
«La gestión de la ciudad va en una dirección contraria a los intereses de sus habitantes»

Hoy me vais a permitir que me quede un poco a gusto hilando varias noticias que han sido protagonistas en nuestra ciudad en la última semana. Y el hilo que las une a todas es la ordenación del territorio, o, dicho de otro modo, tener claro qué ciudad/municipio quieres tener. Vaya por delante que este asunto está lejos de ser sencillo, en cuanto a lo de “la ciudad que quieras tener” me refiero. Para eso, desde la política municipal actual deberían tener una mirada un tanto más lejana que estar preocupados por quién volverá a sentarse en los sillones municipales en 2027, que es a lo que parece que estamos. Pero sigamos.
Estos días hemos podido leer noticias sobre la creación de un aparcamiento disuasorio en el entorno de La Laboral, donde parece que el Ayuntamiento de Gijón va a comprar una finca por un millón de euros. De igual manera, hemos ido conociendo las ‘sensaciones’ que está reportando el estudio de la pacificación del tráfico en la calle Munuza, y también que se está acabando de ejecutar el Plan Estratégico de Turismo. Podríamos aglutinar, dentro de este grupo, más noticias, como el rechazo del Gobierno municipal a legislar con mayor severidad las Viviendas de Uso Turístico (VUTs), la discutible gestión del patrimonio arquitectónico de la ciudad, o las pretensiones urbanísticas sobre el conocido como parque del ‘solarón’. Si unimos esos puntos, vemos una ordenación del territorio gijonés pensada no precisamente para quienes habitan la ciudad, sino para los que vienen a pasar en ella cuatro días. Y esto dice mucho de lo que nos espera en los próximos años, si no se hace nada al respecto. Y no me refiero concretamente a que esto se arregle con un cambio de Gobierno municipal, que puede que algo sí (o eso, al menos, quiero pensar, aunque a día de hoy no estoy seguro al cien por cien). Me refiero a la necesaria concienciación de todos los que disfrutamos y usamos la ciudad, y también de todos aquellos que hablan en nombre de ella.
Pero vayamos por partes. En lo que se refiere al asunto de nuestro territorio propiamente dicho, resulta desalentador comprobar que todas las actuaciones que se ponen sobre la mesa en la ciudad poco o nada tienen que ver con las aparentes necesidades de la misma. Es muy evidente que la ciudad lleva décadas pendiente de una reorganización de su movilidad. Es tan tan evidente el cambio del concepto de la movilidad en los últimos años que, salvo que no salgas de tu casa, te das cuenta con solo desplazarte mínimamente por tu entorno. La obsesión por utilizar el vehículo -que parece pervivir en algunos sectores de la ciudad- tiene el mismo sentido que si nos empeñásemos en recuperar la ‘libertad’ de fumar en las salas de espera de los hospitales. Acongoja que en 2025 los planteamientos de pacificación del tráfico, como el de Munuza, se conciba como un experimento, y no como una necesidad palmaria. Y esto vale para la calle Munuza, para la calle Jovellanos y para la calle Instituto, por poner ejemplos.
Lo mismo ocurre con el modelo de aparcamientos disuasorios: es una idea surgida en una época en la que se intentaba disminuir el tráfico, pero que en la actualidad se ha constatado insuficiente, ya que la pacificación del trafico debe ser mayor. Un aparcamiento disuasorio en La Laboral (obviando el ‘detalle’ de que la normativa urbanística actual no lo permite), teniendo otro similar junto al Pabellón de la Guía o en El Molinón, parece encaminado a acabar siendo un ‘aparcacoches’ para turistas. Porque de eso va todo esto, de eso va el Plan Estratégico de Turismo, de eso va la laxitud frente a las VUT, de eso va duplicar el ‘Paseo Gastro’ y de eso va no mover un dedo para desarrollar espacios públicos para posible uso ciudadano, como la playa verde del Risk. Va de ordenar el territorio, las calles, los tráficos, los aparcamientos, los planes, los edificios y toda nuestra ciudad en función de los intereses de los que vienen a ella como turistas.
Y, en esta dinámica, sería de agradecer que el conjunto de la sociedad civil organizada apuntase y presionase al Gobierno municipal para que no olviden que las prioridades en la ordenación del territorio de Gijón deberían ser el conjunto de necesidades de los residentes en la ciudad. Parece que, a día de hoy, las instituciones o sus representantes tienen una escasa capacidad de movilizar a los ciudadanos para presionar. Pero no estaría de más desenterrar cierto pasado, no tan pasado -o un presente como el que están desplegando desde el sector educativo- para revindicar en la calle, y donde sea, que la gestión de la ciudad va en una dirección contraria a los intereses de sus habitantes. O eso, o asumir que la ciudad va hacia dónde quiere ir, sin más impedimento. Pero yo no lo quiero asumir. ¿Vosotros?
El articulista repite una y otra vez las letanías contra el uso de vehículos, como si viviésemos en un mundo donde todos pudiésemos residir al lado de nuestro trabajo e ir allí a pie, como si el transporte público llegase a todas las poblaciones y polígonos industriales en unos minutos, como si existiese el teletransporte…
La realidad es que el articulista, que dice defender a los vecinos y no al turismo, realmente solo defiende a los vecinos privilegiados: a aquellos que tienen la suerte de trabajar al lado de donde viven, o , en muchos casos, a aquellos que tienen la suerte de vivir de rentas o no necesitan trabajar para vivir. Y, sobre todo, a aquellos propietarios de viviendas turísticas y plazas de garaje que ven sus propiedades revalorizarse y dar mayor rentabilidad con cada una de las decisiones que convierten el centro en un parque temático y no un sitio para vivir.
Realmente están defendiendo un centro exclusivo, para que vivan aquellos que puedan pagar plazas de garaje a precios exorbitantes (porque, por supuesto, el aparcamiento en la calle se acabó) o para alquiler vacacional o temporal. Las familias trabajadoras van a la periferia, donde pueden encontrar plazas de garaje o aparcamiento en la calle, donde pueden dedicar algo menos de tiempo y dinero a llegar a su puesto de trabajo.
Porque sí, señor Alonso, por desgracia (principalmente desgracia para ellos), un tercio de los trabajadores asturianos trabajan fuera de su municipio (vea los datos). Y otra gran parte de los que lo hacen en su municipio lo hacen en polígonos industriales mal comunicados que requerirían de varios transbordos en transporte público o, directamente, sin conexiones. Esto quiere decir que necesitan usar el coche para vivir.
¿Acaso no se dan cuenta de que sus presiones para eliminar los coches del centro, empezando por los más viejos, no son más que una presión gentrificadora que expulsa o evita el asentamiento de la mayoría de familias trabajadoras?
Deben creer que los que viven allí y DEBEN usar el coche para ir a trabajar están encantados con tener que dedicar cada día más tiempo a ir y volver del trabajo o, con dedicar cada día más dinero a dejar el coche (aquellos que tengan la suerte de poder encontrar y pagar una plaza).
Sigan así, que ese centro, en el que antes vivían familias trabajadoras en pisos antiguos de muchas de sus calles secundarias, seguirá derivando a lo que parece que desean: gentrificación, viviendas turísticas y élite rentista.
Tengo la manía de clasificar las políticas de izquierdas o de derechas según a quién beneficien y a quién perjudiquen y, señor, por muchas vueltas que le dé, estas políticas que usted defiende no pueden encuadrarse en lo que yo entiendo como izquierda, ni mucho menos.
Los centros de las ciudades se vacían porque los señoríos no pueden ir en coche. Que la dispersión urbana a las afueras, la especulación con la vivienda turística, los fondos , el reparto electrónico y el monocultivo hostelero no tienen que ver, es solo si se llega hasta la puerta en coche o no. Menuda verborrea la justificar nada
Comparar el uso del vehículo con permitir fumar en hospitales!!!! Bravo!!!!
O sea que después de décadas alguien quiere hacer algo con la Calle Munuza y lo planteas como algo negativo no??
Presentaste algun proyecto cuando eras concejal en el Ayuntamiento de Gijón.???
El movimiento se demuestra andando. Por ejemplo con la creación por parte de la cirujana de la «derechona» de los dos carriles bicis más utilizados de la ciudad: Poniente y el Muro
Que hicieron los tuyos??? : el Cascayu
Entiendo que alguien de Oviedo como tú que vives en Cimavilla no necesites el coche para nada….pero hay gente que si. Y te lo dice alguien que se mueve en bicicleta en el día a día.
Es un poco cansino que nos quieras dar lecciones de movilidad, arquitectura, ecología….hasta del Sporting en tertulias en la SER!!!
Cualquier retroceso del automóvil es un paso adelante para la civilización y la humanidad en general. Los espacios deben ser para los peatones y los entornos, ya sean rurales o urbanos, para vivir, encontrarse, construir calle, lazos sociales y comunidad.
El desarrollo urbano de los últimos siglos ha estado marcado por una guerra abierta hacia el territorio como escenario para el desenvolvimiento de esta última. Las armas empleadas han sido el feísmo, la primacía del beneficio privado, el control social totalitario, la segregación socioeconómica y la imposición por doquier de la primacía de esa catástrofe con ruedas que llaman coche.
Pero hete aquí que las soluciones, o son radicales de verdad (partiendo de la raíz del problema), o si se quedan en una lógica reformista no llegan a superar jamás el status de meros paños calientes que no acaban de funcionar.
Para que los espacios vuelvan a ser humanos, primero hay que reducir la necesidad efectiva del utilitario; que no queden excusas en pie en todo lo referente, sobre todo, a los desplazamientos laborales. Después, haría falta por parte del automovilista tipo actual, (alguno de los cuales ya se ha estado desfogando por aquí) una disposición menos comodona, victimista, torticera y maniquea… que aquí todos sabemos que no sólo de desplazamientos laborales vive el automovilista y la vagancia y el «refalfiu» muy traicioneros…. Mucho más y en muchas más ocasiones de lo que muchos estarían dispuestos a reconocer con sinceramente.
Y ya para acabar, mientras no se plantee una crítica en palabra y acto al complejo de poder capitalista y su ramificaciones técnicas y estatales, de nada servirán las aproxumaciones moderadas, reformistas y cortoplacistasva este y a tantos otros problemas. Hace mucho tiempo que llegamos ya a una situación, la actual, en la que taponar una vía de agua sólo sirve para ver cómo se abre otra ipso facto en un lugar diferente del casco del barco que se va a pique.
O se cambian todo o no se cambia nada. Le parezca lo que le parezca a concejales bienintencionados o conductores lloriquantes por las nuevas «prebendas» que se les han concedido (según ellos) a los ciclistas….
Hago unos 100 km a la semana en mis desplazamientos por la ciudad y al trabajo en Bicicleta!!
Cuantos haces tú??
Pero no estoy pensando en mi únicamente como todos vosotros.
Sois demagogia pura!!!
Repito… Cuantos km haces semanalmente en transporte sostenible???
Entonces lo que te pasa ye que te falta la patatina pal kilo
Guíanos en nuestros intereses. Porfa