FIDMA ha dado voz esta tarde al problema en la mesa redonda ‘El acceso al agua y al saneamiento. Experiencias de cooperación en Guatemala y en Honduras’
La mesa redonda sobre acceso al agua y al saneamiento se ha celebrado en el entorno de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) en su 67ª edición. Dentro de este marco, la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar ha buscado ampliar la mirada regional visibilizando la importancia del acceso al agua en el mundo y realizando también una llamada a la solidaridad internacional y a la corresponsabilidad en la justicia social. Según destacó Marta del Arco Fernández, consejera de Derechos Sociales y Bienestar, «vivimos en un contexto que nos exige más que nunca una mirada global y resiliente para erradicar las desigualdades que, en muchos lugares de este planeta, condenan a la pobreza, a la inseguridad y a la infelicidad a millones de personas». El acceso al agua y al saneamiento es, sin duda, una de ellas, puesto que en 2022, según Naciones Unidas, 2.200 millones de personas carecían de acceso a servicios de agua potable, y aproximadamente 1.000 niños y niñas mueren todos los días a causa de enfermedades asociadas con agua contaminada, saneamiento deficiente o malas prácticas de higiene, sacando a la luz una radiografía muy reveladora del problema. Desde el Gobierno del Principado sostienen su compromiso inquebrantable con la cooperación de las ONG como protagonistas cardinales de los procesos de transformación y aprendizaje mutuo en los territorios en los que trabajan.
Por su parte, según destacó Roberto Álvarez, de ONG Conceyu de Solidaridá y Xusticia, en el caso de muchas pequeñas localidades de Guatemala «no hay una gestión del agua, cada uno se busca la vida. Donde hay una municipalidad potente, la Administración central intenta proporcionar el agua a sus ciudadanos, pero en la mayoría de los casos son los propios ciudadanos quienes se buscan la vida para conseguir agua». Ahí es donde entra en juego la labor de la ONG asturiana, dentro de un país que se encuentra en el puesto número 136 de la lista de la ONU en cuanto al Índice de Desarrollo Humano, de un total de 193. Álvarez mencionó que la zona guatemalteca en la que operan se encuentra en lo que localmente se denomina «corredor seco». Una franja situada a una altitud media entre los 2.500 y los 3.000 metros, donde la pluviosidad y las condiciones climáticas son completamente distintas a la de la mayoría de los lugares del país. Allí existe un alto riesgo de altísimas temperaturas y unas sequías prolongadas, ya que por norma general en Guatemala solo hay dos estaciones, invierno y verano, pero que se diferencian únicamente por la lluvia en el año. Por ello, «en muchas zonas de Guatemala se pasan 7 meses sin una gota de agua», exclamó Álvarez ante un problema al que el Principado no ha hecho oídos sordos. De esta forma, la emergencia hidrográfica no solamente se relaciona con problemas de salud, sino que supone un factor de riesgo para la mujer, quien generalmente se encarga de la búsqueda y duro transporte del agua en condiciones precarias.
Por último, durante el acto se trató de recordar la importancia de la participación institucional en este tipo de labores solidarias, las cuales suponen una pieza clave para mejorar la situación de las zonas que, por razones climáticas, ven su economía e índice de desarrollo deteriorados.