En su tercera edición en el parque de los Hermanos Castro, la undécima cita del certamen cervecero alcanzó «cifras de récord» los días 24, 30 y 31 de agosto en la que es «la carpa de eventos más grande del norte de España»
La música alemana cesó. La cerveza dejó de fluir de los cañeros a las jarras. La gente regresó a sus hogares. Pero el buen sabor de boca permaneció… Y todavía hoy, tres días después de aquel domingo de despedida, resiste en los paladares y corazones. Con el fin de la semana pasada, coincidente con la primera jornada de septiembre, la undécima edición del Oktoberfest de Gijón, tercera de su larga historia celebrada en el parque de los Hermanos Castro, completaba su periplo de once jornadas consecutivas como referente de la cultura gastronómica bávara en la ciudad con unas cifras para el recuerdo… Y no es algo menor. Desde su apertura al público el 22 de agosto, más de 40.000 personas acudieron a la que en Fenicia Marketing Gourmet, empresa organizadora del certamen, describen como «la mayor carpa de eventos del norte de España», confirmando su papel como «un revulsivo económico y turístico para la ciudad». Una afirmación que gana peso a tenor de que, en bloque, se crearon 150 empleos directos, y más de 200 indirectos.
Desde Fenicia confirman que el Oktoberfest de este año registró «un éxito sin precedentes» en sus dos fines de semana, convirtiendo el viernes 30 de agosto y los sábados sábado 31 y 24 en los tres días más concurridos, rozando las 4.000 personas en los 2.650 metros cuadrados de carpa habilitados, complementados por otros 700 de terraza al descubierto, muy socorrida a la vista del buen tiempo que acompañó al certamen. Algo muy a tener en cuenta, ya que «la apuesta por un gran espacio, y esa ampliación, se notó mucho, especialmente en la comodidad para el público y en la reducción de colas a la entrada; se pasó de más de dos horas de espera en ediciones anteriores, a colas mucho más ágiles», recalcan los organizadores. En dicha carpa, el público pudo catar la totalidad, o parte, de las dieciocho variedades de cerveza, tanto nacionales como internacionales, dispensadas por los negocios participantes, que desplegaron la friolera de 78 grifos en el conjunto del recinto. Todo ello, aderezado con platos típicos de la gastronomía de Baviera, como las salchichas bratwurst, el sauerkraut (más conocido en España por el galicismo chucrut), los pretzel, los codillos o el goulash.
En cuanto al entretenimiento, el festival incluyó la participación de varios DJ y speakers, si bien una de las actividades más populares fue el toro mecánico, que atrajo tanto a participantes como a espectadores, e inmortalizado en cientos de fotografías y vídeos compartidos en las redes sociales. Los minijuegos, los sorteos de premios de empresas colaboradores y la posibilidad de ganar un viaje a los Oktoberfest de Madrid o Barcelona también contribuyeron a enriquecer esa buena sensación final, que incluyó, para sorpresa de todos los presentes, dos pedidas de mano. Un balance más que satisfactorio que da paso a la inevitable tarea siguiente: comenzar la planificación del festival del año que viene… Sin dejar de celebrar, brindis con cerveza mediante, el éxito cosechado en el que acaba de quedar atrás.