El sujeto, vecino de Avilés, se dirigía al centro de Europa y fue sorprendido por agentes de la Guardia Civil en un control rutinario; en total, fueron hallados más de cuarenta gramos de la mencionada sustancia en su ropa interior

Galeão, en Río de Janeiro; El Dorado, en Bogotá; Dulles, en Washington… Incluso Barajas, en Madrid, o El Prat, en Barcelona. Cuando el ciudadano medio piensa en la posibilidad del narcotráfico en un aeropuerto, es fácil que la mente se dirija inmediatamente a las grandes terminales del planeta; especialmente si las mismas se hallan en países conocidos por la fuerte presencia de ese ilícito negocio. Probablemente, pocos imaginarían la humilde Terminal de Santiago del Monte como escenario de uno de tales hechos. Y, ciertamente, el Aeropuerto de Asturias no es, ni de lejos, un ‘punto negro’ en el movimiento de drogas. De ahí que lo sucedido este mismo lunes en sus dependencias resulte tan sorprendente. Allí, en un control aleatorio rutinario, agentes de la Guardia Civil sorprendían y detenían a un hombre, vecino de Avilés, que confesó portar más de cuarenta gramos de cocaína dentro de su ropa interior. El sujeto ya ha sido puesto a disposición judicial.
Según han relatado fuentes del instituto armado el pasajero, que pretendía volar a un país indeterminado del centro de Europa, llamó la atención del personal adscrito al Servicio Fiscal y de Fronteras por su evidente nerviosismo. Oliéndose algo raro, los uniformados le pidieron que les acompañase, le identificaron y, antes de proceder al análisis, le dieron la oportunidad de confesar si transportaba alguna sustancia estupefaciente o explosiva. Aquello fue suficiente para que el hombre se derrumbase, y confesase portar una bolsita con 0,9 gramos de ‘coca’, oculta dentro de su calzoncillo. A la vista del descubrimiento, se solicitó la presencia de los investigadores de la Benemérita, que cachearon al individuo… Y hallaron, nuevamente en su prenda más íntima, una segunda bolsa; esta vez, con la friolera de 29,5 gramos de una sustancia similar. El test específico practicado confirmó que se trataba de cocaína, por lo que el alijo intervenido se remitió al Laboratorio de Drogas del Área Funcional de Sanidad y Política Social de Cantabria, para su análisis exhaustivo. Por su parte, el detenido deberá enfrentarse a las consecuencias legales de su delito… Y, con suerte, aprender la lección.