El ejemplar, un macho adulto ya entrado en años, había sufrido serios daños en la médula espinal, quedando parapléjico y, por tanto, incapacitado para sobrevivir con un mínimo de bienestar; su cuerpo será sometido a una necropsia urgente
Ha sido el peor de los finales posibles para una historia que, por toda Asturias, ha encogido el corazón de mucho. Cuatro días de haber sido rescatado, el oso hallado gravemente herido en la localidad de Aguino, en Somiedo, era sometido a eutanasia este viernes por orden de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria, dada la gravedad de las lesiones sufridas. Según detalló ayer la Administración autonómica el animal, un macho adulto de avanzada edad, «tenía dañada la médula espinal y varias fracturas en las vértebras lumbares», lo que, en la práctica, lo había dejado parapléjico e incapacitado para sobrevivir por sus propios medios.
En el proceso de evaluación han participado los veterinarios Ramón Balsera y Luis Miguel Álvarez, ambos adscritos al Servicio de Vida Silvestre de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria, junto con sus compañeros del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Sobrescobio Álvaro Oleaga y Daniel Fernández. También se ha contado con la colaboración de especialistas externos, como Manena Fayos, veterinaria del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa, en Cantabria, y Javier Ruiz, veterinario del ovetense Hospital de Anicura-Buenavista. Este equipo llevó a cabo diferentes pruebas diagnósticas, como radiografías de columna vertebral y una mielografía de contraste. La conclusión, compartida por todos, fue que la paraplejia originada por las lesiones del oso era «irreversible e incompatible con un estado de bienestar mínimamente aceptable para un animal silvestre». Por ello, y con la finalidad de evitar un sufrimiento innecesario, propusieron la eutanasia compasiva del animal.
Tras el sacrificio, el cuerpo del plantígrado fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Sobrescobio, donde se llevará a cabo una necropsia urgente en la que participarán tanto personal funcionario como asesores externos; las conclusiones de ese estudio pueden ayudar a investigar el origen de las lesiones que sufría el oso. No obstante, cabe recordar que esa medida llega a sólo tres días de que Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), además de denunciar el suceso ante la Fiscalía del Principado, exigiese al Gobierno que conservase el cadáver, a fin de poder realizarle nuevas pruebas que amplíen la información necesaria para prevenir tales acontecimientos. En ese sentido, desde FAPAS se planteó la posibilidad de que las heridas las causase alguna de las trampas tipo ‘Culvert’ que el Ejecutivo autonómico emplea en su proyecto de captura de osos, aparte de criticarse el «oscurantismo» en que navega dicho proyecto.