El hombre fue víctima de retención ilegal y sufrió heridas de arma blanca

El hombre que fue víctima de retención ilegal en 2021 y que sufrió heridas de arma blanca durante el tiempo que estuvo secuestrado ha reconocido este miércoles a los acusados y ha testificado que no pudo escapar ni pedir ayuda al estar amenazado por estos, que portaban un machete, una pistola y un cuchillo, y por haberle tenido amarrado durante unas horas en una vivienda a las afueras de Oviedo.
«Tenía miedo», ha alegado la víctima al respecto, durante su testimonio en la vista oral celebrada en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón. La víctima ha relatado cómo había quedado con uno de los acusados para comprarle 50 gramos de droga para consumir. El procesado fue hasta su casa y, en el portal, él amenazó a la víctima con una pistola mientras que el otro acusado lo hacía con un machete, que le llegó a poner en el cuello y con el que posteriormente le hirió en la pierna.
Según la víctima, le obligaron a entrar en su casa, en la que llegó a haber unas ocho o diez personas revolviendo el interior en búsqueda de dinero. A él le tuvieron en un sofá, amenazado, y le llegaron a golpear y herir en la pierna para que les entregara el dinero y las llaves del coche.
Registraron la casa «de arriba abajo»
De la vivienda se llevaron 1.000 euros en billetes y un patinete eléctrico, así como las llaves de un coche que acaba de comprar, aunque la venta aún estaba en trámites. Según él, estuvieron alrededor de una hora registrando la casa «de arriba abajo» y luego le bajaron amenazando con un cuchillo y le obligaron a subir a un coche. Fue trasladado a una vivienda a las afueras de Oviedo, donde fue retenido hasta el día siguiente, cuando fue llevado de nuevo a Gijón y soltado junto a su casa, no sin antes amenazarle de nuevo para que no contara nada.
Durante su cautiverio, ha insistido en varias ocasiones en que no pudo escapar ni pedir ayuda, ya que en el coche uno de los hombres que le custodiaba le tenía puesto un cuchillo en un costado. «No pude hacer nada», ha reiterado, y tampoco, según él, cuando les dio el alto la Policía Nacional por saltarse el confinamiento.
Ya en la casa de Oviedo, ha apuntado que era una casa que estaba alejada, junto a otras que parecían abandonadas, y «solo veía praos», además de que tenía miedo por lo que le pudiera pasar.
De vuelta a su casa, ha indicado que esperó a que viniera su novia y un amigo, y se trasladaron al centro de salud para curar la herida de la pierna. Fue allí donde explicó a la Policía lo ocurrido.
Unas semanas después, se topó con dos de los que le habían retenido en el barrio de La Arena, en Gijón, y alertó a la Policía, al tiempo que dio una «batida» por la zona mientras esperaba a los agentes. Uno de los acusados, que le reconoció, llegó a darle una patada al coche en el que iba. Sobre uno de los procesados, ha apuntado que le había comprado droga en otras dos ocasiones anteriores, y al otro lo conocía de vista.
En respuesta a la abogada de la defensa, ha incidido en que estaba
«en shock», a la hora de justificar porque no mencionó al principio que le amenazaron con una pistola.
Rebaja de pena
La Fiscalía, por su parte, ha rebajado la pena solicitada a uno de los procesados por tráfico de drogas a un año y cinco meses de prisión, así como la multa a 10.000 euros –antes tres años de cárcel y 16.000 euros–. En el caso del delito leve de lesiones, del que se acusaba al otro procesado, se rebaja a una multa de 30 días con una cuota diaria de seis euros.
Ha mantenido, en cambio, el resto de las penas solicitadas. Por el delito de robo, pide cuatro años y medio de prisión para cada uno, mientras que por el de detención ilegal tres años y medio y para el de sustracción de vehículo de motor pide dos años de cárcel. En el caso del acusado de nacionalidad marroquí, pide sustituir la pena de cárcel por la de expulsión de España durante seis años.
En concepto de responsabilidad civil, se pide que los dos acusados indemnicen a la víctima con 1.000 euros por el dinero sustraído, con 97,49 euros por los efectos sustraído y con 190 euros por el patinete eléctrico, más los intereses.
El segundo acusado, por su parte, deberá de indemnizar a la víctima con 320 euros por las lesiones y 200 euros por las secuelas, así como indemnizar al Sespa con 134,79 euros por los gastos sanitarios, todo ello más los intereses.
El Ministerio Fiscal ha sostenido que el testimonio de la víctima ha sido «coherente y verosímil» y ha justificado que no pidiera ayuda por miedo.
Respecto a la defensa, se ha mostrado conforme en lo que se refiere a las penas rebajadas del delito de tráfico de drogas y el leve de lesiones, pero ha pedido la libre absolución para sus clientes en el resto.
La letrada ha defendido que el relato de la supuesta tiene «demasiadas incongruencias e inexactitudes», como el que en el coche que dijo que le habían robado, y que apareció en Madrid, no aparecía ni una huella de él, pero sí una de uno de los acusados y «un montón» de un amigo del denunciante. A esto ha sumado que el coche no estaba a nombre de este.
También ha recalcado el hecho de que pese a que fueron parados por la Policía en un control por saltarse el confinamiento impuesto por la COVID-19, no hizo ninguna indicación a los agentes e incluso fue sancionado por faltar al respeto a la autoridad. Ha visto extraño, asimismo, que no se tomara declaración al compañero de piso de la víctima.
Perdón por el daño causado
Por otro lado, uno de los acusados ha pedido perdón a todas las personas a las que haya podido causar daño por la venta de drogas. «Me están enseñando que el dinero no lo es todo», ha apuntado sobre el tratamiento de desintoxicación en la cárcel.
El otro de los procesados, por su lado, ha leído un escrito en el que ha reconocido haber cometido «muchos errores» que le llevaron al mundo de la delincuencia.
Ha confesado, además, que se refugió en el alcohol y las drogas y gente que no le aportaba «nada», mientras que ahora está estudiando en la cárcel y desea aprovechar esta oportunidad para ser una persona «honrada y responsable». «Perdón por el daño que haya hecho», ha manifestado.
Durante la vista oral, una de las policías que llevó el caso ha relatado cómo un vecino encontró un machete debajo de un felpudo, que luego se identificó como el supuestamente usado por uno de los acusados. Asimismo, ha indicado que ese mismo día se cree que hubo otros dos intentos de secuestro.
«Él tenía miedo», ha apuntado sobre el hecho de que la víctima se mostrara «un poco reticente» a hablar de lo que le pasó. «La gente con la que se mezcló era peligrosa», ha justificado sobre que costara «bastante» sacarle las cosas.
Sí que la víctima fue capaz de dar pistas con las que localizar la casa de Oviedo, que si bien tenía vecinos, ha reconocido que no eran muy colaboradores «por miedo».
«Aquí en Gijón tanta agresividad no es normal», ha apuntado sobre que golpearán de manera «tan gratuita y tan rápida» a la víctima, por lo que siempre sospecharon que era gente de fuera.
Otro de los agentes ha incidido en que la vivienda de Olloniego estaba «relativamente cerca pero a la vez alejada. También otro de los policías ha constatado que cuando fueron al centro de salud al principio la víctima no quería decir nada, pero luego contó que le habían causado lesiones para intimidarle y robarle, además de que le amenazaron con ir a por él y a por su novia.
Por otro lado, uno de los agentes que participó en el control de la avenida de la Argentina ha relatado que todos los ocupantes del coche se sentían molestos porque previamente ya les había parado la Policía Local, siendo la víctima uno de los sancionados por falta de respeto a la autoridad. También testificó que en el maletero del coche había una maleta y un patinete y que no vio comportamientos extraños.