María Dueñas:»No podía traicionar a Sira con otro personaje y así fue como surgió la idea de volver. Primero por el territorio y después por la protagonista»
Se diría que la nueva novela de María Dueñas, la autora de Las hijas del capitán o La Templanza, rescata a su gran personaje Sira, que irrumpió como un huracán en El tiempo entre costuras, para hacernos vivir el Tánger que sucede a la II Guerra Mundial. La misma expectación y adicción a Sira que tuvo la primera novela vuelve a tenerla en esta, despejada de todo lo anterior. Tres novelas y unas cuantas series de televisión han hecho falta para que María Dueñas vuelva a reencontrarse con la mujer envuelta en tramas de espionaje y extorsión en el viejo Tánger que sedujo al maestro de la narrativa inglesa, Paul Bowles.
Han pasado 14 años desde que comenzara la escritura de Sira. «Con ella retomo el Tiempo entre costuras doce años después. Entonces yo era una profesora de universidad totalmente ajena al mundo editorial. Todo lo que ocurrió con aquella novela fue inesperado, rápido, precipitado e, incluso, en algunos momentos convulso. Se sucedieron ediciones en América, también traducciones, después vino la serie y cuando ya afronté la posibilidad de una segunda novela me di cuenta de que Sira y yo necesitábamos un respiro. Había sido estupendo pero también demasiado intenso, excesivo. De manera que, en aquel momento, no pensé, ni siquiera me apetecía, intentar escribir una continuación. Prefería cambiar de aire, escribir otras cosas totalmente distintas», Y de ahí surgieron libros estupendos como Misión olvido, La templanza y Las hijas del capitán. Dueñas reconoce que tenía otra novela comenzada antes de continuar El tiempo, «pero se me cruzó de la manera más inesperada Sira. Voy mucho a Tetuán y a Tánger y cada vez que regreso a España tengo la idea de que me estoy dejando atrás un territorio fantástico para miles de novelas. Siempre tenía la sensación autoimpuesta de que aquello era de territorio quemado, de que ya no podía volver otra vez. Pero entendí que esa era una censura que yo me imponía sin ninguna razón».
Durante la rueda de prensa de este sábado, María Dueñas confesó que si volvía al Tánger internacional tendría que ser de la mano de Sira: «No la podía traicionar con otro personaje y así fue como surgió la idea de volver. Primero por el territorio y después por la protagonista. Y fue muy fluido. Tenía la incertidumbre porque no había nada otra vez. Arranqué con los recuerdos que yo tenía de ella y las evocaciones de cuando la cree».
Quizá este Tánger que presenta María Dueñas a sus lectores le resulte más familiar. Los recuerdos de su madre están más presentes que nunca. La escritora explica su conexión familiar en Marruecos: «Mi madre nació en Tetuán. Mi abuelo llegó en el 25 o 26 cuando levantaron las infraestructuras del protectorado y allí vivió mi familia durante décadas. Mi madre vivió allí en el 40 y ya se vinieron a España con el corazón partido con la independencia en el 56. No dejaron nunca de añorar aquel mundo que dejaban atrás y yo viví con eso. Oía todos los días hablar de Tetuán y de Tánger». Así se fue construyendo un Tánger mítico, internacional, auspiciado por un montón de países europeos, con estatuto de ciudad autónoma regido por sus propias normativas y con la capacidad para atraer a todo el mundo por fines muy distintos: espías en tiempos de preguerra y guerra mundial, escritores, pintores, periodistas, buscavidas que llegan para hacer negocios mas o menos sucios o oscuras. Un territorio donde nadie sabe de dónde vienes o a dónde vas.
¿Será María Dueñas la J. K. Rowling española?
Efectivamente, la Sira de Dueñas se mueve en territorio franco, una ciudad autónoma, protegida por varias naciones, donde viven y descansan espías de los dos bloques, contrabandistas, comerciantes. Un Tánger exótico, literario, predispuesto a las emociones tanto como a la sangre fría, un Tánger como nación sentimental: «Sira en esta nueva novela ya conoce la ciudad perfectamente. En El tiempo entre costuras es más ingenua, más inconsciente, más impulsiva. En este segundo volumen alcanza la madurez. Sira regresa en el 47 y percibe el cambio en Tánger. Mucha presencia norteamericana, durante la guerra se convirtió en un polo de conexiones. Había muchas emisoras de radio, procedentes de las infraestructuras de guerra. Es el año en que llega Paul Bowles. Yo la pongo a transitar por el Tánger de los cambistas hebreos, donde nadie preguntaba, se movía dinero. Ese es el escenario que bulle a través de sus ojos».
María Dueñas reconoció que, para escribir esta segunda parte, no quiso volver a leer la novela ni tampoco ver la serie de televisión. Por el contrario, quiso que todo lo relatado en El tiempo entre costuras actuara como un recuerdo, un eco del pasado que prevalecía, difuminado, en la escritura de este segundo volumen. Más allá de eso, ni siquiera la fotografía, ni Adriana Ugarte, la actriz que interpretó a Sira en la serie, condicionaron su propia imaginación para vislumbrar un segundo texto más maduro, más literario y más cerrado que el anterior. Dueñas no atisba planes de continuidad para Sira, aunque reconoce que el personaje puede ser un fiel retrato de la mujer de una época, a la vez molde de las vicisitudes de un continente en el norte de África. La novela, como era previsible, ya está en fase de desarrollo para la siguiente secuela en televisión donde la escritora, además, es productora ejecutiva. ¿Será María Dueñas la J. K. Rowling española?