Los rojiblancos, que se adelantaron con un gol de Djuka, vuelven a perder en los minutos finales y se asoman al descenso

El margen de error se acaba. Tras una nueva derrota en los minutos finales, el Sporting se asoma al descenso. Los rojiblancos son ya el equipo que marca la salvación, a solo 5 puntos de la zona caliente tras el empate logrado por la Real Sociedad B. Los de Martí volvieron a cometer los mismos errores que le vienen sentenciando las últimas semanas, blandos en defensa y dejándose ganar en los últimos minutos. Es la cuarta derrota consecutiva del conjunto gijonés, todas ellas más allá del minuto 80. Un doblete de Enric Gallego dio la vuelta al gol inicial de Djuka y hunde aún más al equipo gijonés.
Sonaban aún los últimos acordes del Canon de Pachenbel en El Molinón, parte del tributo que el club rojiblanco brindó al filme “Volver a empezar” de José Luis Garci por los 40 años de su estreno, cuando comenzó el partido. La mención a la primera película española ganadora de un Oscar, grabada en Gijón y con gran presencia del Sporting en toda la cinta, no sirvió para hacer que los de Martí comenzaran con fuerza el encuentro. Tampoco las palabras de Pablo Pérez en el vestuario antes de saltar al campo. “Animamos a la gente, levantamos a la afición y lo damos todo”, decía el canterano, consciente de la trascendencia del encuentro. Una solemnidad que apelmazó a los locales al inicio del encuentro.
El Sporting saltó al césped timorato, consciente de todo lo que se jugaba, con ese miedo típico de las grandes finales. Hubo que esperar diez minutos para ver el primer remate a portería, de Djuka, tras una buena maniobra en el área, y que Soriano atrapó sin problemas. El Tenerife, afilado por la banda derecha por un participativo Shaq Moore, tampoco inquietaba la meta de Mariño.
Pasados quince minutos, los locales comenzaron a desperezarse. Ya no tan atenazado, el Sporting encontraba cada vez más a Villalba y Gaspar por dentro y al “Puma” y Kravets por fuera. El valenciano, precisamente, robó un buen balón en la salida tinerfeña para cederlo a Djuka en la frontal. El balcánico, con un remate defectuoso, no pudo convertir.
Se animaba el Sporting, aunque sin llegar a disfrutar de ocasiones claras. De hecho, la más cristalina fue para los visitantes, en un córner que Mario González, solo en el primer palo, remató de cabeza cruzando en exceso el balón. En la siguiente, Mollejo se plantó frente a Mariño, pero disparó muy alto en una acción invalidada por fuera de juego.
La segunda mitad comenzó con susto mayúsculo para la parroquia local. Enric Gallego, con un gran centro, encontró completamente solo a Andrés Martín, en el corazón del área pequeña, pero el remate, defectuoso, acabó en las manos de Mariño.
El mordisco tinerfeño sirvió para terminar de despertar a los rojiblancos, que en la siguiente jugada encontraron el gol. Fran Villalba, en banda izquierda, puso un buen balón al área a Gaspar, cuyo remate, mordido, fue taponado por la defensa. Pero la garra de Djuka fue determinante. El ariete pugnó por el balón, arrebatándoselo a Alexandre, y soltó un zapatazo que se empotró en la portería de Soriano tras impactar en el larguero.
Pero poco dura la alegría en la casa del pobre. Tres minutos más tarde, el Tenerife encontraría el empate. Shaq Moore, en banda derecha, puso un preciso centro a la cabeza de Enric Gallego, que conectó un testarazo inapelable para batir a Mariño.
“¡Sí se puede!”, entonaba la grada de El Molinón, animada por el despertar del encuentro, preñado de ocasiones en la segunda mitad. Pero el peligro seguía siendo insular. Moore y Gallego a punto estuvieron de repetir la fórmula del gol, con un gran centro raso del estadounidense que el delantero no pudo embocar en el segundo palo.
La respuesta local fue inmediata. El Sporting robó en campo contrario y Villalba puso un buen balón para Djuka que, escorado, se sacó un buen disparo cruzado que impactó en el palo. El rechace cayó a pies del “Puma” que, lento, se dejó robar la cartera antes de disparar a puerta vacía.
Los últimos minutos volvieron a sentenciar al Sporting, abonado a perder todo lo ganado en la recta final de los partidos. Pomares filtró un balón entre líneas a la carrera de Shashoua, que pisó área para poner el balón en bandeja de plata. Kravets no consiguió despejar y el esférico cayó franco a los pies de Enric Gallego, que no falló para firmar su doblete y soltar la espada de Damocles sobre el cuello rojiblanco.