El alemán ‘AIDASol’ y el británico MS ‘Ambience’, que recalarán en Gijón mañana viernes, serán las primeras naves en hacerlo esta semana; el tercer huésped náutico, el también anglosajón MS ‘Ambition’, lo hará el próximo lunes
Tres cruceros en cuatro días. Y grandes, ojo; nada de pequeñas embarcaciones para uso casi litoral. Una proporción así no se da todos los días en aguas de Gijón, qué duda cabe… Sin embargo, en las próximas jornadas la ciudad será testigo de esa singular concentración de buques, una de las más altas de este verano y, también, la que se presume como una de las últimas de la temporada estival que está próxima a terminar. Porque este viernes, a lo largo de la mañana, recalarán en los muelles de El Musel el ‘AIDASol‘, un viejo conocido de los gijoneses, y el MS ‘Ambience’ convertido en uno de los mascarones de proa, nunca mejor dicho, de la naviera británica Ambassador Cruise Line. De hecho, será un ‘hermano’ de flota de este último, el MS ‘Ambition’, el que complete esa mano ganadora el próximo lunes. Entre todos pondrán en tierra a casi 5.500 cruceristas.
Acunado por las primeras luces del amanecer, el primero en arribar a puerto, enarbolando la bandera de Italia, será el ‘AIDASol‘. Con sus 253,33 metros de eslora, sus 32,2 de manga y un peso de 71,304 toneladas de registro bruto este veterano, uno de los máximos exponentes de la clase Sphinx y que completará su cuarta escala de este año en Gijón, es explotado por la alemana AIDA Cruises, con base en la localidad de Rostock. A El Musel llegará con 644 tripulantes y 2.169 pasajeros a bordo, procedente de La Coruña. Durante las horas que sus cruceristas pasen en Asturias se les ofrecerán recorridos por Oviedo, Gijón y Avilés, e incluso podrán disfrutar de un paseo en bicicleta por la costa. Finalmente, durante la tarde pondrá proa hacia el este, a Bilbao, su siguiente destino.
Prácticamente al mismo tiempo que su compañero germano entrará en la rada gijonesa el MS ‘Ambience’, una de las joyas de la corona de Ambassador Cruise Line, y todo un veterano dentro de su flota. Construido por los prestigiosos astilleros italianos Fincantieri, y botado en 1991, este monstruo desplaza 70.285 toneladas de registro bruto, con 245,06 metros de eslora y 56 de manga, y llevando en sus cubiertas, salas y camarotes a 559 tripulantes y 1.419 viajeros. A lo largo de su dilatada trayectoria esta nave, que hoy enarbola el pabellón de Bahamas, ha ostentado los nombres ‘Regal Princess’, ‘Pacific Dawn’ y ‘Satoshi’, con un proyecto no consumado entre medias para lucir el malogrado ‘Amy Johnson’. Su pasaje será llevado a Oviedo, Avilés y Luanco, Luarca, Gijón, Covadonga y Cangas de Onís, visita a un llagar incluida. Procedente de Lisboa, zarpará a a las ocho de la tarde con destino a Bilbao.
Habrá que esperar al lunes para presenciar la arribada del tercer y último crucero de estas jornadas, el MS ‘Ambition’, compañero del ‘Ambience’ en Ambassador Cruise Lines, aunque de proporciones sensiblemente menores. Sus 216 metros de eslora y sus 28,8 de manga, unidos a sus 48.200 toneladas de desplazamiento, lo convierten en un buque más pequeño, que transporta a 426 tripulantes y 1.904 pasajeros. Es, eso sí, un navío más moderno que su hermano de naviera, puesto en grada en los astilleros franceses Chantiers de l’Atlantique de Saint-Nazaire en 1996, y botado tres años después. También con la bandera de Bahamas en su mástil, el ‘Ambition’ llegó a las filas de su actual operadora en 2022, después de una larga carrera como el ‘Mistral’, el ‘Grand Mistral’, el ‘Costa neoRiviera’ y el ‘AIDAMira’, periodo este último en el que compartió flota con el ‘AIDASol’. En 2023 fue sometido a una profunda modernización en dique seco, destinada a reducir sus emisiones de óxidos de nitrógeno, lo que lo convierte en un navío sumamente sostenible.