Los investigadores analizaron muestras de polvo sahariano recogidas en varios países europeos y concluyeron que la radiactividad detectada no provenía de las pruebas nucleares realizadas por Francia en el desierto argelino en los años 60

Un estudio liderado por las universidades de Oviedo y París-Saclay ha determinado que el material radiactivo presente en las tormentas de arena sahariana que llegan a Europa no representa un riesgo para la salud. La investigación, publicada en la revista Science Advances, señala que los niveles de radiactividad detectados en la calima de marzo de 2022 fueron muy inferiores a los límites establecidos por la Unión Europea. Los investigadores analizaron muestras de polvo sahariano recogidas en varios países europeos y concluyeron que la radiactividad detectada no provenía de las pruebas nucleares realizadas por Francia en el desierto argelino en los años 60. Según el estudio, las concentraciones de cesio radiactivo fueron hasta mil millones de veces inferiores a los niveles autorizados en productos de consumo.
Además del análisis radioquímico, el equipo utilizó imágenes satelitales y datos geoquímicos para rastrear el origen del polvo, identificándolo en el sur de Argelia. Los resultados también reflejan que la radiactividad detectada coincide con la radiación global generada por ensayos nucleares realizados en distintos puntos del planeta durante la Guerra Fría, y no con las pruebas atómicas francesas en el Sáhara. El estudio contó con la participación ciudadana a través de una campaña en redes sociales que permitió la recolección de 110 muestras de polvo en España, Francia y Austria. La Universidad de Oviedo destacó la importancia de este tipo de iniciativas para fortalecer la colaboración entre instituciones científicas y la sociedad