POR JOSU ALONSO
“Las lenguas son el instrumento que utiliza el nacionalismo para su fortalecimiento y, por tanto, ese es un peligro que se está creando en Asturias”
“Las primarias son operaciones que contribuyen a crear partidos políticos personalistas, lo último que se necesita ahora”

Se cumple un mes desde la concesión de la Medalla de Oro de Asturias a la ‘Comisión de los 8’, es decir, el colectivo de hombres encargados de redactar hace 40 años el Estatuto de Autonomía. Uno de sus integrantes es Francisco Sosa Wagner (Alhucemas, 1946), catedrático Derecho Administrativo con vinculaciones con el Principado. Sosa Wagner, mientras disfruta de una ópera, observa con preocupación el debate generado en torno al documento y rechaza la necesidad de una adaptación. Con pausa para la música, conversa con miGijón sobre la evolución, pero también sobre la polémica de los toros en Gijón toros, las últimas palabras del arzobispo de Oviedo sobre la tauromaquia y el aborto o su último libro ‘Panfleto contra la trapacería política’.
Usted es uno de ochos ‘padres’ del Estatuto de Autonomía de Asturias. ¿Orgulloso de la criatura?
El Estatuto de Autonomía de Asturias hay que inscribirlo en el proceso de aprobación del resto de estatutos en España. Se hizo como consecuencia de unos acuerdos entre PSOE y UCD sobre la base del dictamen que elaboró García de Entrerría y un grupo de expertos, al cual yo tuve el honor de pertenecer, que diseñó el modelo autonómico español. Fue el primero que se aprobó y luego vinieron los demás, pero todos ellos como digo sobre la base de un modelo que se había diseñado en el dictamen de la comisión de expertos y luego en los acuerdos de los partidos políticos mayoritarios de entonces. Uno no se siente orgulloso de una obra de esa naturaleza (risas), me puedo sentir orgulloso de haber escrito algún libro un poco inspirado, pero de esta obra no porque participé en ella junto a otros muchos. Las personas que participamos de lo que sí creo que podemos sentirnos orgullosos es de ese espíritu de la Transición política, espíritu que permitió que UCD y PSOE se pusieran de acuerdo. Hoy en día seria absolutamente imposible porque PSOE y PP son incapaces de entenderse, excepto cuando en el pasado necesitaban nombrar a los magistrados del Tribunal Supremo o del Tribunal Constitucional. Ahí tenían una habilidad especial.
En la elaboración del Estatuto de Autonomía usted intervino como representante del Partido Socialista. ¿Reconoce al actual PSOE?
En absoluto. El PSOE, a partir de la presidencia del Gobierno y secretaría general de José Luis Rodríguez Zapatero, cambia radicalmente. Hay que decir que lo hace de una forma sigilosa porque tenemos que recordar como el PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra es el heredero de los socialistas del exilio. Ambos, junto a otros dirigentes, quieren crear un nuevo PSOE en la línea de la socialdemocracia alemana. Para eso se necesitó el 38 Congreso de Suresnes y una polémica brutal sobre el marxismo. Felipe González tuvo que fajarse con sus compañeros para suprimir este aspecto y configurar el nuevo PSOE que necesitaba y en el que creían. Fíjese cómo han cambiado las cosas. El caso del presidente del Gobierno actual es el de un señor que sin anunciar que iba a pactar con los separatistas catalanes, los nietos de los terroristas etcétera, lo ha hecho tan tranquilamente sin necesidad de ningún congreso. ¿Quién ha dado el volantazo dentro del PSOE y lo ha permitido? Pues unas estructuras partidarias, diseñadas para el ensalzamiento del líder y el silencio ominoso de los militantes que lo han admitido. Las dictaduras no se construyen solo por la voluntad del dictador, también por la voluntad de los dictados que lo aceptan. En este caso, se ha instaurado la dictadura de Pedro Sánchez con la aquiescencia de los militantes que no dicen nada, salvo dos o tres casos que hay por ahí.
El presidente, Adrián Barbón, ya anunció su intención de llevar a cabo una reforma del estatuto. Dice que quiere adaptar el documento a nuestros días. ¿La oficialidad del asturiano es una necesidad?
No lo creo porque me parece que el bable está suficientemente garantizado por las normas que se han aprobado en la época de Pedro de Silva, Juan Luis Rodríguez Vigil, etcétera. La reforme del estatuto, en términos generales, no es necesaria. El gobernante asturiano puede gobernar con el estatuto que tiene y los acuerdos políticos a los que llegue con las fuerzas que están presentes en la Junta General.
¿Sospecha que una lengua oficial se puede convertir en el ‘modus vivendi’ de algunos?
Las lenguas son el instrumento que utiliza el nacionalismo para su fortalecimiento y, por tanto, ese es un peligro que se está creando en Asturias.

Podemos e Izquierda Unida han dicho que la cooficialidad es la única línea roja en la modificación. ¿Corremos el riesgo de entrar en la batalla de las lenguas, de crear barreras en una comunidad que siempre ha vivido al margen de las luchas?
Asturias es una comunidad autónoma que ha sido siempre un ejemplo para España. Es una región muy querida en el resto del país y los asturianos son personas muy respetadas. Un asturiano es un señor que tiene la simpatía del señor de Cáceres, Córdoba, Castellón… Eso es así. No entiendo por qué esa región con buena fama se mete en estos asuntos que pueden acabar en conflicto.
Dice Vox que el texto actual no representa a Asturias y que en sus 40 años en vigor ha empeorado la situación demográfica y la economía regional. También reclamó a PP, Ciudadanos y Foro Asturias que no acudieran a la reunión con el presidente. ¿Qué le parece la actitud del partido de Santiago Abascal?
Simplemente no la sigo. La política es pacto, el ‘no es no’ que puso en circulación el actual presidente del Gobierno es la anti política, lo practique Pedro Sánchez o el ‘Lucero del alba’. Lo política no significa el ‘sí es sí’ sino el ‘veremos cómo llegamos al acuerdo’. Para eso están las personas que son elegidas como diputados y se les paga. Hay que insistir 50 veces en el ejemplo de lo que está ocurriendo en Alemania. Los partidos que no tienen nada que ver entre ellos, los verdes con los liberales, los democristianos con los socialistas etcétera están en negociaciones para la formación de un Gobierno, eso es la política.
Otra cuestión es el reconocimiento de la capitalidad de Oviedo. El alcalde, Alfredo Canteli, ya ha dicho que debería ir acompañado de una aportación presupuestaria.
Es un problema que se suscita en todas las comunidades. Son polémicas que es mejor no avivarlas porque llevan a la melancolía. Los canarios lo trataron resolver estableciendo las consejerías en todas las islas y los funcionarios se pasan el día yendo de una isla a otra. Los políticos están para resolver problemas y no para plantearlos excitando así las pasiones. Si hay desajustes financieros hay mil mecanismos en la Junta General del Principado o plataformas paralelas que se puedan crear entre los partidos políticos para preparar acuerdos que luego toman quienes tiene la representación. No me parece que sea un problema importante.

En la reforma también se ha descartado reducir las tres circunscripciones electorales a una. ¿Es la manera de que continúe sin haber igualdad en cuanto al peso del voto en las citas electorales?
Los partidos políticos se niegan a modificar el sistema electoral. Lo hemos advertido y lo estamos advirtiendo en relación con lo que es la política en el resto de España. Los gobiernos españoles siempre han dependido de las formaciones políticas nacionalistas. Esto no se ha inventado ahora, esto es un problema que viene de que PSOE y PP se han negado a reforma el sistema. Hay que reformarlo constantemente, no es que haya que hacer una ley y estar muy orgulloso de que haya sobrevivido a los cambios. Los alemanes están cambiando constantemente la ley electoral para afinar la representación de los ciudadanos en los órganos legislativos. Todo lo que se haga para conseguir que el Parlamento sea un reflejo de la realidad será la buena dirección. Aferrarse a no cambiar las cosas en el ámbito electoral es un error que se ha cometido en España y que se puede cometer en cualquier otra región.
Otro punto es el de dotar al Ejecutivo asturiano de poder para aprobar decretos ley. En su último libro, ‘Panfleto contra la trapacería política’, que publica junto a Mercedes Fuertes dedica algunas páginas a esta cuestión recordando, por ejemplo, que en 2020 el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó 39 decretos leyes frente a 11 normas. ¿El decreto ley se puede convertir en Asturias en un subterfugio para el Ejecutivo de Barbón apruebe cuestiones donde encontrar apoyos resulta más incómodo?
Para eso se construye. El decreto ley está pensado para situaciones de urgencia o necesidad. Viene una catástrofe como la que están viviendo los canarios por un volcán y ahí llega un decreto ley para tratar de resolver ese asunto. Ahora bien, usarlo como forma normal de legislar es la expresión de que al gobernante correspondiente no le gusta nada el Parlamento, es decir, no le gusta la democracia, la soporta en la medida que no tiene más remedio, pero en cuanto puede se busca un subterfugio para escapar de las reglas propias de convivencia parlamentaria.
Desconfiemos de quienes se resienten de sus fracasos políticos.
Irrelevante, discurso vacío . Sin nada que aportar antes y ahora
Porque este señor y el señor Vigil opinan sobre el Asturianu si no son Asturianos? Mejor que nos de su opinión sobre Aluhcemas que es su tierra o sobre Marruecos que me imagino que es la tierra a la que el ama. Por cierto lo de que los Sr González y Guerra quisieron hacer del psoe un spd más bien lo que quisieron hacer fue un CDU. Eran muy amiguitos del Sr Helmut Kohl.