Por el momento se desconocen los detalles del texto, aunque es muy posible que repercuta en los actuales empleos; la noticia llega el mismo día en que el Ayuntamiento de Gijón en bloque muestra su apoyo a la plantilla

Puede, y solo puede, que la supervivencia de Duro Felguera esté ya garantizada. Al menos, por ahora, Tal como trascendía en las horas finales de la tarde de este miércoles, la multinacional gijonesa ha alcanzado un acuerdo por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para la reestructuración la deuda contraída en tiempos de la pandemia del coronavirus, que asciende a cerca de 120 millones de euros, y que se revelaba como la pieza clave para dotar de solvencia a la compañía y abrir la puerta a inyecciones de capital por parte de Mota-Prodi, el socio mayoritario. A mayores, el texto prevé una rebaja de los tipos y un alargamiento de los plazos de vencimiento, ventajas todas fundamentales a la hora de controlar los daños causados por el desastroso proyecto de la planta a construir en la localidad argelina de Djelfa.
La confirmación, no obstante, no obstante, no llegaba por boca de los directivos de Duro, sino a través del presidente del Comité de Empresa, Ángel Martínez, quien reconocía ante los medios que una inyección de capital proporcionaría «tranquilidad» a la plantilla. Por el momento, los detalles financieros del acuerdo no han trascendido, como tampoco lo ha hecho el impacto que tendrá sobre el organigrama de la empresa. En ese sentido, el propio Martínez trató ayer de poner coto al temor provocado por las informaciones publicadas en ciertos medios, que hablan de la pérdida de hasta dos centenares de puestos. Y es que, a su juicio, esa cuantía es una «salvajada», y estima los despidos en alrededor de un 40% o un 45% en el caso de los servicios en oficinas. Todo ello, sin embargo, será consultado directamente a los responsables de la multinacional en el marco de la próxima reunión que con ellos sostendrá el Comité, y durante la que también se preguntará por el estado de las negociaciones con Indra para la adquisición, por parte de esta última, de ‘El Tallerón’ del Nayahoyo.
La cuestión se sabía horas después de que todos los grupos políticos representados en el Pleno de Gijón mostrasen su apoyo incondicional a los trabajadores de Duro, por medio de una declaración institucional en la que también quedó patente el compromiso de los partidos con el futuro industrial de la ciudad. De hecho, fue el propio Martínez el encargado de exponer la situación ante la Corporación municipal, denunciando la «crisis continua originada por una gestión deficiente y errática por parte de sucesivas direcciones de la compañía«, y advirtiendo de que «más de mil trabajadores y sus familias siguen atrapados en una lucha de poder entre accionistas y administradores, convertidos en víctimas silenciosas de una gestión que nunca ha priorizado ni el mantenimiento del empleo, ni la viabilidad de la empresa». En ese sentido, el presidente del Comité alertó de que la desaparición de la histórica multinacional sería «un golpe brutal para la economía de Gijón y para la asturiana, y un mazazo para el tejido industrial de Asturias, que en los últimos años está sufriendo un continuo deterioro sin vistas de solución».