Servicios Sociales hace público el contenido de un documento elaborado por el Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia y los Grupos de Participación, y que pretende servir de guía de conducta entre los más jóvenes de las sociedad gijonesa

Ser una buena persona está en manos de uno mismo. Ser un buen ciudadano y, en consecuencia, contribuir a hacer de la sociedad un colectivo mejor, también. Todo depende de los modos, maneras, actitudes e intenciones con los que un individuo, cualquier individuo, se relaciones con los demás. Eso, que a todas luces parece una obviedad, es algo que en ocasiones se olvida, se ignora, se diluye tras la niebla de la realidad cotidiana… De ahí que el Ayuntamiento de Gijón y, más concretamente, la Fundación Municipal de Servicios Sociales hayan decidido ponerse manos a la obra y ofrecer a los ciudadanos, sobremanera a los de edades más tempranas, una guía de conducta que, en los momentos de duda, oriente sobre la mejor manera de comportarse. El resultado es el Decálogo para el Buen Trato de la Infancia y Adolescencia, un documento sencillo, aunque claro y directo, que recoge diez simples pautas de actuación para con uno mismo y los demás, y que este lunes ha presentado oficialmente el concejal de Servicios Sociales, Vivienda y Cooperación del Ayuntamiento de Gijón, Guzmán Pendás.
Realizado íntegramente por los miembros del Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia (CMIA) local y de los Grupos de Participación Infantil y Adolescente, este decálogo es parte del II Plan Municipal de Infancia y Adolescencia, y centra sus diez disparos en dianas como el respeto a la privacidad, la atención a los propios deseos y necesidades, la tolerancia para con las opiniones diversas y la preservación de la libertad. Los puntos en cuestión, que para Pendás constituyen en bloque «un paso más hacia la promoción de los derechos de la infancia y su participación efectiva como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho», son los siguientes:
1. Somos el presente. Somos ciudadanos del presente; no queremos esperar para opinar y actuar sobre los temas que nos afectan.
2. Sé respetuoso con todas las personas. Escucha nuestra ideas y opiniones. Pueden ser tan valiosas como las de cualquier persona adulta.
3. No ridiculices. No insultes ni te burles de los niños o adolescentes que no comparten tus opiniones.
4. Acepta nuestras diferencias. Acepta que somos personas diferentes y no pongas tus expectativas en nosotros. Déjanos ser nosotros mismos. Trata de conocer antes de opinar.
5. Sé un apoyo. Acompáñanos en las cosas que nos gustan y muéstranos apoyo. No subestimes nuestros problemas; para nosotros son importantes.
6. La privacidad. Trata de comprender que hay cosas que no queremos compartir con otras personas, aunque confiemos en ellas.
7. Los deseos. Trata de respetar nuestro deseo de hacer algo, o no. Al menos, trata de escucharnos y comprender lo que sentimos y pensamos.
8. ¿Hablamos? A veces, basta con ofrecernos más (y mejor) información para que nos entendamos, pero intenta decirnos la verdad.
9. No te quedes ahí parado. A veces, necesitamos de tu intervención para sentir tu apoyo y compañía. Escucha, observa… ¡Y actúa!
10. Y, por favor, no grites… No nos gustan los gritos. Nos asustan, nos enfadan y no sirven para nada. Aunque a veces nos enfademos, es mejor que lo evitemos y nos hablemos desde el respeto y el cariño.
Junto con Pendás han colaborado en la presentación del documento dos de las jóvenes del Grupo de Participación de la Zona Centro que participaron activamente en su elaboración: Sara González Collantes, alumna de primero de Bachillerato del Colegio La Corolla, y Julia Suárez Pérez, estudiante de quinto de Primaria del Colegio Gaspar Melchor de Jovellanos, y autora de dos de los dibujos que ilustran el decálogo. Fue esta última quien leyó el contenido del documento, mientras que Collantes, firme y concisa, aprovechó su turno de intervención para destacar que los diez puntos recogidos en él, «aunque estén hechos por niños, son para todo el mundo, porque tenemos que respetarnos, y la convivencia es cosa de todos«.