«No hay mejor destino, dicen cruzando los dedos, ciertos políticos con sonrisa filistea que piensan en el corto plazo y en llenar rápidamente ‘las alforjas’ que acompañarán sus ‘próximas aventuras’, tal vez en otras tierras»
Llega, por fin, ese ansiado maná, salvador de la economía gijonesa y, con suerte, de la asturiana. El turismo.
No hay mejor destino, dicen cruzando los dedos, ciertos políticos con sonrisa filistea que piensan en el corto plazo y en llenar rápidamente «las alforjas» que acompañarán sus «próximas aventuras», tal vez en otras tierras. Gijón y Asturias siguen apostando por «el mogollón» veraniego. ¿Modelo turístico? ¿Remozar hotelería y hostelería sin tener en cuenta idiomas, horarios y precios? No hacen falta tantas preguntas. «Si lo quieren que lo paguen», «si pretenden comer, que esperen a que abran la cocina, los cachopos no se fríen solos, of course«. En este otoño de prolongado calor se busca un nuevo eslogan de futuro que cambie poco gasto y ‘chancletismo’ por elegancia y cash. La nueva corporación municipal anuncia, pues, un nuevo hotel de cinco estrellas en el barrio alto. El antiguo edificio de oficinas de la Autoridad Portuaria albergará cien habitaciones, oiga. El capital será privado, claro, y obtendrá el beneplácito de un Ayuntamiento que tiene la intención de modificar el Plan General de Ordenación Urbana, el Catálogo Urbanístico y el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de Cimavilla. Se derribará el vecino edificio blanco de sanidad que «alguien» podría haber imaginado como Centro de Salud para el barrio. A la vera de la Cuesta del Cholo.
Da igual, lo importante en este asunto es demoler y construir, que el ladrillo y el dinero necesitan viajar de pelotazo en pelotazo y tiro porque me toca. Podrán venir distinguidos turistas y no esa chusma de fin de semana: tunos y despedidas de soltero. Lo importante es que estos adinerados viajeros dejen sus cuartos alegremente en la ciudad y disfruten de la playa de San Lorenzo. El día que no se cierre por contaminación fecal. En su paseo por el arenal, al atardecer, las plantas de los pies conocerán las huellas del carbón del Musel. Pero qué demonios, así ya se llevan algo de recuerdo. Tampoco les será fácil evitar el momento romántico contemplando un horizonte de esperanza y la chimenea de Arcelor. Chimenea que esparcirá benceno a los cuatros vientos, bien entrada la noche. ¿Qué pretenden los ociosos ecologistas, acaso quieren que Lakshmi Mittal ponga filtros en las chimeneas?. Habrase visto, dudar entre trabajo y salud a estas alturas de partido. La salud es lo de menos, el siglo XIX no fue tan malo para los resignados currantes. Aquí lo que cuenta es el turismo, turismo de calidad con tos crónica. No vayamos a desviarnos del tema. Y no mente, por favor, adoquines sueltos, cochambrosas fachadas, la falta de transporte público en ‘Cimata’ o la hueca Tabacalera. Ya se llenará con Murakami en los premios, caray. El caso es protestar.
Ay animalinos del Señor. Fementida canalla.
Increíble el acoso y derribo por anunciar un hotel de 5 estrellas para la ciudad más poblada de Asturias.
Oviedo, Avilés, Villaviciosa!!!! Tienen hoteles de 5 estrellas.
Que tiene que ver aquí la contaminación de Arcelor o de la playa San Lorenzo. Todo eso depende del Principado de Asturias, no engañemos a la gente, las competencias de las distintas Administraciones están para algo.
Y me parece muy ruin decir que como hay un hotel no habrá Centro de Salud.
El Centro de Salud de Puerta La Villa está a 900 metros de Cimadevilla, por favor basta ya de demagogia!!!