante del partido naranja vive en una paradoja espaciotemporal digna de estudio: “¿No nos vas a votar aunque te encantemos porque has visto en una encuesta que dice que no nos vas a votar tú?”. Absurdo.
Volviendo a las famosas encuestas, creo que cada candidato sabe, más o menos, lo que pasará este domingo. Se están pateando las calles y ese es el pulso real de la intención de voto. Tratando de emular al gran David Alonso Medina en este mismo medio, voy a hacer un pequeño análisis desde mi perspectiva subjetiva:
PSOE
Siempre se dice que “si el PSOE decide poner a una ardilla del Parque Isabel La Católica de candidata, tendremos a una ardilla de alcaldesa”. A Ana González no la conocía mucha gente cuando se presentó y ahí la llevamos sufriendo cuatro interminables años, dicho esto en público y en privado por reconocidos socialistas y asociaciones de vecinos tradicionalmente afines al partido del puño y la rosa. La jugada de Monchu García de colocar como candidato a una de las buenas personas oficiales de la ciudad, una especie de Padre Ángel local, sin experiencia alguna en política, podría salirle bien para aguantar la caída que se le presumía. O no, porque viendo el desastre que protagonizó en el debate de la FAV, mucho votante de la izquierda tradicional podría pensarse meter la papeleta con el nombre de este señor.
FORO
El regreso de Carmen Moriyón ha salvado a este partido. De apuntar a una semi desaparición a pesar del buen trabajo hecho estos cuatro años por sus tres concejales, se ha convertido en la principal favorita para recuperar la Alcaldía, con el apoyo del PP, de Vox y, quizá, de Ciudadanos. En su contra tiene los muchos proyectos inacabados (e “inempezados”) de sus ocho años de mandato, pero le favorece la comparación inevitable con su sucesora, Ana González.
PP
La savia nueva de Ángela Pumariega, unida a un buen equipo y, sobre todo, a la inercia en clave nacional de Núñez Feijóo, hace que el PP pueda sacar los mejores resultados en años y llegar a gobernar en coalición con FORO. A favor, su juventud, ganas y los valores del deporte que ejemplifica; en contra, la incertidumbre de su gestión como parte del equipo de gobierno y las cuitas internas que aún quedan en el PP. Subirán su número de concejales.
VOX
Sara Álvarez Rouco no es muy conocida en Gijón y la labor desarrollada por sus compañeros en estos cuatro años ha dejado mucho que desear en cuanto a trabajo efectivo, propuestas, comisiones, etc. Le avala la corriente e inercia nacional de su partido, pero poco más. Podría perder un concejal de los dos que tienen.
PODEMOS
Guerras internas, encierros en la sede, demostración diaria a nivel nacional y regional de lo que representan, etc. Tienen su público, desde luego, y han sabido canalizarlo a través de estas siglas. Y de otras muchas. En Gijón, su candidata, Olaya Suárez, tiene cierta facilidad de palabra (cosa poco común en la mayoría de candidatos) y memorizadas las consignas y frases huecas de su partido. Irene Montero de mercado ecológico, que de Hacendado le parecerá mal. Por el bien de Gijón, lo normal sería que perdiera alguno de los tres concejales que sacaron en 2019.
IU-MÁS PAÍS
Su candidato, Javier Suárez Llana, se defendió bien en los debates, teniendo en cuenta que es sucesor del peor concejal, posiblemente, que haya tenido Gijón en su democracia: Aurelio Martín. Sin embargo, es probable que los votantes de su partido hayan visto su gestión como sobresaliente, así que podría mantener el concejal de las últimas elecciones e, incluso arañarle algo a Podemos o al PSOE. Una incógnita.
CIUDADANOS
Dejo para el final a Ciudadanos por razones que he explicado al principio de este artículo. Si se quedara fuera del Ayuntamiento sería una gran injusticia. De hecho, antes de colaborar con ellos, ya pensaba que un partido de centro, liberal y defensor de las empresas como generadoras de empleo siempre es necesario. A pesar de las dos encuestas referidas, el día a día y el goteo de personas que se acercan al candidato Sarasola nos hacen pensar que votar a Ciudadanos no es tirar el voto. El partido aún tiene una estructura grande y un montón de simpatizantes. Podría llegar al famoso 5% y mantener representación. José Carlos Sarasola y la mucha gente que sigue en el barco se lo merecen. Y Gijón también. Puede haber sorpresas.