El fuego, sofocado en apenas media hora por los Bomberos de Gijón, se originó en la vegetación de unas fincas colindantes con las viviendas del poblado; los lugareños denuncian que, hasta que se construya en dichas parcelas, nadie se ocupa de su mantenimiento
A menudo, es suficiente una chispa, una pequeña chispa, para desatar un incendio en firme… Ya sea real o metafórico. Pues bien, esas dos modalidades se vivieron este miércoles en el poblado de Santa Bárbara. Y, aunque una de ellas ya ha sido sofocada, la otra continúa bien vigente. Así, un fuego declarado en la tarde de ayer en algunas de las parcelas más próximas a las viviendas del lugar, si bien extinguido en poco tiempo por el Cuerpo de Bomberos de Gijón, ha inflamado de nuevo los ánimos vecinales, reavivando la frecuente denuncia del insuficiente mantenimiento, en forma de desbroces y limpiezas, que los terrenos urbanizables pendientes de ser edificados reciben en dicha zona. Porque, recalcan los lugareños, este último suceso quedó en un susto… Peor bien podría haber degenerado en algo mucho peor. Y fácilmente, además.
Yendo al aspecto práctico de la cuestión, el servicio municipal de extinción de incendios recibió el aviso, emitido por un vecino, a las 17.47 horas. Para cuando las dotaciones llegaron al escenario, las lenguas de fuego se erizaban desde unas fincas situadas en la confluencia de los caminos del Mortero, de la Torre y Monte Deva, ofreciendo una estampa espectacular… Aunque en absoluto difícil de afrontar. Bastó apenas media hora para que los profesionales municipales extinguiesen los diferentes focos, antes de proceder al enfriamiento de la zona y al control visual durante un tiempo prudencial, para constatar que las llamas no se regeneraban. Todo ello, como es lógico en la era del reinado del smartphone, fue inmortalizado por varios testigos, tanto en forma de fotografías como de vídeos; las redes sociales dieron soporte a bastante de ese material.
Hoy aún son visibles en la zona los restos de lo acontecido, en forma de restos vegetales calcinados y ennegrecidos en el camino del Mortero, un persistente olor a humo… Y, sobre todo, una inquietud general ante la posibilidad de que algo así vuelva a pasar… Y con consecuencias más graves. «Lo que ocurrió ayer era algo cantado«, advierten desde la Asociación Vecinal de Santa Bárbara, donde están hartos de un problema que, como el de la nave de Vauste en su momento, va camino de enquistarse, si no lo está ya. «La cuestión, y llevamos tiempo informando al Ayuntamiento, es que esas fincas, al ser terrenos urbanizables, pueden pasar años inmovilizadas, sin que se construya en ellas, pero sin que nadie se moleste en podar o en desbrozar, ni en retirar la basura que se acumula«, ahondan en el asunto. De hecho, este último incendio se inició «a sólo diez metros de las casa», lo que, opinan, debería dar alas a las Administraciones para actuar.
Por supuesto, esa reclamación ciudadana, aunque lógica al beber del cansancio y de las malas experiencias recientes, tiene ante sí un enemigo difícil de derrotar: la legislación vigente, que imposibilita o, al menos, entorpece seriamente una intervención pública en una propiedad privada, salvo en el caso de incidentes graves y consumados. Ni qué decir tienen que en el poblado no se engañan al respecto, aunque eso no quita que soliciten alguna solución… Por ejemplo, potenciar las labores de desbroce en los caminos y carreteras que surcan el lugar, y que, aseveran, «parecen algo descuidados; no sabemos qué ha pasado con los contratos este año, pero en Santa Bárbara y en Tremañes no se desbrozó, y hay cierto abandono. Entre eso y, ahora, las huellas dejadas por el incendio, la imagen general es dantesca…«.





