Willy Bárcenas dedicó el concierto a su suegro, el padre de la poetisa Loreto Sesma
El público esperaba buenas vibraciones y Taburete no se las negó. Con un despliegue de energía y ese buen rollo que transmiten las canciones del grupo madrileño, Taburete no dejó que nadie se tomara un respiro.
Dio comienzo el concierto con “Belerofón”, justo antes de que Willy Bárcenas, voz de la banda, dedicase el concierto a su suegro, que había fallecido el martes pasado. Un detalle que el público de Gijón apreció.
A partir de ahí, la retahíla de canciones presentando su último disco, Matadero 5, se mezclaron con canciones míticas como “El Fin”. No estuvieron solos. Las miles de personas que acompañaban en el escenario principal de Metrópoli se desgañitaron con cada tema. Imaginen la reacción cuando el cantante gritó aquello de “¡Puxa Asturias y viva España, hostia!”