Los colectivos vecinales reprochan al Ayuntamiento falta de información y diálogo y temen un deterioro del servicio
EMTUSA está preparando el mayor cambio en el servicio municipal de autobuses de Gijón en 40 años: desde el trazado de las líneas que pasarán a ser horizontales, verticales y radiales, su nomenclatura que empezará por H, V y R, hasta la ubicación de las paradas y las frecuencias. Trata así de corregir por un lado, las deficiencias en el servicio derivadas de los “parches” que se realizaron en paralelo al crecimiento de la ciudad y por otro, recuperar viajeros perdidos tras la pandemia que permitan paliar los 3,5 millones de pérdidas que la empresa registró en 2022. Sin embargo, estos planes se han encontrado con el rechazo de los barrios de la ciudad, que acusan al Ayuntamiento de falta de diálogo e información. Los representantes vecinales califican de “nefasta” la gestión de la presentación del estudio y centran su malestar en la eliminación de varias líneas, la disminución de las frecuencias que aumentarán los tiempos de espera y la supresión de paradas. El sentir es amplio y unánime: desde El Coto a Nuevo Roces, Contrueces, el Polígono, Santa Bárbara o Tremañes… Y a todo esto se une el conflicto con los conductores que se niegan a hacer más horas extras, obligando a la supresión de nueve autobuses en seis líneas. Para los barrios, “es necesario darle una pensada a todo. Mejorar el servicio implica invertir en él, renovar la flota y contratar más conductores. Y si no nos van a dar un servicio mejor, que no nos quiten lo que ya hay”.
Un cambio total en las líneas, recorridos y frecuencias
EMTUSA tiene sobre la mesa el mayor cambio en el servicio de los autobuses municipales desde su nacimiento en 1978. Con una media de 19 millones de viajeros anuales, 19 líneas, 590 paradas a lo largo de toda la ciudad y una plantilla de 350 trabajadores, se encuentra inmerso en pleno proceso de recuperación del desplome de usuarios que conllevó la pandemia. Los problemas de la actual red son la escasez de líneas radiales, los recorridos poco directos, la longitud excesiva de algunas de ellas, los solapamientos en algunos tramos y la acumulación de unos vehículos en puntos como Cuatro caminos o la avenida de Pablo Iglesias. Con el nuevo planteamiento, EMTUSA espera aumentar un 10% la demanda de viajeros y asegura que “garantizarán que más del 90% de la población tenga una parada a menos de 250 metros de su domicilio”.
La nueva propuesta supone cambiarlo todo, desde los recorridos a las nomenclaturas, combinando líneas ya existentes que son eficientes con servicios de nueva creación, aprovechando las rutas radiales que comunican los barrios con el centro pero complementadas con otras perimetrales que comuniquen barrios entre sí sin tener que pasar por este. Nuevo Roces, la zona Oeste y el entorno de la Milla del Conocimiento son las zonas más reforzadas. La nueva red, que está dividida en líneas horizontales, verticales y radiales cogiendo la costa como punto de referencia, tiene previsto mantener el número actual de paradas pero realizando una redistribución de las mismas.
El enfado de los barrios: Eliminación de líneas, menos paradas y frecuencias
Hay un amplio malestar, tanto en la Federación de Asociaciones de Vecinos como entre los representantes de los diferentes barrios. “Se saca a los medios de comunicación pero no se debate con los vecinos. El paso lógico hubiera sido conocerlo con tiempo y contárselo a los afectados para poder hacer propuestas lógicas, de ahí que la respuesta inmediata de los ciudadanos es la lógica preocupación”, afirma Manuel Cañete, presidente de la FAV. “De hecho, muchos ciudadanos no tienen ni idea de los cambios, entre ellos mucha gente mayor que no tiene acceso a internet y no saben donde encontrar la información”. Con la actual dotación de autobuses, la FAV considera que “la capacidad de mejora del servicio está muy limitada”. Lo que han hecho, asegura, es “ hacer nuevos trazados con los recursos que tenían y eso no cubre las expectativas de los vecinos”.
Los damnificados del nuevo trazado van por barrios. En El Coto, “Si nos quitan la línea 15, nos matan”, afirma Christian Guisado, presidente de su asociación de vecinos. “La usamos para ir al centro, para ir trabajar a la zona de los polígonos, Nuevo Roces y el Hospital de Cabueñes. Además, añade, “hace un servicio muy importante al subir por la calle General Suárez Valdés, que es la cuesta más pronunciada del barrio”. Varias zonas del Coto quedarían sin cubrir por el transporte público dejando la parada de Hermanos Felgueroso como la más cercana para los vecinos de la parte alta del barrio, lo que consideran “inasumible”.
La eliminación de la línea 15 también perjudica a Nuevo Roces, utilizada por los estudiantes del barrio que van al instituto de Roces, y los ubicados en la avenida Constitución, para llevar a los niños a la guardería de Roces o hacer gestiones en el Centro Integrado Pumarín Sur. “Esta es la tercera línea más demandada de Gijón”, alegan desde su Asociación de Vecinos. “Es una línea directa que permite a los vecinos llegar a la Puerta de La Villa en 10 minutos, por lo que consideramos imprescindible que no se elimine”. El barrio contará con nuevas líneas: la H7, la V3 y la V6 para ir al centro de la ciudad pero “para mejorar unas cosas no puede ser que se perjudique gravemente en otras”.
«Se ha convertido en norma presentar algo y luego decir que lo hablarás con los vecinos»
La preocupación en Contrueces es el cambio de cabecera de salida de la línea 12, actualmente situada en El Cerillero. “Este es el autobús que más usamos los vecinos”, cuenta Alejandro Romero, su representante vecinal. “ Es vital para ir al INEM, los estudiantes al Revillagigedo y los que hacen deporte al Club Natación Santa Olaya”. En interrogante queda también el fin de trayecto, actualmente ubicado en Ronda Exterior que de cambiar “dejaría sin cubrir toda esa zona y obligaría a los vecinos, en su mayoría, gente mayor, a bajarse en la carretera Carbonera. No entendemos cuál es el beneficio de cambiar una línea que está entre las más utilizadas y que mejor funciona de Gijón”.
Santa Bárbara también ha echado cuentas y perdería comunicación directa a cualquier destino que no sea el Hospital de Cabueñes y el centro de la ciudad. Si en la actualidad apenas el 56% de su población tiene una parada a 250 metros, “este nuevo modelo no nos hace ganar puestos”, calculan desde la junta directiva de su Asociación. Su propuesta, una modificación en el recorrido de la futura línea R3 que tenga en el barrio la cabecera, realizando un recorrido desde la glorieta de Foro por las Av. de la Constitución y Oviedo hasta la glorieta de Roces. “Este cambio evitaría la desconexión con la zona Este y Oeste de la ciudad y tener que realizar trasbordos”.
En La Camocha el cabreo es mayúsculo al conocer los cambios en la línea 16, la más usada por los vecinos. “La gestión de la presentación de este estudio es nefasta. No se entiende la manera en que lo han hecho, aunque se ha convertido en norma el presentar algo y luego decir que lo hablarás con los vecinos”, asegura Adrián Arias, presidente de su colectivo vecinal. “En el barrio ha sentado como una provocación y la ampliación de frecuencia a 40 minutos los fines de semana es un insulto”. Prevén un deterioro del servicio por el aumento de los tiempos de espera en un recorrido que seguirá siendo excesivamente largo, sumado a “ la sensación en el barrio de que vamos hacia atrás año a año”. Su propuesta para mejorar el servicio debería de pasar por recuperar el antiguo trazado por Ramón y Cajal y al igual que el resto de barrios, apelan al Ayuntamiento para que “se sienten a hablar con nosotros y atiendan nuestras reivindicaciones”.
Me parece muy triste por parte de un Ayuntamiento que según dice pretende fomentar el uso del transporte público, ésta medida sin tener en cuenta a los usuarios que verdaderamente lo utilizamos.
Entre ésto y otras medidas con respecto a los vehículos de mayor antigüedad del municipio, parece estar fomentando precisamente lo contrario de lo que anuncian públicamente.